El tiempo en mis manos [Fanfic de La Ventana de Orfeo]

Prólogo: el paso del tiempo

-¿Qué es eso?

-Estudio la unión entre tiempo y espacio.

-El matrimonio perfecto.

La teoría del todo. Director: James Mart

Regensburg, la ciudad romana construida por Marco Aurelio con el nombre de Castra Regina. Regensburg, la ciudad de la dieta del Emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano, donde se debatió la reforma protestante. Regensburg, la ciudad que supo ver a Napoleón Bonaparte herido durante su lucha contra la Quinta Coalición. Regensburg, la ciudad que a pesar de lo cambiantes de las épocas parecía inalterable al paso del tiempo (1).

Pero ni siquiera Regensburg podía resistirse al avance del progreso. Una vez finalizada la Gran Guerra, la ciudad modificó su fisonomía en muy poco tiempo. A pesar de conservar su catedral y su casco histórico intactos, lo que había cambiado era la forma de entender la vida y el mundo de sus habitantes. Con las luces eléctricas en gran parte de la ciudad la gente se animaba a posponer sus horarios de dormir. La economía se había estabilizado después de tantos años de privaciones de la post-guerra, por lo tanto el nivel de vida de la población mostró una mejoría notable a los años anteriores a la República de Weimar (2). Nuevas y modernas urbanizaciones ampliaban la fisonomía de la ciudad, dándole un aspecto más fresco. Además, había una motivación importante para ganarle al sueño y esta era disfrutar del asombroso cine expresionista alemán. Asombrosas historias de amor, terror o misterio junto a de maravillosas escenografías y actores que dotados de una gran expresividad, cautivaban al público de todas las edades. Aunque aún no se podía escuchar el sonido de las voces de los artistas, las grandes orquestas aportan la carga emotiva al espectador. Y si esta música no era suficiente, siempre quedaba el entregarse al ritmo del jazz o del fox-trop en algún club nocturno del centro de la ciudad. Sin embargo el matrimonio Rassen, prefería terminar la velada en la terraza privada del Hotel Maximilian, uno de los más lujosos de la ciudad.

Maria Barbara se apoyó sobre el barandal. A su espalda, el aroma del Danubio invitaba a disfrutar el fresco de la noche. Frente a ella, la vista de la ciudad. Desde allí podía ver cómo la mansión que el bisabuelo de Maria Barbara, el barón Von Alesmeier había hecho construir en la zona rural, ahora era una rebosante área urbana y en poco tiempo más quedaría ubicada directamente en el centro de la ciudad. Incluso una parte de los antiguos terrenos ya había sido vendida por su padre, mientras que otra parte fue cedida para la construcción del ferrocarril. En los tiempos de la Primera Guerra Mundial, la misma María había parcelado gran parte del terreno que rodeaba la casa, con lo que éste se había reducido a prácticamente un acre. A pesar de que se podría interpretar como un signo de pobreza, el final de la década del '20 no permitía la nostalgia en quienes habitaban ese nuevo tiempo. Todo signo del pasado era rápidamente descartado, como un lastre del que había que deshacerse.