#Söló qūęrì@ ëstąr ätû ladø

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Justo en aquel momento la junta tenía que continuar y ahora le tocaba hablar a él, Santiago Abascal, él maldijo su suerte en bajito ya que lo único que quería en ese momento era seguir conversando con Pablo.

Mientras hablaba en el micrófono notó como la mirada del Podemita no se apartaba de él, y pudo jurar que en un momento dado Pablo le guiñó un ojo mientras se mordía el labio inferior provocativamente, algo que hizo que todo el cuerpo de Abascal se estremeciera de cabeza a los pies. "Joder, jodeeer... De que coño va este gilipollas y, ¿por qué?, ¿Por qué me hace sentir...así? ¿Qué me está pasando, dios mio?" Pensaba frenéticamente, mientras que intentaba con todas sus fuerzas concentrase en su discurso y no prestar atención a los besitos que Pablo le estaba lanzando en el aire.

Cuando por fin terminó la maldita reunión Santiago, asustado de lo que aquel hombre con coleta le hacía sentir,  intentó salir de allí lo más rápido posible. Pero no sirvió de nada, pues Pablo le estaba esperando en el garaje justo en la puerta de su coche, lejos de los paparazzi y las miradas indiscretas.

-¡¿Q-qué diablos estás haciendo tu aquí, sobre todo después de cómo te has comportado conmigo?!

Pablo esbozó una sonrisita traviesa

-No se de que me hablas...

-¡No te hagas el inocente! ¡¿Acaso crees que no me he percatado de tus miraditas y todas las indirectas que me has lanzado todo el dia?! -Al oirse a si mismo decir estas cosas Santiago se puso todo rojo por la vergüenza, cosa que excitó al de izquierdas.

-Bueno, olvidémoslo y mejor te llevo a tomar algo a mi casa ok? -le preguntó Pablo con la esperanza de poder estar en privado con él

-¿Estas loco? No me voy a ir contigo a ninguna parte, es totalmemte incoherente, además tengo que volver a casa a rellenar unos document...

-Eso lo podemos hacer juntos- le interrumpió Pablito de forma repentina, acercando su rostro al de Santiaguito y dejando una distancia peligrosamente corta entre sus bocas.

El corazon del facha comenzó a latir de manera loca y desenfrenada, todos sus sentidos ahora mismo sólo pedían una cosa, y era besar a aquel hombre que tenía en frente. Sin embargo, hubo algo en él que lo retuvo, quizas fue la palabra de Dios nuestro señor Jesucristo, o simplemente, que era un cagado.

-P-podríamos hacer muchas cosas juntos...-fue lo único que Santiago acertó a decir, sin darse cuenta de lo mál que sonaba. Solo esto bastó para que la mente del Podemita se llenará de imágenes homosexualmente sucias, pero a la vez hermosas.

Sin pensárselo dos veces, Pablo se abalanzó a los labios de Abascal cortando la pequeña distancia que les separaba. Santiago, al sentir la cálida lengua del otro acariciar la suya y sus manos acariciar su cuello con lujuria perdió todo el miedo y todas aquellas dudas que le atormentaban hasta ahora, y correspondió el beso apasionadamente y saboreando cada centímetro de su lengua. Pequeños gemidos incontrolables salían de los políticos, pero ya no les importaba que se les escuchase porque sabían que estaban solos alli.

Pero justo cuando más lo estaba disfrutando, y sin venir a cuento, a la cabeza de Santiago vino la imagen de su mujer, Lidia, junto a sus cuatro hijos y la angustia se apoderó de él, separando repentinamente a Pablo de un empujón.

- ¡NO! ¿¡Que diablos crees que estas haciendo?! ¡T-tu y yo no podemos ser nada! ¿entiendes? NADA

El coletas estaba verdareamente confundido y un poco asustado, no sabía que era lo que había echo mal, todo estaba llendo tan bien hasta ahora...

- ¿P-pero que ha pasad...

- ¡¡¡No quiero que me vuelvas a tocar, ni a hablarme!!! t-tú...tú...¿qué es lo que te ha ocurrido para que te volvieses así?

Eso le golpeó a Pablo en un punto débil, pues jamás habia hablado realmente de ello con nadie

-Yo...siempre fui así, siempre te quise, a pesar de que estaba en desacuerdo con todo lo que opinabas no podía evitar amarte, no podía evitar querer un cambio en mi país, cómo tú, pero... a mí en aquél entonces nadie me entendía, y tenía mucho miedo de que los demás me odiaran. Pero lo que me daba más miedo era que tú me rechazases por eso y te apartaras de mi lado...por eso fingía ser cómo tu y oculte mi verdadero yo, pero llegó un momento en el que ya no pude más y, con el corazón partido, me tube que marchar. Yo solo queria estar contigo... Y lo sigo queriendo.

Santiago sintió cómo su corazón se rompía al escuchar esas palabras, él también había amado a Pablo desde siempre, pero nunca había tenido el suficiente valor para reconocerlo.
Las lágrimas se acumuladan en sus ojos oscuros, a punto de salir derramadas por sus mejillas.  Quería decírselo, pero su cobardía no le dejaba hablar, simplemente se quedó ahí parado, mirándole y con el labio temblando. Y casi sin darse cuenta acabo estrechando sus brazos y abrazando a Pablo, lo más fuerte que podía, pues no sabía que otra cosa podria hacer para demostrarle sus intensos sentimientos.

Iglesias le devolvió el abrazo, no sin antes sorprenderse un poco, y le comenzó a acariciar el pelo y darle pequeños besos en la nuca para anestesiar las lágrimas y el dolor del otro.

Se quedaron así durante unos minutos que al coletas le parecieron eternos, hasta que Santiago acabó por separarse y mirándole de forma triste y profunda le dijo:

-Llévame a tu casa, Pablo-le dijo casi en un susurro, ya no quería pensar en nada más que en estar con él

Pablo no dijo nada, simplemente abrió las puertas de su coche y cuando los dos estubieron dentro lo puso en marcha. En la radio sonaba "Girls just wanna have fun" y Pablo la bailaba con energía moviendo su coleta. Santiago daba palmadas con el ritmo.

Aparcaron en la mansión de Iglesias, y este llevó a Santiago de la mano hasta su puerta.

Cuando entraron al enorme recibidor Pablo no se pudo controlar más y sin previo aviso y sin pensarselo dos veces aproximó su cuerpo contra el de Abascal para fundirse con el en un apasionado y salvaje beso.

El facha no lo rechazó, llevaba demasiado tiempo deseando esto y ya estaba harto de huir de sus deseos. Le besaba cada vez con más fuerza y lujuria, y pasaba sus dedos por debajo de la camisa del pelilargo, acariciando su peludos pectorales y dándole pequeños pellizcos en sus pezones. Mientras, Pablo le quitó la camisa con mucha destreza y, dejándole con el torso desnudo, comenzó a darle besos en el cuello, bajando poco a poco hacia su pecho, al mismo ritmo que sus manos bajaban a los glúteos de Santiago y los apretaba y acariciaba, haciendo que el cuerpo del católico se pusiese cada vez más y más caliente.























Hasta el próximo capítulo jajaja
Os dejo con las ganas ( ͡° ͜ʖ ͡°)

~۰۪۫G۪۫۰۰۪۫a۪۫۰۰۪۫b۪۫۰۰۪۫i۪۫۰

la he hecho yo por eso es tan cutre :v

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la he hecho yo por eso es tan cutre :v

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