Prólogo_ A ritmo de heavy metal

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"_ ¿Sabes? En días como estos, en los que el cielo está gris y deprimente, me da por pensar en Larry... Bueno, más concretamente en el día que le conocí. Tal vez es por qué estoy muy solo aquí encerrado, a lo mejor es por qué me aburro más de lo que puedo tolerar... O bueno, tal vez es por qué le echo de menos... No estoy seguro de cuál de las tres opciones es la que más se acerca a lo que realmente siento... Solo sé que siempre me viene a la cabeza el día que me mudé a los apartamentos.

_ ¿Puedes relatarme como ocurrió?

_ Sí... Claro."

...

Nuestros caminos se cruzaron por primera vez un día como éste... El cielo estaba completamente nublado y el hombre del tiempo anunció precipitaciones por la radio.

El tráfico estaba muy lento y el conductor del taxi que nos transportó desde el aeropuerto nos puso algo de música para amenizar el viaje... Recuerdo que mi padre estaba sentado a mi lado, mirando nervioso por la ventana. Hacía unos siete u ocho años que no se subía a un coche... Lo de la muerte de mamá le traumatizó tanto como a mí, aunque no supe verlo hasta pasados varios años.

Al cabo del rato, y viendo que no nos movíamos en ese mar de pitidos y Co2, papá me dirigió la mirada y trató de sonreír con naturalidad... Aunque se le notaba algo irritado.

_ ¿Nervioso por ver nuestra nueva casa, Sal?

Quitándome uno de los auriculares del walkmar le asentí ligeramente. A veces papá no podía leerme fácilmente, lo veía en sus ojos... Y ese era uno de esos momentos pues, aunque intentara disimularlo, parecía como si tuviera el rostro algo compungido. Y no me malinterpretes, no le culpo... Es normal que a veces le costara entenderme ya que para alguien como yo, que tiene la cara hecha una mierda y, encima, tapada por una prótesis... No le es fácil gesticular.

_ Lo estoy un poco..._ Le respondí, tratando de transmitirle la sonrisa que había esbozado bajo la prótesis_ ¿Y tú?

Él suspiró, mirando por la ventana, algo cansado... Sabía que no había podido dormir casi, pero intentaba disimularlo como podía. Le conocía muy bien.

_ No te voy a mentir... Lo estoy._ Y volvió a mirarme_ Pero sé que nos adaptaremos bien.

En ese momento creo que ambos teníamos la esperanza de que fuera así... Claro que ninguno de los dos sabía todas las cosas malas que nos pasarían en nuestro "nuevo hogar".

...De todos modos en ese momento la caravana comenzó a moverse y del cielo empezaron a caer gotas de agua heladas. Ni mi padre ni yo hablamos en lo que quedaba de camino y, si mal no recuerdo, el trayecto no fue muy largo. Por cierto, a pesar de llevar los cascos puestos y la música a todo volumen aun se podía escuchar el pequeño estruendo que hacían las gotas al golpear el capó.

En fin, sin apenas darme cuenta llegamos a los apartamentos. La primera impresión que me dio fue de haber llegado a una casa encantada... Lo que no sabía era que tenía toda la razón del mundo. Papá me tocó el hombro para captar mi atención en ese instante.

_ Bueno, pues... Aquí estamos._ Haciendo contacto visual conmigo después de repasar el edificio varias veces con la mirada, me sonrió_ ¿Qué tal si bajas y sacas el equipaje de mano en lo que yo pago al taxista?

_ Bien..._ Le respondí y salí del coche, haciendo lo que me pidió sin rechistar.

...

Creo que jamás me había cansado tanto en toda mi vida. No te miento, de veras, aunque supongo que no seré él único al que una mudanza le cansa sobremanera...

A través de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora