Capítulo 3_ Consejos y polos de lima limón

1K 124 60
                                    

"El día que amaneció en la distancia era como muchos otros en la vida actual de Sal... Cielos grises, ruidos de golpes a su derecha, gruñidos y maldiciones a su izquierda, barrotes cubriendo la salida... Nada nuevo, salvo porque ese día, y el siguiente, no tenía psicólogo.

Era sábado por la mañana, el día de descanso (por llamarlo de algún modo) de los presos peligrosos. Tenían la mínima libertad de ir de aquí para allá en el pequeño patio principal pero... Sal no tenía ni ánimo, ni ganas de ir a tomar el aire.

_ Hey, Fisher._ La voz de un hombre al otro lado de la pared trató de llamar la atención del chico peli azul_ ¿Otra vez haciéndote el antisocial? Vaya un mierdas estas hecho.

Sal no respondió, simplemente se tumbó en el colchón con muelles rotos que tenía por "cama" (donde estaba sentado) y cerró los ojos, oyendo de fondo como una pequeña gotera todavía sufría las consecuencias de la lluvia de ayer.

_ Bah, eres un aburrido._ Dando un golpe a la pared, el preso que hablaba a Sal dejó de molestarle... Su nombre era... ¿Brandon? ¿Brian? Bah, no importaba... Realmente al enmascarado no le interesaba conocer al resto de presos. No quería tener que llamar "amigos" a unos despojos como ellos...

...Tratando de descansar algo más, Sal volvió a cerrar los ojos. Sus pensamientos iban y venían de forma rápida, incesante, intermitente... Y pensando en su pasado, decidió volver a evocar recuerdos."

...

Era sábado... Era un sábado gris, como hoy... Jamás olvidaré lo que me dijo Larry el día antes.

_ Le... gusto._ Me decía a mi mismo una y otra vez, sin despegar los ojos del techo._ Le... gusto a Larry...

En ese momento tenía la mente en blanco, a veces me pasaban por la cabeza pensamientos dispares o recordaba lo ocurrido el día antes... Pero, aun así, no me moví en todo lo que quedaba de mañana.

No tenía apetito, no tenía sueño para volver a dormirme... En la distancia aún escuchaba a mi padre roncar en su habitación.

Sin yo darme cuenta Gizmo asomó por la puerta y se acercó, despacio y con cautela hasta mi... Y de un salto se subió a la cama, haciéndose una bola encima de mi pecho.

_ ¿...Qué voy a hacer, Gizmo?_ Acercando una mano a su pelaje, le acaricié de forma distraída_ Tengo miedo de que nuestra relación se resienta...

Mi rechoncho gato simplemente maulló.

_ Ojalá pudieras hablar..._ No pude evitar darle un fortísimo abrazo a mi mejor amigo gatuno, quien no se resistió_ Sé que me darías muy buenos consejos...

Un nuevo maullido respondió a mis palabras... Ahora que solo tenía a Gizmo conmigo recordaba los momentos de primaria donde no tenía ningún amigo. No puedo acudir a Larry, ya que él es el foco de mi problema... Y por alguna extraña razón olvidé que tenía otros tantos compañeros, como Ash, Todd o Neil. Era como si, ahora que Larry y yo estábamos tensos, me encontrará 100% solo...

Y justo entonces, cuando estaba más sumido en mis pensamientos, la puerta del apartamento sonó con pequeños golpecitos, rítmicos y perfectos... Seguramente sería Todd.

Soltando a Gizmo fui a ver quien intentaba captar mi atención y, tras abrir la puerta, descubrí que efectivamente era Todd, quien sostenía una pequeña nevera portátil azul... Una que, por cierto, vería tiempo después siendo usada como guarda-pruebas-portátil. O así lo nombraría él en el futuro.

A través de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora