Otro día igual en el que entraba a clase con mis cascos y el volumen a tope, intentando que no empezara mal la mañana. Ya que bastante tenía con ser un chico que no conservaba apenas reconocimiento por parte de sus compañeros, aunque bueno era lo que había, y sí, era una injusticia, porque en aquel lugar la gente se regía por lo que le asignaban a cada uno. Así que, yo, supongo que al considerarme de los raritos no podía mantener una conversación o acercarme a alguno de esos populares. Esos que la mayoría del alumnado estaba detrás de ellos y ellas, simplemente para conseguir decir que han salido con un o una popular. Era patético. Ver cómo se dejaban llevar por las influencias, las apariencias y la popularidad, era algo que me repugnaba. Por eso prefería quedarme en mi mundo del chico rarito que era en aquella clase;y pensaréis, al ser así no me relacionaba con nadie, pues no es cierto, los raritos también tenemos derecho a tener amistades y relaciones, solo que casi nadie se enteraba ya que no les importabas lo más mínimo, pero bien cuando salía algún cotilleo de tí ya estarían los populares echando mierda sobre tu persona y tu círculo de amigos, simplemente para reírse un rato y luego continuar con sus falsas vidas y amistades, todo movido por el postureo que había en su ambiente.
Y después de dejar claro la gente tan asquerosa que me encontraba diariamente en mi entorno como estudiante y que no me libraba ni un día de ellos, hoy no iba a ser menos. Entré en clase, y ahí estaba, uno de los populares que era mi compañero junto con otros populares de otras clases, a los que probablemente les tenía aún más asco del que les tenía a los de mi clase. Al fin y al cabo los que había en ella no había gente tan tóxica, tampoco les conocía bien, pero viendo con la gente con la que se juntaban ya me echaban para atrás, y por nada del mundo incumpliría la regla sagrada de no juntarse los populares con los pringados como yo, si no ya estarían las malas lenguas hablando, y no aceptando que un chico como yo pudiera tener relación alguna con alguna de esas personas tan estilosas y queridos por todos.
Entre los chicos que se podían considerar populares había varias clases entre ellos, los graciosos que realmente no tenían gracia, solo lo hacían para ser el centro de atención. También estaban los chicos malos, los favoritos de las chicas, que iban detrás de ellos como si quisieran conseguir un trofeo del que pudieran presumir cuando lo tuvieran. Y por último estaban los demás, que no tenían una categoría definida como tal pero se les consideraba populares por los amigos que tenían, o por su físico, o en pocos casos por sus notas y porque tenían algo que resaltaba en ellos, no sabría muy bien cómo explicarlo, pero un claro ejemplo de esto era el chico de mi clase que estaba sentado en su sitio mientras hablaba con sus amigos que eran todo lo demás, chicos guapos, graciosillos, resumiendo populares de nuestro curso, aunque él a veces también era una mezcla de todo aquello, pero no llegaba a los niveles de los otros chicos que estaban alrededor suya hablando de cualquier tema irrelevante.
En cuánto me vieron entrar por la puerta me miraron todos ellos como si estuviera invadiendo su espacio, pero esa era mi aula y no la suya, así que hice como si no me hubiera enterado de nada, ni de su mísera presencia, ya que no les podía dar el lujo de que se creyeran más su asquerosa fama entre todos, yo no iba a ser el que les iba a mirar como aquellas chicas que iban detrás suya.
Me senté en mi sitio, y continué escuchando música como si ellos no estuvieran en frente mía, ya que éramos los únicos allí porque todavía no había llegado nadie más, y faltaban cinco minutos para que empezara la primera clase. Así estuve ignorando sus miradas de vez en cuando, hasta que llegó el profesor y todos ellos se tuvieron que ir y dejar a su queridísimo amigo solo, que ni siquiera sabría deciros si entre ellos eran amigos de verdad en los que se pudieran confiar o solo estaban así por puro interés; cosas de populares, supongo.
Lo cierto es que de mi clase no tenía realmente queja, exceptuando a algunas personas con las que tenía prejuicios muy grandes, pero como dije antes, viendo que se juntaban con más gente estúpida no me cabía duda de que ellos también lo fueran, aunque no les conociera realmente, algo me decía que se eso se trataba. Pero tampoco quería ser así con esos compañeros, solo les ignoraba y que hicieran esas vidas tan interesantes que tenían. Lo que sí es verdad es que quizás alguna vez llegué a sentir envidia de estas personas; sobre todo de él, el que llegaba siempre pronto como yo, y con razón, ya que veníamos en el mismo autobús por las mañanas y volvíamos también en el mismo. Ya tenía su cara muy vista, y no me parecía raro que se le considerara popular ya que el chico era bastante guapo, lo tengo que reconocer, y por eso creo que a veces sentía envidia por su buen físico y porque además era bastante inteligente y trabajador, o al menos eso reflejaban sus notas. Por algunas cosas como estas no me cuadraba del todo que fuera de ese grupito tan odiable, ya que ahí dentro hacían de todo menos sacar buenas notas, con lo que él marcaba la diferencia, pero lo raro es que no le rechazaron por eso, creo que más bien estaba entre ellos por lo guapo que era y por tener locas a muchas chicas.
A mi bien o a mi desgracia, compartía más momentos de mi día de los que a mí me gustaría con ese chico. Ya me estaba empezando a cansar de él y de su grupito de populares, me estaba cansando de todos los días igual, verle y que estuviera impecable. Que estuviera con esos mediocres que se creían mucho y en verdad no lo eran, no eran nada comparado con él. Y todos los días además de tener que aguantar ver a sus supuestos amigos hablar con él, me tragaba a alguna que otra chica detrás suya llamándole como una gritona, pensando que así llamaría su atención o para que las demás se fijaran en que iba a por él y que ninguna otra se atreviera a quitarle el puesto de que ella sería la que conseguiría al tal Kang Brian. Todo eso me ponía de los nervios, y quizás después de leer esto pensaréis que soy un envidioso, y no os quito razón, pero ya me estoy cansando de este lugar tan repugnante donde apenas hay gente en la que puedes confiar, todos son falsos, todos van a su interés. Tenía tan bajas expectativas de la gente de allí que no dudaba en que Brian fuera como el resto, aunque realmente no lo había comprobado, pero no era una cosa que me quitara el sueño, ya que quién era yo para pensar en cómo era uno de esos populares con muchísimos seguidores en Instagram, si yo nunca tendría la oportunidad de juntarme con ellos y menos de ser como ellos, aunque para ser así de repugnantes, prefiero quedarme como estoy.
YOU ARE READING
Afraid of you • ⟨ Jaehyungparkian ⟩ •
FanfictionJae tiene ideas equivocadas de lo que realmente Brian es.