Monet

1.7K 148 54
                                    

6

Habían pasado varias semanas desde su cita, ambos demasiado ocupados desde entonces, así que no habían tenido tiempo de platicar sobre lo ocurrido. Intentaron platicar un poco mediante las clases de ballet de Margot, pero Craig sabía que ese tiempo era breve para Tweek entre clases. Faltaba una semana y media para la llegada de Abril y era un domingo bochornoso, Craig deslizando la pantalla de su celular con el brazo izquierdo extendido. ¿La razón? Margot estaba enfocada en la coloración de su manga tatuada en blanco y negro con sus marcadores, piernas cruzadas mientras se sostenía del brazo de su padre.

"¿Tienes hambre?" Craig le pregunto, dedicándose a mirar a su hija un rato.

"Más o menos," murmuró, sonriéndole a su papi mientras dejaba los marcadores a un lado. "¿Te gusta este papi?" preguntó la pequeña, apuntando hacia la orquídea que había colorado.

"Por supuesto. Sabes que el azul es mi color favorito." Craig río, reclinando su cabeza contra el sillón. Margot sonrío, tomando en sus manos el marcador naranja para colorear la lila.

"¿Oye, papi?"

"¿Mmm?"

"¿Acaso tu... um...cómo te sientes sobre el maestro Tweek?" Margot dijo pausadamente. Craig se sorprendió por la pregunta repentina de su hija, no estaba preparado para responder aun.

"Creo que es un hombre muy lindo. Te hace feliz, y eso me hace feliz a mí." Craig le explicó, Margot asintiendo.

"¿Sabes que su cumpleaños está cerca, no?"

"¿Cómo sabes eso?"

"¡La tía Bebe me lo dijo! Es el trece." exclamó, cambiando de marcador al rojo en cuanto se dirigía al girasol.

"¿El trece, eh? Eso es la próxima semana." Craig murmuró, Margot asintió.

"Quiero darle un pastelito ya-ya que es tan buen maestro y así." Dijo, Craig río ante tal.

"Podemos conseguirle un pastelito." Dijo, Margot alzando la vista hacia él.

"¿Saliste en una cita con él?" Craig se sonrojo ante la pregunta directa de su hija, pero, quien era él para sorprenderse de las mismas palabras de su princesa. Craig recorrió su cabello con sus dedos, aclarándose la garganta.

"Yo, uh, este, sí, lo hice." Exhaló, mordiendo sus labios evitando que la sonrisa enorme se hiciera notar en su cara. Pensaba en su casi crapuloso beso todas las noches. Margot jadeó, sus ojos iluminados mientras se sentaba en sus rodillas y dejaba los marcadores hacia un lado.

"¿Q-qué hicieron?" susurró, su voz expirando pura emoción. Alegraba el corazón de su padre escucharla tan feliz, la pequeña subió hacia su regazo. Riendo levemente, enredó sus brazos en su hijita, besando su frente.

"Salimos a cenar, después él me enseño como hacer una vasija de cerámica."

"¿Cómo las de la tía Bebe en su florería?"

"Como esas."

"¿Después que paso?" Margot insistió, el rostro de Craig calentándose. No, ya fue suficiente.

"Eso fue todo. Regrese a casa porque el tío Clyde me llamó para avisarme que estaba malita." Apunto hacia el estómago de la menor, causándole una risilla.

"¡¿Pensé que estabas con el tío Jimmy esa noche?!"

"Mentí..." Margot jadeó, cruzando sus brazos mientras hacía pucheros.

"¡¿Papi, cómo pudiste?!"

"¡Lo sé linda, soy un terrible padre!" Craig dijo, riendo hacia los gritos de alboroto que emitía su hija mientras la colgaba desde sus hombros mientras se elevaba.

Pequeña Bailarina (Tiny Dancer). C R E E KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora