Las clases terminaron y Rin se levantó de su asiento para irse. Detrás de él se escuchó una voz que hizo que se detuviera:
- ¡Oye! ¡Espera Okumura!
Rin se dió la vuelta lentamente hasta encontrarse con los ojos del chico. Es alto, con un mechón rubio entre su cabello castaño y tiene unos piercings en su oreja. Su nombre: Suguro Ryūji.
- ¿Qué quieres ahora, Suguro? -dijo impaciente.
- Es extraño. Hoy no te has dormido en toda las clases y hasta has tomado nota de lo que decían los profesores -dijo en un tono burlón.
- Si eso es todo lo que querías decirme, me voy -se molestó.
- ¡Espera! También quería decirte que... -empezó a volverse tímido- ya sabes, puedes contar con nosotros cuando tengas un problema- dijo finalmente avergonzado con la frente en alto.
A Rin se le escapó una leve sonrisa al ver que realmente tenía amigos que se preocupaban por él. Acto seguido le respondió:
- ¡Claro!
El joven Okumura salió del aula y decidió dar un pequeño paseo antes de volver a su dormitorio. Utilizó una llave que le llevó hasta un lugar no muy lejos de donde se dirigía. Se encontraba caminando sobre un largo puente y nuevamente empezó a centrarse en sus pensamientos. Por primera vez en su vida, sintió que tenía la motivación y las ganas de esforzarse en algo. Durante un tiempo estuvo pensando sobre un entrenamiento especial para controlar y mejorar el uso de sus llamas ya que él sabía que cuando perdía los nervios o cuando se enfadaba, dejaba salir su poder y todo acababa siempre de la misma forma: Yukio enfadado.
De repente, escuchó una voz, como una especie de susurro.
- ¡Mentirosos!
Se volvió a escuchar.
- ¡Mentirosos! ¡Shirō regresará!
Rin se detuvo y pensó un instante.
- ¿Shirō? ¿Se referirá a mi padre, Fujimoto Shirō?
El joven Okumura empezó a correr hacia el lugar donde procedía aquella voz. Al llegar, vio a un demonio con forma de gato muy grande. Tenía dos colas y estaba furioso. Enfrente de ellos, estaba Yukio y un equipo de exorcistas preparados para atacar.
- ¡Shirō volverá! ¡No puede estar muerto! -siguió insistiendo el gato.
Rin, ante la confirmación de que, efectivamente, el hombre llamado Shirō era su padre, dio unos pasos al frente para acercarse al demonio lo más que pudo.
- Shirō ya no regresará.
Yukio, sorprendido ante las palabras de su hermano, le preguntó alterado la razón de esa frase. Rin solamente hizo caso omiso y siguió hablando con el demonio que tenía ante él.
- Escucha, soy el hijo de Fujimoto Shirō y entiendo como te sientes, yo también le quería mucho. Pero ya no regresará y... -se puso cabizbajo y nostálgico- hay que aceptarlo. Seguro que estará triste si ve que sigues aferrándote a él y no avanzas...
El gato se detuvo de atacar a Rin.
- Si quieres... podemos ser amigos.
Rin le tendió su mano como símbolo de amistad. El gato regresó a su forma original y empezó a llorar. Yukio y el resto de exorcistas se quedaron atónitos ante lo que acababa de suceder. Rin cogió en brazos al pequeño demonio y este, muy feliz de tener a alguien que le comprendiese, le dijo:
- ¡Por cierto, soy Kuro! Espero que podamos ser grandes amigos -respondió alegremente aún con lágrimas en los ojos.
- ¡Sí, eso espero!
El joven Okumura se dirigió a hablar con su hermano menor. Cuando tuvo a este enfrente, le dijo:
- Yukio, ¿puedo quedarme con Kuro? Quiero que sea mi familiar.
- Pero, nii-san, alguien de tu nivel no puede tener un familiar como Kuro.
El pequeño demonio, al escuchar esas palabras, empezó a gruñirle.
- Pero... supongo que se podría hacer una excepción ya que al fin y al cabo, antiguamente era el familiar de nuestro padre -explicó Yuito.- Por cierto nii-san, ¿cómo fuiste capaz de saber lo que le pasaba?
Rin se lo pensó un momento.
- Telepatía entre demonios, supongo.
El joven semidemonio se dio media vuelta y puso rumbo a su dormitorio, cuando de repente, el estómago de Kuro empezó a sonar.
- Veo que alguien tiene hambre, ¿quieres ir a comer algo?
- ¡Sí!
Fueron a un puesto de comida que les pillaba de camino. Cuanto más tiempo pasaban juntos, más se reforzaba su amistad.
- Estoy contento de haberme encontrado contigo, Rin. De no ser así, hubiese seguido esperando en vano.
- Yo también lo estoy. Al parecer eres el único que me comprende. Cuando hago algo, todos se enfadan conmigo. Seguro que me tendrían miedo si supieran que soy el hijo de...
Rin se detuvo cuando se dio cuenta de lo que iba a decir pero, Kuro, intrigado le preguntó qué era lo que iba a decir a lo que Rin dijo que no era nada. Enseguida terminaron de comer y se dirigieron al dormitorio.
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Fecha de publicación del siguiente capítulo: 25/01/19
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La chica que vino en busca de Okumura Rin (燐を探しに来た女の子)
FanfictionDesde cierto día, los poderes de Okumura Rin, el hijo de Satán, empiezan a despertar, desencadenando acontecimientos indeseables. Durante su estancia en la escuela para exorcistas, aparece ante él una chica que tiene un interés en él. Pero, ¿quién e...