Capítulo 3: el sueño de Rin (燐の夢)

80 8 2
                                    

Con Kuro encima de su hombro, Rin llegó a su cuarto. Miró el reloj que tenía en su mesita de noche. Marcaba las 20.07.

- ¡Vaya! Sí que pasó rápido el tiempo. ¿No te parece, Kuro?

- ¡Rin! -dijo entusiasmado Kuro, pero al instante, se volvió tímido- ¿Puedes... contarme cómo fueron... los últimos momentos de Shirō?

- No es que sea una bonita historia...

- Soy un demonio que ha vivido muchísimo tiempo. Podré soportarlo.

- Muy bien... veamos...

Rin le contó todos los momentos que estuvo con él, lo amable que fue y la aceptación que le dio como su hijo aún cuando no paraba de meterse en peleas o de perder su trabajo. También le contó sobre aquel incidente, en el que Shirō le protegió de su padre. Kuro estaba conmovido por su historia y, antes de que se dieran cuentan, se habían quedado dormidos.

A las 23.18 el hermano menor de Okumura entró en el dormitorio. Se sorprendió al ver a su hermano durmiendo con Kuro encima de su pecho y abrazados. Yukio contemplaba maravillado aquella escena tan conmovedora. Cogió una manta y los empezó a tapar para que no se resfriaran. Cuando la mano de Yukio se encontraba casi a la altura del cuello de su hermano, a través de la boca de Rin se pudieron escuchar unas palabras:

- No... iré...

El joven exorcista, se sorprendió y a la vez quedó extrañado, pero decidió no darle importancia debido a que seguramente solo era un sueño.

Yukio se preparó para irse a la cama. Se cubrió con la manta y, antes de apagar la luz, le dio un rápido vistazo a su hermano ya que aún le preocupaba lo que había dicho unos minutos atrás. Sin embargo, decidió preguntárselo mañana ya que era muy tarde para seguir quedándose despierto.

Mientras tanto, Rin, en el sueño, empezó a darse cuenta de que se encontraba en una especie de ciudad que nunca había visto. Hacía frío y en el cielo se podía ver algunas nubes que se desplazaban con el viento en dirección a la montaña. Se percató de que por más que caminase, no conseguía salir de ahí. Además, se dio cuenta de otra cosa: no había nadie. Siguió andando con la esperanza de encontrarse algo o a alguien que le explicase sobre aquel lugar. De pronto empezó a hacer algo de calor y Rin, temblando de frío, decidió acercarse más.

- Es la primera vez que siento frío o calor en un sueño.

- Porque no es un sueño -dijo una voz que hacía eco en el lugar.

Rin, sorprendido, se dio la vuelta bruscamente buscando con su mirada el causante de aquella voz.

- ¿Quién eres? -exigió el muchacho.

- Pero si es nuestro segundo encuentro... ¿Acaso no reconoces a tu propio padre?

- ¿Segundo encuentro? No me digas que... -pensó- ¿Eres Satán?

- ¡Bravo! Tardaste mucho en darte cuenta, hijo. Me pregunto de quién heredaste esa inteligencia... -se burló.- Estoy convencido de que no fue de Yuri.

- ¿Yuri? ¿Quién es Yuri? -preguntó confuso.

- Oh, así que no lo sabes... parece ser que te han ocultado un montón de cosas... Muy bien, si deseas que te lo cuente, tendrás que venir a Gehenna. He estado muy solito desde que perdí mi cuerpo... Papi estaría contento si su hijo viene a hacerle una visita.

- No iré. Y no te considero mi padre. ¡Mi único padre siempre será Shirō!

- Vaya... eso me ha dolido... Rechazado por mi propio hijo... ¿Pero sabes una cosa? No puedes escapar de mí ni de tu poder. Eres mi hijo y tienes que llevar esa carga toda tu vida. Algún día lo aceptarás y cuando eso pase...

Satán no fue capaz de terminar con la frase debido a que la alarma había sonado. Rin entreabrió los ojos para encontrar el despertador y apagarlo. Con la mano izquierda, cogió una parte de la manta y la apartó de encima para así, poder levantarse. Sin embargo, se dio cuenta de que Kuro había estado durmiendo en su barriga y no quería despertarlo pero pasó lo contrario debido a que lo había destapado de golpe.

- ¡Oye, Rin! ¡No vuelvas a hacer eso, que hace frío! -se quejó.

- Uy, perdón... Me había olvidado de que estabas ahí...

Kuro se percató de que Rin estaba diferente de lo normal.

- ¿Estás bien? Estás pálido... -dijo entristecido.

- No estoy seguro... anoche tuve un sueño extraño pero... ¿fue realmente un sueño? -se preguntó pensativo.

Mientras pensaba sobre ello, se dio cuenta de que su hermano ya se había levantado.

- ¡Oh no! ¡Volveré a llegar tarde! ¡Kuro, ¿Qué hora es?!

- ¡Las 8.23!

Rin se tranquilizó al oírlo y empezó a prepararse a su ritmo. Kuro, quien se quedó con la intriga, le preguntó más acerca de ese sueño que había tenido. Mientas el chico se cambiaba de ropa, le empezó a contar.

- ¿Eso no fue... un sueño lúcido? -dijo Kuro.

- ¿Sueño lúcido? ¿Qué es eso?

- Sucede cuando eres consciente de lo que sueñas y a veces cuesta despertar porque no sabes como despertarte a ti mismo estando en el mundo de los sueños.

- Ya veo... ¿y crees que lo de Satán fue una imaginación mía o...?

- No estoy seguro pero si vuelves a soñar lo mismo esta noche, lo averiguarás.

Cuando Rin miró nuevamente el reloj, que marcaba las 8.37, cogió la Kurikara y abrió la puerta de su habitación dispuesto a salir pero su familiar lo detuvo.

- ¡Espera, Rin! ¡LLévame contigo! Soy tu amigo y mi deber es protegerte.

- Entonces es lo mismo para ti. Yo también soy tu amigo y debo protegerte. Por eso no puedo llevarte conmigo a la escuela de exorcistas.

- Por favor... -dijo poniendo una carita tierna.

Rin suspiró y finalmente accedió a llevarlo consigo. Así que puso a Kuro sobre su hombro y salió de la habitación.

De camino al comedor se quedó pensativo unos instantes pero se dio cuenta de que últimamente estaba pensando mucho y que pensar no era lo suyo.

------------------------------------------------------------------------------

Fecha de publicación del siguiente capítulo:  01/02/19

La chica que vino en busca de Okumura Rin (燐を探しに来た女の子)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora