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Capitulo 2

-Bueno, salgamos el viernes, vamos al parque de diversiones y tengamos un rato agradable.- Decía Nejire con aparente alegría, apesar de que le doliera la verdad, haría que esos dos pasaran un rato juntos para ver si lograba que el amor floreceriera. Así que una salida era lo primero que se le había ocurrido, podría encontrar cualquier cosa para faltar así que no debería de haber mayor problema.

-Bien, entonces el viernes a las 5:00 en el parque de diversiones que queda cerca de por acá, ninguno valla a faltar, ¿entendido?

-SI!

El plan que se había dado era que ella dejaría que los dos se quedaran solos por cualquier motivo que se le ocurriera, así tendrían que pasar un tiempo de calidad juntos y Tamaki podría aprovechar la oportunidad para salir con Mirio sin ella de por medio, a pesar de que sería doloroso y que puede que no funcionara ella dejaría que ellos estuvieran juntos, ya podría procurarse por sus propios sentimientos después.
Nejire tendría que arriesgar su amor por ellos, pero estaría dispuesta si eso hacía que Tamaki lograra salir del caparazón en la que él se encerraba a menudo.

Tamaki, por otro lado, no quería asistir a la cita, no estaba preparado para estar en un lugar con tanta gente y menos con Mirio y Nejire que eran tan animados con esas cosas, tal vez le dejaría un momento a ellos dos que disfrutarían como amigos y dónde Nejire le podría hablar de él, le podría contar cosas buenas, aunque Mirio conociera todas, o tal vez hacer que se fijara más en el pelinegro, sería lo mejor. Cuando él le dio la idea a Nejire ésta parecía aterrada, Tamaki no podía cagarle los planes de esa manera, así que lo convenció de una manera u otra para que lograra ir y cuando el día llegó, el único emocionada era Mirio.

Tamaki salió de casa con miedo de lo que podría ocurrir, no tenía mucha idea de que hacer en un lugar con tanta gente, en especial al salir con esos dos, que seguramente se irían disparados por todos lados sin darle tiempo a asimilarlo con tranquilidad. Cuando llegó fue su sorpresa al encontrarse solo con Mirio que parecía bastante ansioso por que los demás llegarán, extrañado por que Nejire no estuviera ahí, le pregunto por ella, y él, al tampoco saber mucho de la ausencia de la chica decidieron llamarla.

-Lo lamento chicos, no voy a poder ir porque una amiga quiere que le ayude con algo, y parece ser bastante importante, así que no se preocupen por mí y disfruten del día.

-¿Quieres que vayamos a ayudar también?- Pregunto Mirio con entusiasmo.

-No, es que es una cosa de chicas sabes y sería muy incomodo que un chico estuviera, no se preocupen y vayan.

Los dos chicos se miraron entre ellos y después de una corta despedida decidieron dar un paseo antes de ver dónde montarse, dejando como última opción la noria, por que, a pesar de todo, Mirio se quería subir.

Lo primero fue una montaña rusa donde Tamaki definitivamente no iba a subir, se veía alta y le daba miedo de solo oír los gritos de los que se encontraban arriba, por lo que cuando Mirio quiso montarse, su respuesta fue un rotundo no, que desencadenó una pequeña insistencia por parte del rubio.

-No te caerás Tamaki, es seguro- decía el rubio con alegría.

-No se ve muy seguro Mirio, me da miedo subirme.

-Si pasa algo puedes abrazarme o agarrarte a mí, si te da miedo estaré ahí, así que no te preocupes- dijo y por un momento Tamaki sé sintió confiado de montarse.
Confianza que se fue cuando por fin estuvo arriba de lo que él consideraba un aparato mortal. Gritando y con miedo se apegó lo más que pudo a Mirio, que por culpa de los arneses no podía pegarse del todo a él, sin embargo con las manos unidas y con los ojos llorosos por el miedo que sentía, Mirio pensó que Tamaki sé veía tierno. Cuando se bajaron Tamaki no quería soltarlo por el miedo que aún sentía y Mirio no lo evitó, solo lo sostuvo contra el, tratándo de protegerlo de algo que en realidad ya había pasado.