La Verdad (Albalia)

Parte sin título 4

Ring, ring... Llamé dos veces al telefonillo, María me había dicho que vivían en el sexto piso así que dadas las horas y que tampoco pretendía ser una pesada, no insistí demasiado con el timbre.

- Quien?.- Escuché desde el altavoz acompañado de unas risas de fondo que notaban la diversión que las chicas llevaban en el piso.

- Soy Natalia.- 

Cuando llegué a la puerta, me encontré con esta abierta y el silencio que me hizo dudar a última hora de entrar. Estaban todos sentados alrededor de una mesita que había en el salón, la cual estaba llena de bebidas, restos de tabaco de liar y despojos varios que habían acumulado durante todo el rato en que yo no había estado.

- Hola chicos, qué frío hace esta noche, ¿No?- Típica frase que se dice cuando no sabes como empezar una conversación.

- Ven aquí a mi laíto a hacerte un gintonic en condiciones y veras como entras en calor!- Me respondió Julia pegando golpecitos en el suelo donde se encontraba sentada.

Me quité la chaqueta bomber que llevaba puesta y todos me hicieron un huequito para que me acoplara. Fue entonces cuando me paré a analizar dónde se encontraba Alba. Estaba sentada al lado de Carlos y Sabela, y noté su  mirada penetrante que me observaba como aquel lobo que lleva días sin cazar y encontrándose de repente con su presa favorita.

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La noche iba avanzando y a cada minuto que pasaba los efectos del alcohol iban haciendo estragos en todos nosotros. Yo había empezado a beber más tarde, pero enseguida les alcancé con los chupitos que Marta me servía cada dos por tres, sin venir a cuento y haciéndome brindar a la salud de cualquier tontería que se le venía a la cabeza.

- A ver mis amoreeees!!.- Dijo Afri levantándose de su sitio.- Ya va siendo hora de salir de aquí, que el concierto empieza en 20 minutos y estamos aquí apalancaos cual ancla de un barco.

- Si venga, vámonos que se nos va a hacer tarde.- Respondió Miki imitando la acción de África.- Natalia vas a flipar con el ambiente que se crea en el Sever.

Nos levantamos todos y empezamos a recoger toda la basura que habíamos creado durante la velada. En cuanto a Alba, no había cruzado palabra directa con ella en ningún momento de la noche, si hablábamos era en conversaciones generales. Esto me hizo dudar y plantearme si verdaderamente se había rayado por lo que pasó el lunes pero era tantas las expectativas que me había creado con respecto a esto que el que ella se arrepintiera no pasaba por mi cabeza.

Bajamos a la calle y empezamos a caminar en dirección a la parada de autobús que nos llevaría hasta el lugar cuando de repente noté que me estiraron mi mano la cual llevaba dentro del bolsillo de mi chaqueta intentando mantenerla caliente ante la rasca que caía a estas horas en pleno Madrid.

- Oye! Por lo menos un hola, ¿no?- Al girarme vi a Alba cubierta con su bufanda tapándole tres cuartos de cara e intentando aparentar estar sobria. La única reacción que pude tener ante esta tontería fue levantar mi ceja izquierda.

- ¿Cómo?- Le respondí dejando que pasaran todos para quedarnos más rezagadas.- Pero si cuando he entrado a tu piso has tenido la misma reacción que si hubiera entrado una mosca cojonera.

Ella se quedó mirándome y le salió una risita juguetona.- Claro! A las moscas cojoneras las voy besando yo por ahí también como si nada.- Me soltó tirando de ironía. Decidí entrar en el juego.

-  Pues no sé si las andarás besando o no, pero el caso que me has hecho hoy te aseguro yo que es el mismo!- Seguimos andando sin decir una palabra mientras todos los demás cantaban, bromeaban y se burlaban de sus movidas.- Empiezo a pensar que te arrepientes de lo que pasó el lunes....- Así se lo solté, sin anestesia. Necesitaba saber qué era lo que pasaba por su cabeza. 

Alba se paró en secó y cogiéndome el brazo me hizo girar hacia ella quedando las dos cara a cara:

- ¿Te crees que voy besando por ahí a toda la gente que pasa?- Tenía el semblante serio, tal como una madre cuando regaña a su hijo después de una pataleta.- Si no hubiese querido, nunca habría pasado y además...- Se quedó pensando- Yo NO me arrepiento de las cosas que  hago si no de las que no, así que deja de decir estupideces.

Iba a responderle pero Julia dio un grito haciendo que saliésemos de nuestro mundo y volviéramos a la realidad:

- Tortolitaaaas , venga daros prisa que el autobús ya está ahí!!!.

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El pub SEVER estaba abarrotado de gente y la cola para entrar llegaba hasta varios metros alejados de la puerta. Nosotros conseguimos entrar por la zona VIP ya que Miki conocía a los dueños debido a que también eran catalanes. Ya saben, la gente cuando llega de otra ciudad siempre intenta encontrar a paisanos y así fue como se estableció su amistad. 

- Nat, vamos a pedir. Id vosotros hacia la zona de los escenarios y en cuanto lo tengamos nos acercamos allí.- Me dijo al oído Marta.- ¿Qué os pido? Ah y dadme dinero cabronas que el señor que invitaba hace ya muchos años que ha fallecido!!!.- Bromeó Marta. Le dimos el dinero y le dijimos lo que queríamos tomar.

Alba, Sabela, Afri y yo llegamos a la zona acordada y la verdad es que era una pasada la cantidad de grupos que cantaban animando también al público a que lo hiciera con ellos. "Ojalá algún dia pueda llenar yo un pub como este" Pensé .