SeungMin estaba aturdido mientras HyunJin les llevaba a casa. No podía creer que había golpeado a Hobin en público. Nunca había golpeado a nadie antes. Su mano estaba un poco dolorida, pero se sentía bien, de hecho se sentía más que bien y tal vez era la adrenalina estaba causando su repentina euforia.
—Hey. —La voz preocupada de HyunJin lo sacó de su ensueño—. ¿Estás bien?
—Estoy bien. —vio como el chico le observaba por el rabillo del ojo.
— ¿Quién era ese tipo?
—Mi ex, era un megalómano abusador y controlador, supongo que todavía no puede tragar el hecho de que lo haya dejado.
HyunJin soltó un bufido. —Idiota es lo que es. Me alegro de que lo golpearas. Estaba a punto de enseñarle al idiota una lección, pero te me adelantaste.
—Me alegro de haberlo hecho.
El camino al apartamento del menor, tomó quince minutos. Esta vez, SeungMin no dudó ni lo pensó dos veces.
— ¿Quieres venir a tomar un café? Preparo excelentes capuccinos. Mejor que Starbucks.
—Me encantaría, pero ¿estás seguro? Quiero decir, entendería si quisieras terminar la cita después de lo que pasó.
—Estoy seguro. — Infundió tanta confianza como pudo en su voz. No fue difícil. Se sentía con poder. ¿Estaba mal sentirse tan bien después de golpear a un chico? Había infringido una ley, ¿no? ¿Atacar a alguien? SeungMin no podía decidirse por lo correcto. Hobin se lo merecía. Tomaron las escaleras al apartamento del menor en el tercer piso.
—Hogar dulce hogar —dijo, abriendo la puerta. Se sentía cohibido porque esto no era para nada tan agradable como la casa de ensueño de HyunJin. La sala de estar estaba impecable, pero pequeña, y los muebles eran escasos. A él nunca le había importado donde vivía antes, pero verlo a través de otros ojos, especialmente los del chico a su lado, le hizo desear tener más que ofrecer.
—Un bonito lugar —dijo con sinceridad HyunJin, y de la misma forma, desenredó el nudo en de su pecho.
—Te prometí café. —Comento mientras iba a la cocina y preparaba dos tazas de capuchino con su máquina de café expresso, tal vez el único artículo de lujo en su apartamento. Los ojos del mayor lo seguían, con la mirada fija en la brillante máquina. Sonrió con orgullo, la acariciaba como si fuera una querida mascota.
Se sentaron en el sofá de dos plazas, bebiendo café hecho de granos de Sumatra. El chico parecía a gusto sentado tan cerca, en el pequeño apartamento.Se sentía cálido y acogedor junto a él y SeungMin no pudo evitar deslizarse lo suficientemente cerca como para casi tocarse.
—Déjame ver tu mano —dijo HyunJin después de que terminaran sus bebidas.
—No es nada. Sólo un poco de dolor. No lo golpeé demasiado duro. —Se excusó pero de todas maneras dejó que tomara su mano y la examinara. El simple contacto era electrizante, y quería más.
SeungMin cogió el aroma del chico, tal y como lo había hecho cuando este lo llevaba medio ebrio hasta su hogar, ese olor mareante mezclado con el olor de la barbacoa del local de costillas. La repentina lucidez de sus sentidos le llevo a preguntarse si sabía tan bien como olía, pero nunca había dado el primer paso para seducir a un hombre físicamente, al menos por esta vez, parecía que su subconsciente unía fuerzas con el resto de su cuerpo y se hicieron cargo. Tomó la cabeza de HyunJin en sus manos y se giró hacia él. El mayor lo miró sorprendido, per a él (o a la parte primitiva de su cerebro) no le importó y acortando la distancia entre ambos, lo beso.
Se respondió sin dudas: su sabor era maravilloso, quería darle un beso para siempre. Con hambre de más, sus besos se volvieron más agresivos. Sus manos amasaron y frotaron la espalda de contraria. HyunJin le devolvió el beso con entusiasmo, pero cuando se separaron para tomar aire, detuvo a SeungMin.
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Teoria de la atracción
Fanfic-¡Despierta, hombre! ¡Te tienes que ir! ¡Ahora! ¡Mierda! ¿Por qué le movían tan fuerte? ¿Y por qué la cama y la almohada se sentían diferentes? Se olía diferente, también. Se olía como si no hubieran sido lavados por semanas. HyunJin recordaba clar...