El Poder del Amor (Brittana girlxgirl)

CAPÍTULO 18: NOVIAS OFICIALES

CAPÍTULO 18: NOVIAS OFICIALES

Santana y Brittany habían esperado a ver como llevaban su relación y el echo de no poder tocarse antes de avisar a sus familias de su relación. Era cierto que sus hermanos, Finn y Stephanie, ya lo sabían, pero era diferente con sus padres. Decidieron que primero lo supiera la familia de la morena. Mientras esperaban a que Luis llegara de trabajar, la pareja estaban en la cama de la latina. Las dos estaban sentadas, la anfitriona estaba apoyada en la pared mirando como su novia, justo enfrente de ella, jugaba con una bombilla. Era parte de su entrenamiento diario. Kurt le había propuesto que realizara ese ejercicio siempre que pudiera y parecía práctico y útil para aprender a manejar su poder y practicaba incluso cuando el Cheerio no estaba presente. El objetivo era tocar la base del objeto sin encenderla. Lo máximo que había conseguido eran diez segundos. No era mucho, pero cuatro meses antes eso era impensable.

– Estoy cansada. – Protestó la ojiazul mientras se tumbaba en la cama, poniendo la cabeza en el lugar donde correspondería los pies y sin estirar las piernas para no tocar a Santana.

– Eso puede ser bueno... ¿Crees que pueda tocarte sin tomar pastillas? – Quiso saber la más baja.

– No me quiero arriesgar.

– Algún día tendremos que correr ese riesgo.

– Claro, cuando haya probado con Stephanie, Kurt, Dani y hasta la entrenadora Sylvester...

– Nunca encontrarás un momento completamente seguro para tocarme... Tendrás que arriesgarte...

– Lo sé, el problema es que, de sólo pensarlo me pongo enferma... Si te hago daño...

La morena se adelantó y, con mucho cuidado, se tumbó encima de la rubia de tal manera que sus pieles no se tocaran y apoyó su cabeza en su pecho.

– Nunca me harás daño... Lo sé...

– No lo puedes saber... Casi mato a Stephanie...

– Eso fue hace años... No debes pensar en eso. Debes concentrarte en controlar tu poder...

En ese momento escucharon la puerta abrirse y a alguien saludando. Las dos bajaron a reunirse con el padre de la morena, que acababa de llegar.

– Hola Papá.

– Hola Señor Lopez.

– Hola chicos. Brittany, ya te he dicho que me llames Luis.

– Papá, tengo algo muy importante que decirte. ¿Podríamos hablar los tres un momento?

– Claro. – El hombre respondió preocupado por lo que las chicas le podrían comentar.

– Verás, Brittany y yo somos... novias. Hace unos días de eso, pero no te había dicho nada porque queríamos ver si eramos capaces de llevar una relación sin tocarnos. Ahora podemos decir que, aunque es difícil, nuestro amor es más fuerte.

– Me alegro por vosotras... Quiero vuestra felicidad... La de las dos. – Dijo el señor Lopez.

– Haré todo lo que pueda por hacer feliz a su hija. – Prometió Pierce.

– Lo sé... Sólo espero que pronto os podáis tocar... – Comentó el mayor.

– Gracias papá, significa mucho para nosotras tu apoyo. – La morena estaba feliz.

El resto de la tarde la pasaron en familia. Carole se alegró mucho por la noticia e invitó a la rubia a cenar en la casa. Finn se unió a ellos y pasaron un rato divirtiéndose.

Al día siguiente, fue el turno de decírselo a los padres de Brittany. Santana notó que su novia estaba nerviosa y trató de tranquilizarla. Stephanie estaba con ellas, no quería dejar a su hermana sola en esto. Puede que no siempre hubiera estado a la altura de las circunstancias, pero amaba a su hermana pequeña y no permitiría que nadie le hiciera daño... Ni siquiera sus padres. Los señores Pierce sabían que su hija menor era homosexual y no habían demostrado ningún sentimiento adverso hacia ello, pero tampoco le habían mostrado su apoyo. Se sentaron a la mesa para la cena. Cuando su madre sirvió el postre, la menor decidió que era el momento de hablar.

– Papá, mamá... Quiero deciros que... Santana y yo... – La rubia miró a su novia esperando encontrar en su mirada el consuelo a su miedo a seguir hablando. Se perdió en el oscuro de sus ojos y notó la decisión en ellos. Iba a continuar cuando su padre la interrumpió.

– Sois pareja. Hija, sois muy evidentes... Debo decir que me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga feliz y que tenga la paciencia necesaria para esperar a que seas capaz de tocar a alguien... Debe ser frustrante y desesperante para ella y lo único que espero es que no le hagas daño. No me gustaría que se tenga que arrepentir de salir con una Pierce...

Las luces de la habitación comenzaron a fallar. Los móviles comenzaron a sonar. La morena se preocupó, hacía mucho tiempo que su novio no perdía su concentración de esa manera.

– B, tranquila. – Le dijo Stephanie.

– Brittany, mírame. – Le ordenó la morena y su pareja lo obedeció. La más baja sujetó las manos de la otra. – Respira. No me vas a hacer daño, hemos hablado de eso. Tus padres están de acuerdo con nuestra relación, al igual que el mío. Tenemos las pastillas y vas a acabar controlando tu poder. No hay nada por lo que ponerse nerviosa. Yo estoy contigo. No tienes nada que temer.

Poco a poco la ojiazul se tranquilizó y dejó de influir en los aparatos eléctricos.

– No me había dado cuenta de cuanto he avanzado en el control de mi poder. ¿Hace cuanto que no perdía el control de esta manera? – Preguntó la más alta.

– Ni me acuerdo. – Respondió su hermana guiñándole un ojo.

– Lo ves... Dentro de poco podrás tocarme sin ningún riesgo. – Añadió Santana.

– Puede que ya sea capaz de hacerlo pero el miedo le impide comprobarlo... ¿Hace cuanto no intentas tocar a alguien que no sea Lily? – Quiso saber Stephanie.

– Desde principio de curso. – Todos lo miraron sorprendidos.

– ¿Cuándo? – Preguntó su madre asustada, pensando que tal vez su hija había matado a alguien y había escondido el cadáver.

– Los animadores me hicieron cerrar los ojos y, cuando me tranquilicé, Blaine me dio un beso en la mejilla. – La latina le dio rápidamente un beso en la mejilla. Brittany no se lo esperaba y la morena no recibió ninguna descarga.

– Así que si te pillamos desprevenida no hay ningún problema... – Susurró cuando se apartó de su novia.

– Genial, B. Ya sabemos cual es tu problema. No es que no sepas controlar tu poder, lo que pasa es que te pones nerviosa cuando presientes que va a haber contacto. Es algo psicológico.