Ven y baila conmigo.

Tradición y deseo.

¡Hola!

Sé que debí publicar este capítulo y especial de año nuevo desde que fue primero o treinta y uno pero me pasaron muchas cosas para mi vida que seguramente a ustedes les vale verga y a mi no me dan ganas de contar.

Sin más, les dejo con este muuuuuy atrasado capítulo de especial de año nuevo.

Y él que se queje me dice para darnos en la madre.

¡Disfruten de la lectura!

Tradición y deseo.

Karmi no era adepta a las tradiciones, sin embargo, aún así disfrutaba de la necesidad efímera de poder celebrar algunas en ocasiones.

Si lo recontaba mentalmente había festividades que si había cumplido y festejado en compañía del idiota de su amigo. Pasaron acción de gracias, con ambos rompiendo el hueso de pollo a la mitad, festejaron la independencia de su país, se jugaron bromas en el día de los inocentes y en Halloween iban a vestir combinados de no ser por la estúpida y desafortunada intromisión de Marco y, para culminar, hicieron intercambio juntos.

En dónde Hiro le obsequió una horrible bufanda y ella le dio calcetines.

Había pensado que eso sería todo, que no ocuparía nada más en su vida.

Sin embargo, no fue así; La morena jamás se había imaginado que en su vida representaría esta situación, en un supermercado, con su mejor amigo, comprando uvas para terminar el año y repasando en una lista que faltaba para comprar.

—Nunca pensé que la tìa Cass fuera entusiasta del año nuevo —masculló el morocho con lentitud y sueño, aguantando un bostezo retenido que venía acicalando en la garganto.

Revisó por quinta vez aquella lista que incluía el mandado.

—...Diablos, todo lo que tenemos comprar.

—Al menos tu lista no es tan larga como la de Miguel y Marco —Hiro asintió a ese pequeño detalle y comentario de la morena, realizando una mueca algo disgustada de sólo recordar el pliego que extendieron en su última clase antes de vacaciones —Aún sigo sin pensar que de todas sus tradiciones, la más estúpida es la de romper un plato en la entrada.

—Me parece sorprendente que tiran lentejas por toda la casa.

—¿Para qué quieren tantas lentejas? —preguntò Hiro sin entender muy bien la lógica.

Karmi de pronto apretó los labios, aguantando la carcajada de pensar en Marco esparciendo leguminosas, una escena muy graciosa a su parecer.

Empezaba a extrañar a su maestro.

—¿Y esa cara triste? —preguntó Hiro —pensé que estarías feliz de no pasar el tiempo con tus maestros y que se fueran a acampar.—encogió los hombros de sólo acordarse una de las razones por las cuáles ellos tenían vacaciones.

El recuerdo era fresco, Karmi y Hiro mirándolos con sorpresa mientras Marco y Miguel les contaban emocionados que suspenderían las clases para poder irse a acampar y pasar el año lejos.

—Ya sabes, por como nos presumieron en la clase anterior porquè son cosas de machos —empezó con tranquilidad, sin olvidar la risa de Miguel al preguntarle si quería acompañarlo y éste, le contestó que no.

Detestaba acampar, y detestaba la naturaleza.

Karmi asintió ante el recuerdo de esos dos, después de la risa absurda entre Hiro y Miguel, Marco terminó indicándole cada una de sus tradiciones que ellos realizaban para terminar el año de manera positiva.