Siempre Tuyo, Little Prince. / YoonMin

08- Min Yoongi

Hoy, durante la madrugada escuché que Jimin y Jungkook se despedían de los demás y emprendian su viaje hacia Estados Unidos. Él se fue y yo estoy aquí, recostado sobre mi cama desordenada y pensando en la mierda que hice para merecer esto.

¿Un karma de mi vida pasada? Quizás.

Yo seguiría disfrutando de sus caricias, de esas noches eternas hablando por teléfono y sus cariñosos besos, seguiría riendo todas las mañanas con sus chistes malos sobre mi cabello despeinado y yo solo lo abrazaría. Porque lo amo y eso no cambiará por nada del mundo. Pero hace unos meses atrás sucedieron muchas cosas y, como si fuese un puto adolescente de dieciseis años me dejé llevar por los comentarios de la gente.

Jimin es perfecto, yo una mierda.

Es el cielo entero y yo solo una puta estrella.

Jimin necesitaba a Jungkook y él también lo necesitaba, yo solo sobraba en esa historia con un final ya escrito hace mucho, yo solo fui un arco que ya se solucionó y del cual no soy parte. Porque yo nunca merecí siquiera el amor del maldito y perfecto Park Jimin.

Miré la habitación, mi ropa tirada en el suelo y envolturas de golosinas en mi velador, cubiertas de hormigas comiendo el poco dulce que quedó adherido al papel. Sin darme cuenta mi habitación me representaba y me repugnaba, pero tampoco tenía el ánimo de levantarme y arreglarlo, ¿para qué? eso no traerá a Jimin de vuelta, quien de seguro está comiéndose un hotdog a los pies de la estatua de la libertad y sonriéndole al bastardo de Jungkook.

Ya eran las tres de la tarde y debíamos ir a ensayar, mi ánimo no me ayudaba y el olor que llevaba conmigo no agradaría a nadie, ni siquiera me había bañado estos días, no había razón ya que no debía agradarle a nadie. No me levanté de la cama, abrí mi Instagram privado y comencé a ver algunas "stories", logré olvidarme de Jimin al ver lo que hacía mi familia, desde cenas familiares a "divertidos" videos de sus mascotas saltando por el patio. Mi dedo inconscientemente seguía deslizándose hasta que apareció Jungkook en mi pantalla.

-¡Mierda! 

Había acertado, Jeon Jungkook y Park Jimin, vestidos con chaquetas similares al estilo de pareja comiendo hotdogs en la estatua de la libertad, la foto había sido subida hace menos de una hora y ambos sonreían. Pero noté algo extraño en la publicación, un detalle que aún no notaba y después de observarla detenidamente logré detectar, la sonrisa de Jimin era falsa, sus dientes se veían demasiado y sus ojos no se cerraron por completo, es la típica que ensaya antes de un fan-meeting y que yo mismo le ayudé a perfeccionar. Que tonto eres Jiminnie, fingiendo ser feliz donde no lo eres.

Pero claro, ¿dónde más lo sería? Si yo maté la ilusión que él tuvo de formar una familia a mi lado, finalmente ser pareja de manera formal, sin ataduras ni secretos, solo él y yo contra quien se atreviera a meterse en nuestro camino. Pero la vida me hizo ser el hombre más estúpido que existe y ahora solo debía afrontar mis decisiones. Lo dejé ir y ya no hay vuelta atrás.

Me levanté de la cama y fui directo a la ducha, intenté quitarme todo lo malo que sentía sobre mi y utilicé casi todo el shampoo del maknae. "Ahora oleré a la mierda de Jungkook." Pensé, pero luego me prometí a mi mismo no pensar en ellos, eso me terminaría matando tarde o temprano.

Salí de la ducha y al notar que estaba solo en casa me lancé sobre el sillón y mandé a la mierda el pasado. Y porque sé que olvidar al amor de mi vida no será fácil, instalé Tinder.