Algo estaba clarísimo cuando Logan vio a hombre para follar, él supo quién era y joder, es obvio ¿No? Es el único tomando vino, vistiendo sólo de negro y platicando muy a gusto con Sophia. O era Michael o era el papá de Sophia. Mi amigo me dio agua y pude relajarme, volteé a ver a Jackson por un segundo y un sentimiento de envidia me invadió por completo al ver a la de pelo rizado y piel muy blanca tocándole la pierna al hombre que tenía al frente mientras le susurraba cosas al oído.
Tanto pensar y tantas cervezas no eran buena combinación, sentí la bilis amarga en mi garganta a punto de ser arrojada, pero me contuve.
Un chillido me sacó de mis pensamientos.
Giré mi silla sobre su eje y vi a Olivia viendo como estúpida el techo y las paredes manchadas de neón.
-¡Está de pelos! -gritó atrayendo la atención de casi la mitad de los presentes.
La pelinegra fue hasta Logan y lo abrazó mientras yo me giraba de nuevo golpeando con mi cabello la cara de Hunter.
"No eres tan irresistible" me estaba atormentando y de no detenerme iba a explotar. Joder, ¿está ciego? Cualquiera mataría por tenerme y ese gilipollas dice que no estoy bonita ¡¿Quién se cree?!
Oli se puso a mi lado pegando su cuerpo con el mío mientras se acercaba a mi oído.
-¿Ya viste que el Sr. Jackson vino?
-¿En serio? -pregunté mientras le decía a Logan con la mirada que se callara-. ¿Dónde está?
-Por allá, junto a la -Olivia señaló la piscina, pero él y Sophia habían desaparecido -... Puta de Sophia, ¡Joder! Ya se lo está follando.
Fingí una sonrisa y apoyé mi cabeza en el hombro de Logan.
Oli se fue a bailar con Hunter a la pista, los veía moviéndose y me preguntaba en qué habitación estarán Michael y Sophia.
-Ahora sí, cuéntame, ¿Qué te dijo ese gilipollas?
-Nada, sin importancia.
Logan me apartó -No me vengas con eso, viniste casi llorando, ¿Qué te dijo? Solo me hace falta una razón para partirle la cara y sé que tú la tienes.
¿Partirle la cara? -Logan, si lo golpeas, serás expulsado por agredir a un maestro.
-¿Qué te h-i-z-o?
Tierra, trágame, apreté mi M y en eso, la voz de Tom sonó a mis espaldas.
-¿Logan? ¿Qué haces aquí? -Tom y Logan estrecharon con fuerza sus palmas y en medio de un medio abrazo sonrieron, ¡Gracias, mami! Llegó Tom y Logan olvidó lo de hombre para follar.
-Llegué a la residencia y sólo vi a Olivia, al colegialo y a Madeleine, ¿Dónde estabas tú?
Volteo al lado y no veo a Heather, ¿Será que solo fue por el polvo?
-Estaba ocupado -Tom pellizcó mi mano que estaba sobre mi pierna, y yo reí ¡Por fin se hizo!
Saqué un cigarro de mi brasierre y lo encendí, calé de él, Tom olfateó el humo, volteó y me miró con cara de ogro -. Madeleine, suelta eso ahora.
-No.
-Logan, ¿Tú se lo diste?
-No, Logan no me lo dio, yo lo traía. Déjalo en paz y disfruta la vida, abuelita -exhalé el humo en su cara y luego le di un beso en la mejilla.
-Madeleine, disfrutar de la vida no es promoviendo un puto cáncer de pulmones o de garganta, ¿Qué vas a hacer cuando tengas los dientes amarillentos?
-Compraré un blanqueador. ¿Quieres un trago?
-No. Ahora deja ese cigarro.
Algo que tienes que saber de Barclay es que nunca se le olvida nada. Y no puedes cambiar de tema con él, siempre se sale con la suya.
-¡Deja de darme órdenes! Escucha, Tom, si un puto cáncer llega a mí, yo lo enfrentaré sola, si tengo los dientes amarillos yo me los blanqueare, vive tu vida y déjame vivir la mía.
Logan sólo miraba nuestras caras como cachorrito regañado. Siempre es la misma pelea, y a pesar de que Tom sabe que odio que me manden él seguía fastidiándome la vida. Pero qué más dá, es mi hermano, lo amo con mi alma y lo tengo que aguantar.
Tom me abrazó por el cuello besando mi cabeza mientras yo ponía mis brazos alrededor de su cintura, Logan pidió otro vodka y sacó su cigarrillo, ambos tenemos un pasado muy difícil y decidimos "tapar" nuestro dolor con el tabaco.
El barman se acercó diciéndonos que todo estaba gratis por ser la apertura, ni bien terminó de decir lo anterior cuando Logan y yo pedimos diez panchitos con la fruta cítrica verde y algo de sal.
-Quien se los tome más rápido gana.
-¿El qué? -me contestó Logan.
-No sé, simplemente gana. ¿De acuerdo?
Logan asintió.
Tom me soltó y giré mi silla quedando frente a frente con Logan.
-¡Ya!
Rápidamente me tomé el alcohol transparente sintiendo mi garganta arder pero se tornó delicioso cuando mordí el cítrico y tome sal entre mis dedos. ¡Estúpida! Logan ya lleva dos.
Grité de desesperación y me tomé dos vasitos de un solo, la gente empezó a gritar y me percaté que todos nos observaban.
-¡Tramposa! -dijo Logan metiéndose sal a la boca mientras yo tomaba otro -. Tienes que tomar el alcohol luego el limón y por último la sal, no uno tras otro.
Mordí el limón haciendo un gesto feo por el jugo amargo -¡Se vale todo!
Olivia chilló justo cuando Logan tomaba otro y solo quedaba uno, mi garganta ardía demasiado y estamos empatados ya que no resistí el que me acabo de tomar y lo escupí, estamos cuatro a cuatro y no sé lo que se viene.
-¡Vamos, Logan! -gritó Oli, qué hija de puta, ¡no apoya a su amiga! Logan también se vio con cara verde, a punto de arrojar todo lo que había bebido.
Decidida, tomé el último panchito y entonces todos gritaron y aplaudieron, Tom me palmeó la espalda y justo cuando me metí la sal a la boca, Tom agarró mi mano y la haló hacia arriba, Sonreí totalmente mareada, y vi a Logan todo borracho tirado sobre la barra.
-¡Te gané! -el público gritó mi nombre y sentí que mataba a Tom por jamaquearme como una muñeca de trapo.
-Es una tramposa -gritó Olivia y tomó a Hunter de la mano para volver a la pista -. ¡A menear el culo, chicos!
-Jesús -dijo por fin Logan -. Mi cerebro está palpitando.
Sé exactamente a qué se refiere. Es increíble como los panchitos que hace Sophia te pueden emborrachar en dos segundos, cerré los ojos por dos segundos y abracé a Tom de nuevo.
Vi la pista de baile y me fijé que Olivia se llevaba a Hunter hacia la salida; le resté importancia y me rasqué la nariz.
El ambiente se volvió sordo cuando un olor a canela me revolvió el estómago, inmediatamente volteé, como si fuera un reflejo conocido de mi cuerpo.
-¿Tienes vino tinto? - escuché su voz y vi al barman moverse ágilmente.
Observé su cuerpo, mareada por todo el güaro que había bebido. Sus botas negras de cuero, ese pantalón negro algo apretado y su camisa de botones, arremangada febrilmente por los brazos, es un detalle maravilloso, y su cadena de plata cayendo sensualmente sobre su cuello blanco... ¡Jesús!
-¡Puaj! ¿Quién viene a una fiesta a beber vino? -. Logan lo taladró con la mirada, hablando por él el alcohol, pero hombre para follar sólo me vio a mí, yo bajé mi rostro algo tímida, y no me preguntes por qué porque no lo sé -. Ey, tú, Jackson -Michael lo vio y el alcohol que había bebido estaba estayándome el estómago y el dolor de cabeza. Me aferré más a Tom -. ¿Estás sordo?
Logan le trae ganas a Michael y estoy segura que esto va a terminar mal.
-¡Ah, disculpa! No te había escuchado, tu voz es tan suave que creí que eras una mujer -respondió hombre para follar mientras se iba lentamente con su vino entre los dedos.
-¡Hijo de puta! -Logan se puso de pie como resorte, y Tom quiso moverse pero lo apreté con mis brazos.
-Cálmate, viejo -dijo Jackson pasando por mi lado sensualmente, terminó su vino y puso el vaso en la barra posando su brazo frente a mi. Apoyo a Logan, es un hijo de puta, me tuve que contener para no lamerle los dedos -. No quiero causarle problemas a Sophia.
Claro, no quiere disgustar a su noviecita, eso aumentó la furia de Logan. El solo hecho de que su rival mencionara a la mujer por la que ambos estaban peleando le puso los pelos de punta a Logan y puedo asegurar que los panchitos están acabando con él.
Jackson siguió caminando, fue por su chaqueta al perchero, era una chaqueta negra de cuero, que también le sentaba bien, Tom me tenía apretada, como si supiera que estaba a punto de lanzarme a hombre para follar. Logan vio todo el recorrido que hizo, vio cada paso que dio.
-Mañana a las nueve, Tom -golpeó dos veces el hombro de mi amigo, y solo vi su moño pasar frente a mí.
-¿Ese es tu jefe, Tom? ¡¿Ese gilipollas mujercita es tu jefe?! -escuché el chirrido de una chaqueta de cuero, y cuando terminé de parpadear, Logan estaba en el suelo con el labio reventado.
Tom me quitó los brazos de su cintura y le tomó la mano a Trainor para levantarlo, yo ni siquiera podía pensar, el alcohol tenía dormido mi cerebro.
Las luces se encendieron mientras Logan jadeaba del dolor, me asusté al ver la sangre chorreando en su mano.
-¿Qué pasa? -Sophia venía con la cara blanca, y solo vio a Jackson, le hizo una mirada fea y se regresó por donde vino, ahora fue mi turno de ver a Michael quien solo miraba el suelo con la respiración vuelta loca.
Me paré del asiento para irme de aquí, miré a todos lados sin ver a Olivia, ¡Malditos conejos! Me tambaleé en mis tacones a punto de caer, entonces me sostuve de la pared. Hombre para follar me vio y supo que estaba ebria.
-¡Madeleine, te vas con Oli! -escuché a Tom yéndose con Logan mientras le ponía un paño blanco al desangrado que estaba en su cara. Logan se sostenía de los hombros de Tom mostrando cuán pasados de copas o mejor dicho, cuán pasado de panchitos estaba, exactamente o peor que yo, ya que yo le gané.
Reaccioné a lo que Tom me dijo, ¡Olivia no está y la residencia está a 20 kilómetros!
-¡Tom! -pero ellos ya habían esquivado la marea de gente -¡Mierda!
Sentí el vómito por el revoltijo de mi estómago al verme preocupada.
Corri tras ellos en mis piernas tambaleantes, esquivando gente. Alguien me dio un empujón y debí sujetarme de una mesa para no caer. El gesto brusco hizo que el mundo girara a mi alrededor y apreté los ojos en un intento de detener el mareo.
-Ey, cuidado- dijo una mujer con voz aguardentosa. Alcé la vista hacia la salida, aterrada de que se hubieran ido y quedarme aquí abandonada.
Divisé la espalda de Tom poniendo a Logan en el asiento copiloto y cerraba la puerta mientras él se subía al Lexus y encendía el motor.
Maldije y me apresuré, vi a Barclay sacando el auto del parking.
-¡Tom! -grité en el intento de que supiera que Olivia no estaba, pero en un charco, mi tacón se dobló cayéndome sobre el agua, mojandome toda, marcando perfectamente mi lencería.
¿¡En qué puto momento bebí tanto?! Observé con pánico cómo el auto se alejaba poco a poco mientras estaba sentada sobre el suelo.
Me levanté con dificultad, sacudí las hojas que se pegaron en mis piernas y me encaminé de nuevo al bar a ver si Olivia ya estaba ahí. Caminé con cuidado, para evitar otra caída.
Todos veían con atención mi vestido amarillo ahora transparente, gracias a Dios que me puse ropa interior.
Sentía las piernas pesadas, cada paso era una tarea titánica y el mareo no se quitaba.
Me puse contra la pared a modo de pasar inadvertida, cerca de la entrada.
Veía personas ir y venir pero no escuchaba nada, quería vomitar, quería llorar, quería gritar... Quería hacer de todo.
Toqué mi brassiere a ver si por milagro divino andaba mi celular ahí pero erré. Recordé que lo había dejado abajo de mi almohada.
-¿Tus amigos te dejaron?
Giré bruscamente hacia el sonido profundo de su voz. El movimiento me hizo perder el equilibrio y trastabillé.
Hombre para follar extendió los brazos para evitar que cayera, pero retrocedí para que no me tocara, aunque me haya bebido cinco panchitos, dos vodkas y una cerveza, sigo recordando lo que me dijo al llegar. Levantó la mano como para proclamar que no estaba armado.
Mis ojos se movieron desde la palma hasta su rostro. Era demasiado hermoso para ser dueño de Kajoe donde parecía que si tan siquiera rozabas a los presentes, necesitarías una dosis masiva de penicilina.
Se me escapó una risita, pero de inmediato cubrí el sonido con la mano. Sacudí la cabeza suavemente para despejar los vapores del alcohol.
-¿Estás bien? -preguntó apoyándose contra la pared a muy pocos centímetros de distancia.
-Sí... Sí. Bien. ¿Y tú? Oh, espera. ¿Yo? -balbuceé con el ceño fruncido-. ¿Por qué? ¿Por qué me lo preguntas? ¿No me veo bien?
Sus labios se extendieron en una media sonrisa y sus ojos se fundieron en un hermoso color negro medianoche, acomodó unos cuántos rizos detrás de su oreja. Sexy. Podría haberme pateado por hablar de más. Un simple "sí ", habría sido suficiente.
Ladeó la cabeza, con sus ojos profundos concentrados en mí con una intensidad a la que no estaba acostumbrada. Como si realmente me estuviera viendo más allá de la vestimenta, el maquillaje y el peinado; viendo a la chica que había debajo.
Una picazón placentera empezó a centrarse en mi labio inferior al estudiar su rostro, ¿Esas eran sus pestañas? Imposible. Eran demasiado largas para ser de un hombre.
-Te ves borracha -respondió.
Guau. ¿Era tan obvio?
-Para nada, solo bebí unos vasos.
Me observó con escepticismo, al tiempo que yo ponía mi mejor cara se sobriedad.
Nuestros ojos se dirigieron hacia la barra y pude observar que dos mujeres hacían competencia de panchitos. Envidiosas.
-¿Estás varada aquí?
-No -mentí. Varada me hacía parecer tan... Indefensa. Aunque fuera cierto, yo no era así. Sabía defenderme.
-¿Adónde se fueron entonces?
Solté el aire. Era difícil mantener la mentira cuando ahí estaba yo: sola, mojada, sin celular, afuera. Y más alcoholizada de lo que me convenía. Pasé una mano por mi cara y ahí supe que hice un desastre con el maquillaje. Él metió una de las suyas en el bolsillo de su chaqueta, pero no agregó nada más. Permanecimos apoyados contra la pared, en silencio, mirando fijo hacia adelante, separados por una corta distancia. Su cuerpo irradiaba calor. La picazón de mi labio aumentó.
Un grito se escuchó adentro y la mujer que había ganado la competencia de panchitos se subió a la barra a bailar mientras sacudía los brazos por encima de la cabeza y meneando las caderas ante los gritos entusiasmados de los hombres que la rodeaban desde abajo.
Habló a mi lado. Su voz, un murmullo profundo que retumbó por encima del bullicio:
-Ya sé que no estás varada ni nada -¿había cierta burla en su tono? -, pero podría llevarte a tu casa. Si quieres.
Volteé para estudiarlo, apoyando mi hombro contra la pared. Sintiendo que mi labio no dejaba de picarme. Lo revisé de arriba abajo, evaluando cada centímetro de su ser de endemoniadamente sexy. Era realmente bello: pelo oscuro y ojos color chocolate, profundos y magnéticos, perfectos para matarte si lo desobedeces, su cadena me aceleró la respiración. "tesoro, no eres tan irresistible" rápidamente reaccioné.
-No tendré sexo contigo.
Se acomodó para quedar frente a mí, poniendo las mandíbulas duras.
-No recuerdo habértelo pedido.
Me sonrojé. Sus palabras sonaron tan despectivas como estoy segura de que era su intención y me indigné. Una vez más.
-Oh, perdón, buen Samaritano rompe relaciones... Solo me llevas porque quieres. Sí, claro. Te creo.
Recorrí con la mirada su cuerpo esbelto, su chaqueta de cuero y sus pantalones negros un poco ajustados. Era la fantasía caminando. Si lo mío fuera perder el control y tener sexo alocado con un chico malo, él sería el indicado. Me quise matar mentalmente, ¡Relajate, Madeleine! Te dijo que no le gustabas, es tu maestro y solo es hombre para follar, nada más... ¡Tú no eres así con los hombres! Recuérdalo, siempre dura.
-Solo te llevo. ¿Rompe relaciones? -sonrió con descaro, cruzando sus piernas y apoyándose en la pared de ladrillos.
Asentí acomodando mi cabello -Logan estaba con Sophia y tú se la quitaste.
-¿Logan?
-El que golpeaste.
-Ah, ese tipo -negó-. Estás equivocada, no soy nada de Sophia y yo no le he dado motivos para que cancele una relación por mí.
-Mentiroso, te vi con ella, apuesto que en los minutos que te perdiste estuviste follando con ella.
-Mira, princesa -dijo sin vestigios en su tono lo que claramente indicaba que se había cansado de los jueguitos ¿Princesa? Enderecé los hombros -. Estás ebria y sola en el lugar equivocado -prosiguió -. En este preciso momento hay una docena de hombres viéndote, averiguando la manera de cómo tener sexo contigo, ¿Logras captarme? Vámonos ahora -Sacó las manos de su chaqueta y empezó a caminar hacia un lujoso cadillac negro, observé su duro trasero, y puedo jurar que por un instante babeé.
Caminé detrás de él, estupefacta de que estuviera siguiendo una orden. Deseguro el alcohol.
-Vivo en la ciudad- dije siguiéndolo, caminando con cuidado -. En una residencia. En Dartford.
-Podría haberlo jurado -tiritó una risa mientras abría su puerta, yo sonreí al oirlo a él, me vio y yo lo vi, conectando sublimemente nuestras miradas.
No dijo nada, solo se subió y le quitó el seguro a mi puerta para que yo entrara. Intenté colocarme el cinturón de seguridad con dedos inseguros, hasta que por fin lo logré. Dios, estaba realmente ebria.
Aspiré el olor agradable que tenía su auto. Encendió el motor y lo dejó calentar mientras ponía el aire acondicionado.
-¿Este no es el mismo auto de cuando me diste gasolina?
-No, aquel no era mío.
-¿Y este sí?
-¿No crees que es obvio?
No respondí nada. Arrogante.
Vi sus dedos, largos y blancos y dejé que su olor a canela me transportara a otra dimensión.
Era alto y sólido. Cualquier chica se le echaría encima, encantada de estar con él. Apreté los ojos y crucé las piernas cuando se me pasó por la mente la imagen de mis piernas enredadas en sus caderas esbeltas y sus palmas grandes sosteniéndome por el trasero, mientras yo lamía su cuello. Mi respiración se aceleró.
Noté que él miró mis piernas y un brillo se posó en su mirada, volteó hacia el retrovisor y arrancó de retroceso.
Observé su rostro a través del vidrio y verlo tan concentrado hizo que se me cerrara el pecho. Estúpida Madeleine. No podía resistirme a su atractivo. Mandíbula cuadrada, nariz pequeña y recta, tés blanca y más allá de todo, sus labios sensuales y bien formados.
Tosí levemente, como para recordarle que lleva compañía.
-Me llevas directamente a mi casa.
-Ya quedó claro, ¿no?
Ni siquiera me vio. Como si yo no valiera la pena, y eso me hizo sentir un poco tonta.
-¿Cuántos años tienes?
-Jum, adivina.
-Me llamo Madeleine -respondí y fue entonces que me vio y soltó una risita.
-Estás muy ebria, niña.
-¿Por qué eres maestro? No tienes aspecto de uno.
La piel alrededor de su mentón se puso tensa, y un músculo vibró, señal de que yo había tocado uno.
-Bien, creo que estás muy borracha para recordar esto mañana... No soy maestro, ni siquiera me gusta serlo, tan solo tengo que cumplir un acuerdo que hice con Gallerman.
-¿Acuerdo?
Vio con intensidad mi M y giró a la derecha.
-Sólo te puedo decir que sólo trabajaré en Dartford el primer trimestre. Luego me mandan a volar. Y créeme, te voy a trabajar. El director me advirtió sobre ti.
-¿Me vas a trabajar? -dije con doble sentido y él la captó en dos segundos.
-Tu novio se molestará si sigues haciendo esos comentarios -sonó como un completo "¿Tienes novio? " sólo que él se las arreglaba para parecer desinteresado. Vi sus manos sosteniendo el volante, son fuertes y masculinas, con líneas azules y violetas resaltando ferozmente, dedos largos y uñas cuadradas. El tipo de manos que anunciaban a gritos que sabían tocar a una mujer.
Parpadeé y me obligué a ver el camino. Apreté mis rodillas con mis palmas.
-No tengo novio. ¿Qué hay de ti?
-Tampoco tengo novio -respondió bajando la velocidad. Solté una risita. No lo pude evitar. Sentí que me relajaba y me recosté en la ventanilla. Con un hipo, giré para observarlo.
-Eres gracioso -y sexy como nadie. Un loco deseo de besarle el cuello se apoderó de mí, ¡Malditos panchitos!
Sus ojos medianoche me arroparon y sentí que podía quedarme dormida en su aliento.
-¿Cómo es que no tienes novio como tu amiga?
-¿Hablas de Olivia? -asintió-. Bueno, para andar con alguien como Hunter, prefiero estar sola. Un novio suena a un manual de órdenes, sería un impedimento para hacer lo que yo quiera.
Su mirada se posó en mis piernas cruzadas, luego siguió por mi vestido húmedo marcado por mi lencería blanca, me sentí desnuda, y para ser tan arrogante la sensación no fue del todo mala.
-¿Y qué tipo de cosas quieres hacer?
Sonreí, sabiendo que me estaba retando.
-Oh, toda clase de cosas atrevidas... -y entonces, como si me dominara una fuerza incontrolable, me estiré hacia él todo lo que me permitía el cinturón de seguridad. La punta de mi nariz pegó contra su cuello, y me drogué, aspiré su olor a canela, mis labios se movieron contra su piel al hablar -. Como esta.
Me aparté y lo observé.
-Vamos, pues, muéstrame -su voz sonó ronca, viniendo desde lo más profundo de su pecho. Acerqué mi cara a su cuello, una vez más. La sensación placentera de su cadena de plata helada pegando contra la deliciosa picazón febre de mis labios. Olía rico, canela y caramelo, nada de perfumes pesados . Eso me agradó. Moví mi rostro como una gata ronroneando, y entonces lo lamí. Con un gruñido de satisfacción probé su sabor dulce mientras que con mis uñas ponía un mechón de cabello tras su oreja, proseguí con un beso húmedo y abierto contra la manzana de su garganta, tragó y sentí el sexy movimiento de su saliba pasando por donde mis labios besaban, mi otra mano bajaba sobre su pecho y mis dientes tomaron su cadena y la lamieron... Fiancé.
Metí dos dedos entre el espacio de los botones y rasqué suavemente su pecho, sintiéndolo lampiño y húmedo.
La otra mano acariciaba su nuca y mis labios lamían su garganta.
Todo en mí se volvió líquido y caliente. Quería meterme dentro de él, apretarme contra su cuerpo hasta conocer cada resquicio. Cada línea. Cada hueco. Su firmeza. Mi vientre se contrajo y solo pude mover mi mano. Más abajo. Más caricias. Más. Más. Más. Posé mi palma sobre su ciper palpando algo duro y cálido, apreté su pantalón y él susurró y sexy "sí" mientras suspiraba con pesadez. Besé su quijada, deseando poder llegar a sus labios con rapidez. Su mano fue hacia la palanca de cambios y luego hacia mi mano que tocaba más y más, queriendo aventurar más de lo debido. Toqué el metal de su faja.
Surgió una necesidad que me sacudió hasta el infinito. Es curioso ya que he besado a muchos, pero era diferente con él... Entonces llegué a sus labios y probé su sabor salado, mordí el inferior y lamí sus dientes, él soltó un pequeño gemido cuando metí mi mano en una zona prohibida, sentí su dureza, su sabor cálido, agridulce como un snack lleno de mermelada.
Me incliné más, lista para sentarme sobre él, mi cinturón de seguridad soñó y me lo impidió. Fue suficiente. Suficiente para recuperarme.
Volví a mi lugar y lo observé con cautela: su mandíbula tensa, dientes apretados y su garganta brillaba por haberle lamido. Parecía decir algo, sus manos lo delatan en la manera de cómo toma el volante. Tal vez quería jalarme y sentarme sobre su regazo queriendo calmar lo que yo había alborotado.
El auto de atrás hizo señas con las luces. Pestañeó y fijó su atención en el camino.
Deseé que se apresurara, que atravesara la ciudad para poder correr hacia la residencia y olvidar esta noche. Olvidarme de él.
-No eres la chica mala-manda-sola que pretendes ser. Para nada -declaró mirando hacia delante acomodándose su pantalón y conduciendo tranquilamente.
-No sabes nada de mí, Jackson.
-Estás borracha -afirmó-. El lunes irás a clase y ni recordarás mi nombre y esto.
Me fundí en el asiento, sintiendo un ligero dolor de cabeza.
Michael. Siempre lo recordaría, y también que besé sus labios sedosos y toqué algo más allá de la ropa. Lo recordaría. Recordaría que hombre para follar había sido esclavo de mis caricias.☾☀︎︎
-¡Hijo de puta! -grité mientras me echaba el champú y lavaba mi cabello rubio -. Por tu culpa me caí y me mojé.
-¡Olivia calla esa mierda!
-¡Oblígame, moco!
Charlotte le subió más a "What it takes'" de Aerosmith, y Tom escupió con furia la espuma blanca que creó la pasta dental.
-Ya te pedí perdón, Mady, no te escuché y estaba nervioso, si Logan se dormía se iba a morir.
Cerré la llave del agua -Eso es cierto, si dejas dormir a alguien que se acaba de golpear la cabeza, puede morir.
-Exacto, doctora Prunett.
Chillé de la emoción, ya quería mi título junto a mí.
-Siento que la cabeza me explota, Tom, ni siquiera sé cómo llegué hasta acá. Mi memoria sólo registra hasta cuando me caí en el charco por tu culpa.
-Bueno, cuando llegué del hospital no estaba Olivia...
Abrí la ducha envolviéndo en una toalla a mí y a mi cabello.
Tom puso su cara de "mejor no hablo"
-¡Tú sabes!
-No sé nada.
Caminó y yo lo seguí en medio de pequeños resbalones.
-Vamos, dime, y luego me cuentas qué pasó con Heather.
Puse la cara que sólo es para suplicarle a él.
-Madeleine... Cuando vine estaba Michael aquí, cuidándote ya que ni Oli ni yo estábamos en casa.
-¿Michael? -asintió mientras recordaba a cuál Michael se refería -. Joder, ¿Tu jefe? ¡Tom! ¿Me trajo tu jefe?
-Exacto... Me dijo que te había quitado la ropa ya que estabas totalmente mojada.
-¿Por eso amanecí en ropa interior y en el cuarto de Olivia?
-Dijo que no te moviera, que estabas muy cansada. Le expliqué que tu cuarto era el último del pasillo pero dijo que te dejó en el de Olivia ya que tenías estilo de ser fan de Aerosmith.
Gracias a Dios que no entró a mi cuarto, no lo arreglo desde hace dos días y si mira que tengo un Hámster le daré la idea de que soy dulce -¿A los cuántos minutos de que me trajera llegaste tú?
Negó rascándose la nuca -No me lo dijo.
¿Me cuidó? ¡Por mi madre! ¿De qué me cuidó? Quién sabe si me habrá violado... Es un aprovechado, pero joder... Si lo hizo, sería una lástima que estaba ebria.
-Lo que sea, no vuelvo a beber como ayer, por milagro no vomité -toqué mi sien sintiendo que palpitaba.
-Tengo que salir.
Llegamos a mi habitación y yo me quité la toalla del cabello mientras me lo secaba con la misma.
-¿Adónde vas?
-Iré con Heather a comer.
-¡Me alegro muchísimo, Tomy! ¿Qué sucedió ayer?
Se sentó en mi cama, sonrió como tonto y yo también al verlo.
-Lo hicimos en el sofá, joder, fue algo inolvidable -se tiró de espaldas mientras se tapaba la cara -. Es perfecta, Madeleine, tan blanca, tan suave.
Sonreí -Ya, ya... Solo quiero saber dos cosas, una -dije aplicando crema en mis piernas -, ¿Por qué no querías que nadie fuera a la cocina si lo hicieron en el sofá? Y dos, ¿Por qué no llegó a la fiesta contigo? Y no mires que estoy desnuda.
Cerró los ojos con fuerza mientras buscaba una almohada con su mano. Se la puso sobre los ojos.
-Bueno, empezamos en la cocina y terminamos en el sofá... No llegó porque el tiempo que tenía que gastar en la fiesta lo gastó conmigo y tenía que llegar a tiempo a su apartamento ya que su mamá la llamaría desde Francia.
Me quedé en silencio tratando de recordar cómo había sido lo que Tom dice que hizo Jackson. Aunque ni yo me la crea, le quiero agradecer por lo que hizo. Es sabado y no es justo que lo pasare sola en Dartford; Olivia ira a comer con su padre, me alegra que Reese venga de vez en cuando a verla y papá pues me dijo que vendria dentro de un mes pero no se que tan cierto sea. Sujete con fuerza la 'M' de mi dije. Se que si mamá estuviera aquí me concentiria en todo.
Te extraño mami.
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Baiser ©
FanfictionMadelaine está mejor, mucho mejor según dicen sus amigos de Dartford, está superando aquella horrible noche y poniendo su atención en el último año de su carrera. Con tan solo su emblemático lema "Madeleine Prunett siempre no sigue órdenes" ha sobre...