N/A: RECUERDEN QUE ESTA HISTORIA ES FICCIÓN Y LO QUE LEERÁN A CONTINUACIÓN ES EN EXTREMO FUERTE, NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES. SI TÚ NO ERES SENSIBLE, BIENVENIDO Y SIGUE LEYENDO.
Siempre lo mismo, pensaba él mientras subía al primer sótano, llevando sobre los hombros el cuerpo sin cabeza ni extremidades que aún desprendía vapor. Primero la excitación, luego el clímax y al final la desilusión. Se preguntaba si siempre iba a ser igual, si siempre sentiría ese vacío.
Repaso mentalmente lo sucedido. Cuando bajó al segundo sótano, KyungSoo se debatía en la cama, tratando de zafarse de las correas, al tiempo que la red se bamboleaba. Para entonces ya se había dado cuenta que el segundo sótano era una amplia galería donde se exhibían antiguos instrumentos de tortura: la doncella de hierro, el potro, la cuna de Judas, pero sobre todo, la Procesadora, está última de su invención. Todos los instrumentos eran verdaderas joyas de artesanía y precisión: por todas partes cuchillas, cadenas y rieles en perfecto estado. Era un colección muy valiosa, que él sabía utilizar en su beneficio.
El chico gritó. Acababa de descubrir la sección de trofeos, cabezas de hombres dignamente clavadas a un tablero en la pared. En ese momento, correspondiendo a la nueva temporada de caza, había seis cabezas con cuentas de vidrio en vez de ojos. Dos rubios, dos morenos y dos pelirrojos, y al pie de cada cabeza una placa metálica indicaba el nombre y el mes de sacrificio: "BaekHyun, Febrero", "JongDae, Febrero", "JunMyeon, Marzo", "MinSeok, Marzo", "JongIn, Marzo" y "LuHan, Abril".
Claro que atrapado aún sobre la cama y dentro de la red no pudo ser capaz de leer los nombres, pero eso era lo que menos importaba.
El pecho de KyungSoo subía y bajaba con rapidez, al igual que en la recámara, sólo que está vez, de miedo. El hombre oprimió un botón y accionó un mecanismo que colocó la red, suavemente, a nivel del piso.
-Tienes una oportunidad para que te deje escapar, querido. Si adivinas mi nombre podrás irte.
¡Eres un maldito, jodido demente!
-Respuesta errónea. Te doy otra oportunidad, y no soy paciente.
KyungSoo sollozaba. Se veía tan desprotegido que por un momento él sintió el impulso de matarlo a golpes ahí mismo. Pero así terminaría pronto con la diversión, y él no quería eso.
-Vamos, escucho.
-De Sade –gimió el chico–. Tú dijiste que tu nombre...
-¡Estúpido! –lo abofeteó él–. ¡No estabas atento a mí conversación! ¡Última oportunidad!
KyungSoo dijo algo, pero por sus sollozos no de dio a entender.
-¡Habla claro y fuerte! –ordenó el hombre.
-Charles...
-En verdad lo siento, precioso.
Lo golpeó hasta dejarlo inconsciente, aunque no por mucho tiempo. Él tenía que sentirlo todo. El chico sangraba por la boca, y sobre todo por la nariz desfigurada a puñetazos.
Lo liberó de las correas y lo arrastró de las piernas por el piso de linóleo, sobre manchas de sangre seca y mechones de cabello. El sótano olía a podrido, lo cual, lejos de ser un inconveniente como en el cuarto blanco, era otro motivo de excitación. En el segundo sótano todo lo repugnante estaba permitido. Los demás hombres habían muerto en los aparatos tradicionales. En la doncella de hierro, JongDae había maldecido y aullado mientras el sarcófago con picos se cerraba, y los filos se incrustaban en su piel, músculos y entrañas. JongIn, en cambio, había llorado lastimosamente mientras las correas lo balanceaban sobre la cuna de Judas dejándolo caer finalmente sobre el afilado triángulo que le penetró el recto y los intestinos. LuHan desnudo y atado a una silla con picos, prácticamente enloqueció al experimentar el beso de una rata, un tormento chino que consistía en introducir una rata hambrienta en una pequeña jaula que se ataba a la cabeza de la víctima, de manera que la única salida viable para el animal, asustado con fuego, era hacia la cara. Para escapar, la rata tenía que abrirse paso devorando los tejidos. Él había elegido esa tortura para LuHan, puesto que tenía el rostro más hermoso de todos. La rata destruyó ambos ojos antes de introducirse por la boca hasta la tráquea.
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El Último Tren a Sodoma (ChanSoo)
KurzgeschichtenLa voluptuosidad única y suprema del amor, reside en la certeza de causar el mal. Y desde su nacimiento, el hombre y la mujer saben que en el dolor reside toda voluptuosidad. ~Charles Baudelaire~ ChanSoo fanfic ChanYeol x KyungSoo Contenido adulto. ...