Capítulo 4

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Seres más parecidos no habían y sin saberlo Otto estaba haciendo lo mismo y así la encontró - Angélica Vale se llama, su nombre calza a la perfección ya que su rostro es angelical, hay mujer que me has hecho que no puedo dejar de pensar en ti?

Muchas veces el corazón se engancha de otro sin que nos demos cuenta, esa persona llega y cambia por completo nuestra rutina, desordena y sabe meterse en los lugares menos pensados de nuestro corazón y de nuestros pensamientos, porque justo ahora tenía que actuar? Porque entra sin pedir permiso, será que la adrenalina lo hace más excitante?

Ambos se arreglaron tenían que ir a una cena muy importante y continuar con su misión, no tenían tiempo para seguir pensando en ello.

Otto llegó primero y usaba un traje de etiqueta negro, corbata negra, camisa blanca, se veía muy apuesto, dado que era a su medida. Todo un galán.

El estaba conversando con algunos empresarios y tomando un whisky y en eso sus ojos se fijaron en la entrada, Angélica estaba hermosa, un vestido que hacía resaltar todas sus curvas, rojo que se nota aún más su sensualidad.

Otto: maldita sea porque se ve tan sexy, solo la quiero en mi cama (pensó en su mente) a ver Otto comportate, estas acá por otra cosa.
Pero no soporto no acercarse a ella, al persivir su aroma dulce, más le éxito. Dijo- buenas noches hermosa dama, permiteme presentarme Otto Padrón (estirando su mano)

Angelica: un gusto, soy Angélica Vale (tomando su mano) por lo visto me lo topo en todos lados, ahora si me disculpa, me están esperando. (dio media vuelta y se dirigió donde estaba Fernando Marcetti que era el heredero del imperio Marcetti al cual conocía desde hace muchos años pero le caía muy mal, ya que era un mujeriego y arrogante, por ser atractivo se creía irresistible, pero el objetivo era poder seguir con la misión y ni modo a poner cara bonita.

Fernando: pero valla, mira lo que han traído los vientos, mi querida Angélica que gusto tenerte por acá (poniéndose de pie y saludandola de beso y abrazo - estar hermosa (dándole una vuelta) se acerco a su oído y le dijo - no se porque nunca me has dejado estar en tu cama, si por ti seria capaz de dejar mi soltería.

Angélica le susurro al oído -acuérdate que te conozco muy bien y eso solo seria por un momento, así que sigue soñando querido porque solo así me tendrás.

Otto desde lejos los veía y le ardía la sangre, que tenía que estar este Fernando tan cerca de su Angélica.

La noche transcurrió y Angélica se pudo camuflar y llegar hasta la oficina donde debía de colocar unas cámaras y unos micrófonos y así lo hizo, todo justo a tiempo, Otto que no había dejado de seguirla logró entrar y se acerco por detrás y le susurro, -creo que esta un poco perdida por acá señorita

Angélica: que haces siguiendome? (sintió como una carga de electricidad recorría todo su cuerpo) además no sería la única que anda perdida no lo crees? (girandose y quedando muy cerca de sus labios)

Las miradas de ambos se fundieron el uno en el otro, Otto no aguantaba más y la tomó de la cintura y la beso, ella aunque trato de resistirse no lo aguanto por mucho y correspondió ese beso, ese frenesí que a los dos los tomó, robando la voluntad el uno del otro, en eso escucharon unas voces en el pasillo y se separaron y viendo donde se escondían, el único lugar fue detrás de los cortinales.
En eso entró Fernando junto con un hombre que tenía un acento muy peculiar, sin duda alguna era francés.

Fernando: no me importa lo que tengas que hacer pero quiero esas armas para mañana mismo, no importa lo que tengas que hacer.

Francés: mañana las tendrás en la bodega de la empresa en la noche, no te preocupes, sabes que siempre te cumplo todos los caprichos.

Fernando: perfecto, ahora bien voy a regresar a la fiesta que hoy pienso tener de postre a Angélica en mi cama, sea como sea, desde hace años lo he intentado, pero de hoy no pasa, eso te lo aseguro.

Angélica y Otto se volvieron a ver y Otto le dijo moviendo los labios -Si alguien te tendrá en su cama esta noche seré yo (con mirada pícara)

Fernando salio y Angélica y Otto también y ella le dijo, no creo que puedas, saliendo y dejándolo con la palabra en la boca.

Fernando: Angélica ten una copa de champagne para celebrar.

Angélica: gracias pero no estoy tomando (ella sospechaba que algo tenia la bebida)

Fernando: vamos no me desprecies, solo un trago siii?

Miradas mortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora