Nuestra pequeña felicidad

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¿Cómo es que habían llegado a ese punto?.

¿Cómo llegaron a burlar a los demás?

Viéndose ahora a escondidas durante todo ese tiempo.

Sus ojos amatistas miraron a Kaname por largo rato, con curiosidad y a la vez ternura resguardada.

-¿Pasa algo?- se atrevió a hablar Kaname al ver la insistente mirada de su ahora pareja.

-Tal vez fui yo quien  inició todo esto... o tal vez ¿fuiste tú?.- sonrió con cierta diversión. Kaname también lo hizo.

A pesar de la preocupación que sentían y con el cuidado en que se  encontraban y resguardaban, se les hacía aún algo de gracia.

-Aunque me ponga a pensar en eso ahora... poco me importa.- habló Zero poniendo una mueca más seria. -¿Tan malo es ser egoísta?, ¿tan malo es querer ser feliz?.- lo dijo en voz alta.

- Zero ...- habló en un murmullo que al final quedó suelto en el aire.

Su espalda chocó contra en colchón, sus manos que estaban a los lados fueron apresadas por la del cazador. Sonrió con ternura y miraron de forma profunda.

Lo tenía bajo suyo y se acercó al rostro ajeno.

-Kaname... ¿Lo que hacemos esta mal?- pregunto en un susurro ronco.

Kaname sólo formó una mueca llena de pesar, no apartó sus ojos borgoñas de Zero no por un segundo.

No dijo nada, levantó los brazos y lo tomó del rostro con suavidad.
Le sonrió dolido, Zero hizo lo mismo, cerró sus ojos y se perdió en la sensación de ese agradable tacto.

-Zero...- susurró suavemente y bajó sus manos para comenzar a desabotonar la camisa del menor con lentitud.

No dejeron más.

Sus bocas se unieron, sus lenguas rozaban y su saliva se entremezclaban en ese profundo y fogoso beso cargado de amor y deseo.

Las  manos del castaño deslizaron la camisa por los hombros del contrario.

¿Cuántas veces habían hecho este acto mal visto por los demás?.

Dolía... Ya no había vuelta. Y tampoco se detendrían.

Se separaron, Zero pasó a bajar hasta su cuello y labio esa zona.

Kaname echó su cabeza hacia atrás y dejó escapar algunos suspiros.
Lo sintió estremecerse.

Tentado dió una pequeña mordida y lo oyó gemir. Amaba eso.

Frente a los demás eran enemigos que no toleran siquiera un parpadeo del otro, es lo que la mayoría ahora estaban viendo. Su actuación.

Yagari, Cross, Kaito y el séquito de Kaname eran los únicos que sabían de aquello. La verdad, pero los cubrían.

Ya habían pasado algunos años desde la última vez de su encuentro, estarían así mientras aún arreglaban los asuntos con las vampiresas Sara y Yuuki. Para saber que era lo que realmente querían en si o por qué hacían todo eso.

-Esperé tanto por ti...- susurró.

-Zero...- gimes  mi nombre en cuanto comenzó a lamer sus pezones.

Kaname sólo se aferraba a los plateados cabellos. Se retorcia bajo suyo, consecuencia de las caricias que le eran dadas.

-Kaname...- susurró mientras bajó por su abdomen.- No te preocupes...soy yo el que no quiere separarse de ti.-

¿Yuuki  lo entenderá?. Se preguntó en ese momento. No  importaba, aunque aún tenían la esperanza. Y si ella les diera el apoyo, ella fue importante para ellos pero hizo lo que hizo. Si tan solo fuera de otra manera...

Esperaban que si había una posibilidad de que eso cambiara, algo divino ocurriera para así poder tener la felicidad que ambos anhelaban.

Esperaban que aquellos suplicios fueran escuchados.

-Te...amo...-murmuró entre jadeos.

No respondió, solo se centró en darle placer.
No se detendría hasta verle delirar, queria que olvide sus culpas, sus problemas, al igual que él olvidarse de las suyas. Ya habría tiempo para eso luego.

Mañana tendrían que separarse, Kaname estaría oculto por el momento y el volvería a fingir que no había encontrado paradero del vampiro.
Hoy disfrutarían el poder estar una noche más juntos.

Se abrió paso entre sus estrechas  paredes.
Colocando las piernas del castaño sobre sus hombros para poder empujarse a lo más profundo que pueda llegar de su ser.

Una sonrisa...
Una mirada de cariño.

Ya no había odio en ellos... Solo cariño y amor. Todo había cambiado en ese tiempo. Ya no era tanto por el bebé que Kaname llevaba en su interior, no era una responsabilidad que lo ataba obligadamente por un error.

Su aliento rozaba su cuerpo,  cada centímetro...

En ese cuarto, solo estaban ellos  amándose con ritmo  desenfrenado.

Nadie loss puedia ver.

Buscaban sincronía.

Mañana lo haría con más fuerzas, el intento de cambiar todo y así poder estar con Kaname y su hijo. Ya no había dudas y no se daría por vencido.

Ahora...

Todo ha terminado.

El cansancio los ha vencido.

Se acomodaron para descansar esa última noche.

Besó su hombro y recorrió su abdomen hasta llegar al vientre.

Lo acarició con suavidad.

Ya se notaba...

Estaba dispuesto a darlo todo por ellos. ¡Que importa si el mundo se caia a pedazos!

Y así fue, a la mañana siguiente Zero había partido, no sin antes haberse despedido.

Kaname debería ser paciente, aún no podía hacer sus movidas... Solo rogaba que aquello que planeaban saliera bien.



CONTINUARÁ...



PrincesaDollgothic
17/12/2019




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Solo un capítulo más y acaba ésta historia.
Aún me debato si haré un final bueno o uno malo🤔

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2019 ⏰

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