09/02/19

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Lina

Saqué la ropa de mis cajones y entre suspiros de decepción, empecé a guardarla en la maleta. Otra relación fallida, otro año perdido, ya hasta creo que tengo una maldición que me impide encontrar el verdadero amor, siempre me encuentro con chicos que no valen la pena.

Cuando toda mi ropa estuvo en la maleta la cerré.

—¿No crees que sería mejor perdonarme por el error que cometí? —vi al que fui mi novio por todo un año y ahora mi ex.

—¿Error? —la vi indignada—. ¿Le llamas error a acostarte con dos mujeres en la cama que dormías conmigo?

—Eres demasiado exagerada, nena —entrecerré los ojos—, tampoco fue para tanto. Aparte sólo fue una vez y ya te dije que si me perdonas no volverá a pasar —caminó hasta a mí y puso su mano en mi cintura.

—Suéltame —dije en tono de advertencia.

—Yo sé que aún me deseas —acercó su cara a la mía.

—No te atrevas a besarme.

—¿Por qué? —sonrió. De un manotazo quité su mano de mi cintura.

—Por esto, imbécil —cerré mi mano en un puño y lo golpeé en la cara—. ¡Mierda! Me dolió —sobé mis nudillos.

—Eres una estúpida, lárgate de mi departamento —gritó.

—Justo eso es lo que haré, animal —tomé mi maleta—. Antes de irme te dejaré un pequeño recuerdo —me acerqué a él e hice como que lo iba a besar, pero mis intenciones en realidad eran otras—. Para que la próxima vez que quieras serle infiel a alguien, lo pienses dos veces —con mi rodilla lo golpeé en la entre pierna.

—¡Ah! —gritó y cayó al piso—. ¡Te odio! —me gritó aún tirado.

—El sentimiento es mutuo —con una sonrisa salí del departamento.

A fuera del edificio ya estaba mi amiga, Yaneth esperándome, subí mi maleta al auto y ella empezó a conducir.

—Te aseguro que mi primo te va a agradar —dijo Yaneth sin despegar la vista del camino—, es medio raro, pero cuando te acostumbras a su rareza empieza a parecerte amable, te lo digo por experiencia propia.

—¿Por qué dices que es raro? —pregunté con mucha curiosidad.

—Cuando lo conozcas te darás cuenta.

Cuando llegamos al edificio bajamos del auto y un chico que estaba afuera llamó a mi amiga, ella se acercó a él, pero antes me dio la llave del departamento y me pidió que me adelantara que ellos llevarían mis maletas y lo hice. Al llegar abrí la puerta y entré, es un departamento pequeño, pero debido a lo bien organizado que está se ve espacioso y muy bonito.

Llegué al área de la cocina, ahí estaba un chico de espaldas, estaba vestido completamente de negro y cuando se giró me vio sorprendido.

—¿Quién eres y qué haces en mi casa, extraña? —tenía un tenedor en la mano y me señaló con el.

—Soy Lina, amiga de Yaneth, tu prima —asintió.

—Entonces tú eres quien vendrá a vivir con nosotros.

—Así es —sonreí, pero él no.

—Bien, yo soy Allan y ya me voy —dio la vuelta y se fue.

Realmente es raro, Yaneth tenía toda la razón, sólo me pregunto por qué es tan raro, se ve muy asocial. Volví a la sala y me senté en el sillón pequeño, tomé aire y cerré los ojos por un momento. Necesito pensar en que haré ahora, no tengo un lugar a donde ir, no quiero molestar a Yaneth y a su primo, aunque sé que a ella no le molesta porque me lo dijo, pero no hay nada mejor que tener tu propio espacio.

—Ya llegamos —Yaneth y el chico entraron con mi maleta—. Lina, él es mi novio Chip —señaló al chico.

—Lina, es un placer conocerte, Yan siempre me dice que eres su mejor amiga en el mundo —Chip me dio un beso en la mejilla.

—Pues a mí no me había dicho que tenía novio, pero es un placer conocerte —él sonrió y se sentó frente a mí, Yaneth lo hizo en sus piernas.

—¿De casualidad viste al raro? —reí por la cara que puso Yaneth.

—Sí y tengo una duda, ¿por qué es tan raro?

—Todo ocurrió hace cuatro meses cuando su novia le fue infiel con su mejor amigo durante unas vacaciones.

—Espero no terminar como él.

—No me gustaría que te volvieras como él, es como una alma en pena y me saca de mis casillas, todo el tiempo anda por ahí como un fantasma.

—Estaba enamorado y cuando los hombres nos enamoramos sufrimos mucho —ambas vimos a Chip.

—En este momento no creo en eso, hace un día encontré a mi novio con dos mujeres en la cama y decía que me amaba.

—Por eso digo que cuando nos enamoramos de verdad.

—Más te vale que tú te enamores de verdad, porque si me llegas a ser infiel te corto lo que traes entre las piernas —Chip tragó saliva.

—Lo bueno es que yo estoy enamorado de verdad —dijo nervioso y ambas reímos.

El otro extremo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora