Rachelle
Estar en la oficina del director con Caroline era realmente agobiante. Estar en el mismo lugar, con las personas que más odio en el mundo es realmente estresante y me llena de rabia.
Si bien estábamos en puro silencio, había una tensión en el medio que se podía agarrar con la mano. Aun seguía con ganas destrozarle la cara a esa princesita creída.
Estábamos esperando a nuestros respectivos "padres". Es curioso, porque se que los míos no van a venir ni aunque me estuviese muriendo, si no me prestaron atención cuando solo era una niña, menos lo van hacer ahora.
Me había criado prácticamente sola, entre algunas nanas y mi hermano. Michael era un desastre, pero cuando se dió cuenta de que necesitaba por lo menos un adulto que me enseñará valores y ser mejor persona, comenzó a cambiar. Maduro lo suficiente para asegurarse de que yo no lo hiciera. Seguía siendo un desastre, pero cuando tenía que tomar el rol de padre, lo hacía, sin importarle las consecuencias.
Unos leves toques se escucharon en aquella puerta, aquel viejo horrendo la fue abrir. El director Wittmore de verdad era un tipo repugnante, al igual que su despreciable actitud. ¿Porque lo digo?, simple, era racista, xenofóbico, machista, y ni hablar de homofóbico. Es por eso que no le caigo del todo bien, por mi bisexualidad y por el hecho de que he tenido uno que otro encuentro con el esos temas.
En fin cuando termino de abrir la puerta pudimos ver dos rostros, uno que conocía muy bien, ya que se trataba de Michael y una mujer que parecía bastante joven y amable, ya que lo trataba relativamente bien. ¿Como una mujer así, podía tener una hija como Caroline?
-Disculpe la demora-comento aquella mujer con el cabello color chocolate-Soy Lilian, la mamá de Caroline.
Aquella mujer se paró detrás de la Estúpida princesita, mientras le acariciaba el cabello.
-¿Que te pasó en la cara, Caroline?-aquella mujer examinó con la mirada el labio partido-Te dije que las cosas no se solucionan a los golpes.
Sentí cierta envida al ver que por lo menos ella tenía una buena mujer como madre. Mientras que la mía solo viajaba y cuando estaba en casa, llevaban a todos sus amantes, sin que mi padre se entere. Mi madre era un asco y daría lo que fuese por tener a alguien como la tal Lilian de madre.
Cuando voltee a ver a Michael vi que tenia varios papeles en la mano.
-Usted no tiene que estar aquí señor Amber. Pedí a los padres.
-De eso vengo hablar-él se acerco al director-Tengo que mostrarle porque estoy aquí, en vez de nuestros padres.
Se acercó al escritorio, presentando unos cuantos papeles. ¿Que demonios estás haciendo Mike?
-Me estoy por emancipar de mis padres y pedí ser el tutor de mi hermana-de todos los papeles que había sobre el escritorio, sacó uno en específico-Por el momento, solo obtuve la firma para poder ser el tutor legal de Rachelle, todo lo que ella haga aquí dentro, es mi responsabilidad.
Aquel viejo hipócrita veía los papeles, mientras se reía.
-Porque será que no me sorprende-empujo los papeles de nuevo hacia mi hermano-De tal palo, tal astilla. El reformatorio no pudo educarlos bien a los dos.
Contuve las ganas de levantarme e indultarle de la peor manera. Oh señor, tiene suerte de ser el director, porque ya estaría en una maldita tumba.
De reojo puede ver la mirada un tanto confusa de Caroline y de su madre hacia el director.
-Como vera, señora Jones, su querida hija tuvo una gran pelea con la señorita Amber. ¿Se puede saber porque lo hicieron?-puso dos brazos en el escritorio-Saben perfectamente que no se pueden pelear en mi universidad.
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Take me away
Teen FictionCaroline Jones y Rachelle Ambers son dos chicas completamente opuestas. Rachelle es la viva imagen del caos, la loca por el teatro. Si bien, es una chica solitaria, fría y oscura, bajo esa capa, hay una chica realmente rota e interesante. Caroline e...