XXIV

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-así que, por lo que entiendo, arreglaste las cosas con Matías- dijo Paula mientras salíamos de la sala de clases. Era recién mediodía, pero habían suspendido las clases de la tarde.

-pues sí- contesté sincero –creo que todos se merecen una segunda oportunidad-. Nicky no había ido a clases, lo cual era de esperar, sobre todo después de la traumática noche que había pasado ayer. Sophie tampoco había ido a clases, lo cual también era de esperar. No todos los días te rompen el corazón. Y por lo que sabía, Paz no se sentía demasiado bien, por lo que tampoco había ido a clases.

-ojalá cambie su actitud.

-ojalá Paula. A todo esto, ¿cómo vas con Francisco?-. Mi pregunta hizo que mi amiga mirara el piso. Caminamos en silencio por el campus de la universidad.

-estamos perfectos- dijo ella con un dejo de tristeza en su voz –me refiero a que estamos tan bien como podría estarlo una pareja separada por muchos kilómetros.

-debe ser difícil- dije de forma inocente.

-y lo es. Nunca ha sido fácil mantener una relación a distancia, además es muy popular el dicho “amor de lejos, felices los cuatro”. En mi caso, confío en que Francisco no me engaña. Pero es muy difícil, sobre todo cuando necesitas que esa persona especial te abrace, y no está-. Paula parecía triste, y era completamente razonable. Las relaciones a distancia nunca duraban demasiado tiempo y ella junto a su novio estaban rompiendo un récord.

-todo es posible si hay amor- dije sonriendo.

-y mientras sonrías, significa que no todo está perdido- comentó ella terminando la frase.

-deberíamos ser poetas- dije con aires de grandeza. Ambos reímos.

-yo me voy por aquí- dijo Paula cuando llegamos al final del campus, indicando un camino distinto al que tomaba yo. La besé en la mejilla para despedirme y comencé a caminar tranquilamente. A pesar de estar en invierno, era un día bonito, sin mucho sol pero tibio.

-Christopher- escuché decir a mis espaldas. Me giré y pude ver como Daniel, el exnovio de Paz, corría para alcanzarme. Me sorprendí.

-hola Daniel- dije en un tono de voz neutro. Seguí caminando y él comenzó a seguirme el paso.

-Chris, necesito conversar contigo.

-okay, dime.

-es sobre Paz-. Me frené en seco y lo miré con cara de pocos amigos.

-¿Qué quieres saber?

-quiero saber si aún me ama- dijo Daniel mirando el piso. Hice como que no había escuchado la pregunta y seguí mi camino. Obviamente Daniel también caminó conmigo. Estaba claro que quería una respuesta.

-creo que tu pregunta está mal hecha- dije sin mirarlo –lo que deberías querer saber es si está bien, ya que para cualquiera sería horrible que su novio la dejara sin razón alguna-. Mi voz sonaba más tensa de lo que quería.

-sé que fui una mierda de persona Chris, pero quiero remediar las cosas.

-¿y tú crees que es así como así? ¿Solo llegar y pedir disculpas? Te pasas, en serio ¿crees que Paz te va a estar esperando con los brazos abiertos?

-sé que no Chris, pero quiero arriesgarme. Aún la amo, siempre he estado enamorado de ella. Si salí con alguien más fue solo por estúpido. Solo necesito saber si tengo alguna posibilidad, y tú, como uno de sus mejores amigos, está más que claro que sabes-. Daniel sonaba muy seguro de su decisión.

-creo que deberías preguntarle tú mismo- dije como cerrando el caso. Crucé la calle para ir a mi casa dejando a Daniel detrás de mí. Pero como tenía el corazón blando me giré y lo miré seriamente.

Guarda mi secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora