Acto final: La llamada de la jungla

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Los días pasaban rápidamente, tanto que allí estaba; apenas unas horas antes de la ceremonia, buscando dónde estaban los pantalones en los que guardó el papelito, con el traje de gala ya puesto. HaeChan no sabía como aquél despistado ser pertenecía a la realeza, pero intentaba no decírselo. Por otro lado, tenía cuentas pendientes con él.

-Oye, ¿me vas a dar mis revistas ya o te las tengo que robar cuando estés de cena?

-Ugh...-WinWin se agachó y estiró el brazo bajo la cama para sacar unas siete revistas para mayores de dieciocho.- Ahí tienes.

El sirviente comenzó a ojearlas con curiosidad mientras él seguía buscando. Pasaba las páginas rápidamente y alzó las cejas al llegar a la portada de la segunda.

-¿Babygirl? Madre mía, qué nombre más cutre. Mi viejo las va a adorar.

Las mejillas del príncipe se encendieron de la vergüenza.

-Ya, bueno. Ayúdame a encontrar la frase, por favor.

-Sobre eso. -El azabache se sacó el papel que tanto buscaba del bolsillo.- Toma, lo encontré el otro día en el suelo.

-¿Y por qué no me lo diste antes?

-Era divertido verte buscarlo como un perro. No lo pude evitar.

El príncipe se levantó, cansado, y le quitó el papel de las manos. Suspiró y se quitó un poco de la mugre que se había pegado a sus ropas.

-Anda, acompáñame al salón a hacer la cosa esta.

Pronto llegó la tarde y, con ello, se comenzó a llenar el gran salón de adornos y comida

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Pronto llegó la tarde y, con ello, se comenzó a llenar el gran salón de adornos y comida. JYP ya estaba sentado en su trono y SiCheng se escondía tras la pared mirando su reloj con angustia. TaeIl, a su lado (en cuanto lo vio se puso a su lado y no se despegó de él) lo miraba medio embobado. Otro de los trabajadores de palacio, JaeHyun, fue el que sacó al mayor de su estupor asestándole una colleja que resonó por toda la sala.

-No te creas que te vas a escaquear de poner platos, vago.

Y Moon se tuvo que separar a regañadientes de su amor platónico.

-Hijo, ven aquí.- El rey hizo una seña con su mano para que se acercara. En cuanto estuvo a unos pasos de él dio un par de palmadas al trono que había a su lado.- Siéntate ahí e intenta actuar sexy. Pon morritos.

-Papá, no voy a hacer eso...

-Pues entonces vamos mal. Los de publicidad me aconsejaron que te vieras guapo pero es que me traes una cara de pepino con la que no se puede trabajar.

-Estoy estreñido.

-Ah...- El rey puso cara de asco.-Pues no es momento, SiCheng, porque los invitados están a punto de llegar. Madre mía, qué desastre... ¡Ay Jessica, porqué te tuviste que ir con el lechero!

De príncipes borrachos y bloqueos #WinIlproyect Donde viven las historias. Descúbrelo ahora