Ahí estaba yo.
Temblando frente a la puerta de la habitación de mi madre, como una niña asustada. Preguntándome repetidas veces en mi mente si le diría o no.
Ella siempre me ha dicho que le gustan las cosas claras, que las mentiras tienen patas cortas y que son para cobardes.
No quería parecer cobarde, no quería que me llame de esa manera.
Así que tomé aire y con todo el temor que se apoderaba de mí en ese momento, acerqué mis nudillos a la puerta dando dos pequeños golpecitos.
Toc toc.
Ella enseguida asintió, dándome permiso para pasar.
Largué el aire que estaba conteniendo desde hace unos segundos, y, temerosa a la reacción que tendría cuando le cuente, entré al dormitorio.
Allí estaba ella, agachada en el suelo, acomodando ropa en su típica valija de Louis Vuitton. Enseguida me miró y habló:
- Oh, hola Cielo. Iba a llamarte.
- ¿En serio? –pregunté sorprendida, ya que suele olvidarse de que existo.
- Sí –agarró su iPhone y comenzó a escribir un mensaje, supongo –Necesito que me prestes tus pendientes de Swarovski –rodeé los ojos, aún no se ha ido su frívola costumbre de buscarme solo para pedirme algo –Tengo una cena muy importante hoy y combinan a la perfección con mi vestido azul –dijo sin despegar su mirada del celular.
Yo suspiré.
- ¿Podemos hablar un minuto? Tienes que saber algo... –bajé la mirada a mis manos y comencé a jugar con ellas.
- ¿Tiene que ser ahora? Estoy ocupada, por si no te das cuenta –dijo con su peculiar tono desinteresado.
- Mamá, siempre estas ocupada. Nunca tienes tiempo para lo que yo tenga que decirte.
- Ay, Emma –dijo exasperada –Estoy trabajando. ¿Qué puede ser tan importante? ¡Dios!
- Olvidalo –susurré –Estás ocupada, que ignorante soy –dije con sarcasmo pero poco humor.
Ella me ignoró como de costumbre y desapareció en dirección a su baño personal.Su ausencia me dio ciertas agallas que no hubiera tenido si se quedaba junto a mí. Mi oportunidad estaba dada de la mejor manera, así que confesé.
- ¡Saqué ocho en Física! –la vi nuevamente en la sala y por primera vez desde que llegué me miró a los ojos.
Sentí pánico. No quería que me insulte ni que me golpee. Solo quería salir corriendo de allí pero sé que eso sólo empeoraría las cosas porque se enfadaría todavía más.
- No juegues conmigo, Emma Frey –pronunció mi nombre con absoluto desprecio y quise desaparecer en ese mismo momento. Agaché la cabeza, dándole a entender que no se trataba de una broma y me miró como si acabara de decir la oración más vulgar efectiva. –¿Cómo que sacaste ocho? No lo puedo creer –su voz sonaba como si estuviera tratando de procesar esa información y aposté todos mis perfumes a que iba a insultarme de manera automática. –¿Por qué eres tan inutil? ¡Yo no te eduqué para ochos, retrasada! ¡Doy todo por tí! Y lo único que te pido a cambio es que traigas a esta casa el mejor promedio de St. Patricks College, ¡pero desobedeciste! ¿Crees que llegaras lejos con esas notas? ¡Eres una desagradecida! -Suficiente. Me cansé de que siempre se victimizara por mis errores humanos.
- ¡¿Yo soy lo que está mal aquí?! Los dieciseis años de mi vida te la pasaste viajando a todos lados llenando tu vacío maternal con regalos caros ¿y sabes? Tal vez tú pienses que lo es todo, ¡pero no es unamierda! No me conoces pero pretendes saber todo de mí.
El corazón me latía con tanta energía que creí que se escaparía por mi boca. Era la primera vez que le contestaba a mamá de esta forma, siempre me callaba y me tragaba los disgustos sola, pero tengo años de aflicción reprimida y pedía a gritos liberarse.
- ¿Como puedes ser tan inepta? Yo se todo de tí. Sé que hasta hoy tenías el mejor promedio de la escuela más cara de Wellington, sé que tienes lindas piernas y sé que tienes el novio más lindo de tu secundaria. ¿Qué más tendría que saber?
- ¡Corté con Zac hace tres meses!
- ¿Con qué permiso? –Su cara se desfiguró por completo y creí que iba a molerme a golpes. –¡Estas loca! ¡Su madre se había asociado a mi empresa gracias a tu relación con el chico! ¡Con razón ya no está comprometida con el tema! ¡No te mereces nada! ¡Siempre lo arruinas todo! ¡Has jodido mi carrera! ¡¿Sabes todo lo que sería yo si tú no existieras?! ¡Lo tendría todo! ¡Pero no le tengo por tí! ¡Porque te tengo a tí, inservible! ¡Así que vas a hacer algo productivo por primera vez en tu vida yvas a volver con ese chico de inmediáto!
- ¡No! ¡Ya no vas a controlarme! ¡Papá pasará por mí ahora y me iré a vivir con él!
- ¡Gracias al cielo, ya era hora! ¡No regreses nunca, a ver si él te puede dar la mitad de lo que yo te di!