Capítulo 12

6.1K 367 71
                                    

Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración chocar contra mi cara, la tenía mirándome a los labios y no lo podía soportar más, poco a poco se fue acercando y mi instinto fue cerrar los ojos.

"Pues tengo ganas, pero te has comportado muy mal conmigo hoy" Dijo y me dio un beso en la mejilla, luego de eso lo último que escuché fue como la puerta se abrió y para volver a cerrarse al instante.

Se había ido.

Me había dejado con las ganas y ahora estaba parada como una gilipollas, y en el fondo me lo merecía.

Respiré varias veces despacio intentando calmarme y después me moje la cara, me dió igual el maquillaje en ese momento porque la muy hija de puta me había dejado bastante caliente, las cosas como son.

Unos minutos después salí del baño y cuando llegué a la sala recibí varias miradas de interrogación, a las que decidí ignorar porque no tenía ganas de responder preguntas ahora mismo.

Natalia estaba sentada en un sofá sola y la pillé mirándome descaradamente de arriba a abajo, y cuando se dió cuenta que la estaba mirando sonrió burlona, lo que me enfureció bastante y la fulminé con la mirada para dirigirme hacia afuera a fumar.

Álvaro no estaba por ninguna parte y le pregunté al chaval con el que estaba si sabía adónde se había metido y me dijo que se fue.

Genial, estoy como a veinte cuadras y el imbécil me dejó sola porque iba borracho, pues nada, que además de psicópata y abusador es un maldito borracho de mierda.

Estaba con un abrigo pero me estaba congelando por el frío que hacía, iba de vestido y mi abrigo solo me llegaba arriba de las rodillas, lo cual no me cubría y se me estaban congelando los pies.

Aunque en ese momento me daba igual todo por la rabia que tenía acumulada, me apoyé en una pared y saqué un cigarro para luego prenderlo y llevármelo a la boca.

Pocas eran las veces en las que fumaba últimamente, pero lo hacía cuando me sentía muy estresada y no quedaba otro remedio, como en este momento.

Estaba hasta el coño ya de todo lo que me estaba pasando, porque era surrealista.

Vamos, que no creo que sea normal tener un novio psicópata y al mismo tiempo estar hasta las trancas de tu ex, que además, coquetea conmigo y después me deja con las ganas.

Es que ya me da igual negar o no que estoy hasta las trancas de Natalia, pero, ¿Qué podía hacer yo? si con el más mínimo contacto que teníamos se me revolvía todo el estómago y empezaba a temblar con solo tenerla delante mio.

Esas eran cosas que nunca iba a dejar de sentir, y en cierto punto me daba miedo.

Y todo ese miedo que me impedía ir más allá con Natalia era Álvaro.

No tenía ni idea de como sacarmelo de encima, pero necesitaba contárselo a alguien porque yo ya no podía más.

La primera persona que se me vino a la cabeza fue Aitana.

Era con la que tenía más confianza, es más, le podía contar cualquier cosa porque sabía que no iba a salir de ella nada de todo lo que le dijiese.

Pero temía su reacción.

En este momento me daba todo igual, así que cogí mi móvil y la llamé.

"¿Estás bien?" Dijo un poco asustada.

"Estoy bien, tranquila. ¿Te he despertado?" Pregunté apenada.

"Qué va. Estaba mirando netflix. ¿En dónde estás?"

"En la casa de Miki, me invitó a su fiesta pero ahora me quiero ir y el imbécil de Álvaro me ha dejado tirada"

No me olvides. | albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora