Di un último trago a mi bebida y me dispuse a caminar hacia la puerta del bar para dirigirme hacia afuera.
Cuando salí, el frío se caló en mis huesos, joder. Miré hacia mis costados y había varios grupos de personas, la mayoría de ellas alcoholizadas y drogadas, pero no visualicé a Natalia por ningún lado y ya me estaba cabreando toda esta situación, después de dar varias vueltas y no encontrarla por ningún lado me rendí y cuando estaba volviendo al bar sentí que me vibró el móvil y lo saqué para ver quién era, y sí, era ella.
Desconocido.
Estoy en la terraza trasera, había mucha gente delante y pues nada, por si decides venir voy a estar un rato más aquí.
Bufé y luego de volver a guardar mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta, me dirigí hacia la terraza.
Estaba un poco nerviosa, demasiado. Pero necesitaba mostrarme imponente delante de ella, fría, porque no podía ni quería mostrarme vulnerable.
Cuando llegué, definitivamente estaba allí. Tenía la espalda apoyada en la pared, con una mano sujetaba el cigarro y tenía la vista perdida en la ciudad, contemplándola. Vestía con un pantalón lila tiro alto, un top a rayas blancas y negras cuello alto y unas vans negras.
Ella era increíblemente hermosa.
Me maldecí mentalmente por tener ese tipo de pensamiento en estos momentos y me dispuse a caminar hacia ella que estaba ajena a todo su alrededor.
Cuando estaba a unos pasos de ella se percató de mi presencia y noté cómo se tensó, apagó su cigarro para luego tirarlo en la basura y me miró fijamente para sonreír tristemente.
"Gracias por haber venido, de verdad" Dijo y yo la miraba sin hacer ningún gesto, al darse cuenta de mi reacción suspiró pesadamente y volvió a hablar. "¿Recuerdas la última noche que nos vimos?"
"¿Te refieres la noche te me dejaste?" Me miró fijamente, notablemente cabreada, ¿Por qué estaba enojada? la que debería estarlo soy yo, o eso pensaba. Empezó a dar pasos hacia mi y yo retrocedía, hasta terminar contra la pared y ella delante mío. ¿De qué coño iba? "Sabes, no sé ni que hago aquí. Me piro" Solté y cuando intenté salir puso ambas manos en la pared, haciendo que queden una a cada lado de mi cabeza.
"Te vas a quedar aquí y me vas a escuchar, porque estoy harta de que te comportes como una puta niñata y no me escuches" Soltó y la miré incrédula porque me había sorprendido muchísimo la forma en la que me lo había dicho, se la notaba cansada, su mirada clavada en mis ojos, parecía que podía ver detrás de ellos y eso me hacía temblar.
"La última noche que nos vimos fue porque le conté a mi familia acerca de mi bisexualidad, les dije que eras mi novia y me trataron como a una puta mierda, ¿Sabes? Me dijeron que estaba enferma, que no querían tener a una hija así y al día siguiente cuando me desperté y bajé las escaleras tenía mis maletas hechas porque me iban a mandar a un maldito internado, Alba. Todo porque estaba enamorada de una chica, de tí" Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, no podía creer todo lo que estaba escuchando.
"¿Qué?" Pregunté con la voz temblorosa y ella no me miraba, tenía la vista en sus pies. No sé como cojones me animé pero levanté mi mano y la llevé hacia su mandíbula, levantándola para que me mirase a los ojos. Cuando hizo contacto visual conmigo se le humedecieron los ojos y pude notar como empezaban a caerle algunas lágrimas a pesar de la poca iluminación que había en el lugar.
"No me dejaron volverte a ver, al otro día me metieron al puto coche y me llevaron como si fuese nada. Me sacaron todo medio de comunicación que tenía para hablarte" Dijo sollozando y yo no pude aguantarlo más, ¿Cómo habían sido capaz de hacerle eso sus propios padres? no me lo podía creer. Noté como mi vista se nublaba por culpa de las lágrimas que empezaban a caer, rápidas. "Hice una amiga allí, Maria" Dijo con una sonrisa triste. "Una noche nos escapamos y nos vinimos para aquí sin nada, y una amiga de ella nos dió trabajo y un piso, el mismo que a día de hoy vivimos las tres" Sacó sus manos de la pared y daba pasos hacia atrás, mirándome fijamente. "Cuando intenté buscarte me dijeron que te habías ido, nadie sabía en donde estabas. Ni siquiera tenías el mismo número y yo no sabía que más hacer para encontrarte, te juro que nunca perdí las esperanzas de encontrarte. Y cuando te ví días atrás estabas con tu novio, y me sentí la peor mierda de este mundo, me sentí insuficiente, rota, vacía. Necesitaba acercarme a ti pero sabía que no me querías ni ver, así que decidí enviarte esas notas. Perdón por todo, Alba. Te juro que nunca tuve la intención te hacerte daño" Yo seguía contra la pared, inmóvil. Me temblaba todo el cuerpo y sentía que mi corazón iba a estallar en cualquier momento de lo rápido que iba.