Epílogo: Toujours Pur

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No al plagio

Epílogo: Toujours Pur

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Cuando terminó la guerra, supe que mi vida ya no sería vida.

Y lo confirmé cuando el abogado de Severus me vino a decir lo que había heredado de él: un conjunto de investigaciones sobre todo tipo de pociones que a la mente humana se le pudieran ocurrir y la noticia de que contaba con libre entrada a la Universidad Federal de Kazán, en Rusia. Universidad en la que mi padrino había hecho sus estudios.

Realmente, no lo pensé dos veces cuando ya tenía las maletas hechas y a mi madre solicitando un traslador rumbo a ese país. Mi lugar ya no era Londres. Todas las casas sangre pura le dieron la espalda a mi familia; esa bola de hipócritas que cometieron más delitos que nosotros.

Sin embargo, no importaba. La decisión ya estaba tomada.

Me hice de buen nombre en el país, honrando los pasos de Severus. La carrera en pociones dura alrededor de cuatro años y medio, lo terminé en dos años. Mi madre me aconsejó abrir un negocio:

«—Sé que tenemos el dinero suficiente como para que otras cinco generaciones se mantengan, pero es necesario que pongas el apellido Malfoy en un estandarte alto de confianza entre los magos extranjeros para que, si algún día queremos regresar a Londres, podamos hacerlo con el mundo respaldándonos.»

Tenía razón.

Necesité un año para que mi negocio fuera reconocido por toda Asia, África y la parte norte de Europa. Todo iba viento en popa, hasta que uno de mis colaboradores hizo un comentario de que su hija estaba por darle un nieto.

Mi humor cayó en picada al caer en cuenta de que nadie querría casarse con un Malfoy. Por lo que me enfrasqué en una ardua investigación que duró cuatro años para obtener respuesta: una poción que creaba, temporalmente en el hombre, un espacio para gestar un embrión. Era igual de fuerte y flexible que un útero, pero que se amolda a las características masculinas. Se tenía que tomar la poción un día antes del acto sexual con un hombre o antes de in vitro, ya que formaba el útero y el óvulo para fecundar; cuando el bebé nace, también se extrae el útero.

Sí, son desechables.

En fin, ya tenía la mitad de mi problema resuelto. Solo faltaba el donador de esperma. No podía ser yo mismo, lo intenté y fue un fracaso.

Un día tuve que viajar de última hora a una conferencia en Francia. Unos maestros de Kazán me pidieron ayuda con cierto tema que podía respaldar con argumentos válidos; fue todo un éxito y, como buena serpiente, no desaproveché festejar el logro el siguiente día. Era una buena oportunidad para conseguir un donador, ya que los franceses son de buena casta y nada feos. Me agradaba la idea de tener hijos bellos, si es que funcionaba mi investigación.

Me tomé la poción.

Dicho y hecho, la mayoría de los conferencistas eran jóvenes y no hubo problema con salir de fiesta. Lo único que recuerdo de esa noche, es que me pasé de copas y me puse a coquetear con un hermoso y sexy ojiverde, que se me acercó por detrás mientras bailaba después de llevar media hora echándonos ojo; él desde la barra y yo desde la pista de baile.

En mi borrachera, era perfecto. A la mañana siguiente, casi me da un infarto. El moreno francés se había vuelto un moreno londinense.

Toujours Pur: La Noble y Ancestral Casa de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora