capítulo 5

87 3 0
                                    

Todo se arremolinaba en la mente de Ann. La escena se repetía una y otra y otra vez. Intentaba ver a hurtadillas la calle pero prefería mirar la copa de helado frente a ella. No quería que Niall sintiera la tristeza salir de su cuerpo. Era todo bastante humillante.

Sólo veía entre nubes la habitación; aquella habitación donde pasaron tantas cosas, aquellas horas gastadas entre risas y cosas tontas que hacían para estar juntos. La mañana siguiente tenía una importante cita con la universidad así que le dijo a Liam que no podrían verse esa noche y necesitaba dormir.

"¿No vendrás?". Preguntó él y ella sintió el dejo de tristeza.

"No puedo. No debería llegar tarde. Es la entrevista del siglo"

"¿Estás segura que no quieres venir y recibir un masaje en las sienes?".

Diablos. La oferta era buena. Los dedos de Liam eran como mágicos y la relajaban en todas las formas posibles. Se le subieron los colores al rostro de sólo recordarlo.

"No estoy segura pero debo dejarlo ser"

"Es una pena..."

"Sabes que te quiero, Liam"

"Lo sé. ¿Lo sabes?"

"Lo sé". Escuchó el suspiro del otro lado de la línea y le divertía sentir que causaba algo en él. "Tengo que irme". Dijo finalmente.

"Bien. Buenas noches, Annie"

"Buenas noches, Liam"

Seguía sin poder dormir dos horas después. Miraba el reloj de su telefono. Extrañaba una parte. Liam y ella dormían juntos desde siempre y eso era lo que necesitaba. La cama parecía más grande de lo que realmente era. Las sábanas no la calentaban y sabía la solución de ello.

Al demonio. Dijo y lanzó las sábanas lejos.

"Podré levantarme más temprano mañana". Dijo a nadie en especial. Al viento, quizá.

Tomó las cosas que iba a necesitar para cambiarse. Puso una gran gabardina sobre ella y unas botas de peluche que eran patéticamente costosas. Llaves, carpetas, y puso el relicario en su cuello. Salió a casa de Liam.

parecía que el taxi daba vueltas apropósito. Parecía que no quería que llegara donde él. Resopló y vio la hora. No iba a dormir mucho. Cuando finalmente aparcó frente al complejo departamental, salió a trompicones. Hacía frío y cerró más la gabardina roja. La puerta principal estaba abierta. Llegó al elevador y sólo podía pensar en una taza con chocolate caliente. Se le erizaba la piel sólo de imaginarlo en su boca. El 'pin' del elevador la sacó de su ensueño. Las carpetas eran pesadas pero ya las dejaría por ahí y Liam, el obseso al orden, las levantaría y se quejaría y después ella saltaría a sus labios y todo habría acabado y la pelea sería hasta que ells volviera a dejar algo desperdigado en algún mal lugar.

La luz del pasillo parecía demasiado blanca. No quiso decirle que iba al departamento que compartían. Quería sorprenderlo. Sacó las llaves y haciendo maromas logró abrir sin hacer algún ruido de alerta. Le encantaba pasar desapercibida. Las luces de la sala estaban apagadas y entonces puso las carpetas y cosas sobre el primer sofá que pudo tocar. Una tenue luz provenía por debajo de la puerta del cuarto principal. Se sacó las botas y caminó sobre la fina alfombra persa que habían demorado media hora en elegir.

Algo detuvo su camino y eran...ruidos. Abrió grande los ojos y su corazón dio un brinco. Eran insultantes gemidos. Tragó saliva y ahora caminaba a la puerta de la habitación con dolor y miedo. Los ruidos se intensificaban pero no sabía de quién eran. Negó con la cabeza y sostuvo su pecho con la mano. Se sentía cansada. Notó que la puerta estaba entreabierta. La luz era de la lámpara junto a la cama. Empujó y no notaban su presencia. Las lágrimas salieron rápidamente y sin esperarlas. Esa era su espalda, ese era su cabello. Su parte baja estaba cubierta por una sábana blanca y él se impulsaba hacia adelante y atrás con fuerza. La vista de Ann se bloqueó y volvió nublada. Era Liam en su cama con alguien más. Contuvo el aliento y la bola en su garganta crecía cuando la imagen penetraba en su memoria. Entonces una uñas se posaron en su espalda y se clavaban hasta posiblemente dejar algunas marcas. La chica se levantó e inclinó su cabeza para dejar que él besara su cuello mientras ella halaba el cabello de Liam y tocaba su nuca. Ese barniz de uñas neón. La imagen etérea se volvía cada vez más oscura.

Ciego pero verdadero amor ¶Niall¶ ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora