Érase una vez

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Érase una vez un hombre que amaba el Sol.

Dedicó toda su vida a estudiar el gran astro, poniendo todo su empeño en localizar su situación exacta en el cielo.

Cada amanecer, el pequeño hombre se levantaba maravillado, extasiado ante la idea de un nuevo día.

Si llovía, el hombre no desesperaba, pues sabía que, tarde o temprano, el Sol saldría de nuevo.

EL HOMBRE QUE AMABA EL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora