"Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás, que al final, nos disfrazamos para nosotros mismos"
- François de la Rochefoucauld.
......
Presente.
Pasamos la vida pensando en ¿Quiénes somos?, ¿Para qué somos buenos?, ¿Por qué nacimos?, ¿Qué nos espera en esta maldita vida? Desde que te formulas esas preguntas; no las esperes, jamás llegaran las respuestas.
La vida nos obliga a buscarlo y eso fue lo que hice.
Una vida más, una vida menos, ¿cuál es el problema? La vida continua así tu respires o no.
Les contare una historia, ¡vaya!, contar una historia es complicado, las líneas del tiempo deberían de tener congruencia. Congruencia; palabra que define relación lógica. No, no la hay aquí. No confíen tanto en mi palabra, no tengo todas las respuestas, solo dudas. No tenía a nadie que las respondiera sin ocultar información. Mentir, todos mienten. Ocultar información es mentir y a mí me ocultaron muchas cosas; incluido su existencia.
No sé qué lo que me espera en esta ciudad, llegue hace unos años, solo sé que debo vivir. Así sea sola, sin familia. Depender de mi desde los dieciséis años ha sido difícil, no encontraba trabajo por ser menor de edad y prostituirme o ser una pole dance no era una opción, aunque he de admitir que ganan bien.
Al año de llegar a la ciudad conocí a mi única amiga; Amara Smith, junto a su hermano mayor Doncan. Ella es un año más grande que yo, hasta ahora no conozco a sus padres y tampoco preguntaré, supongo que están muertos; no los mencionan.
Secretos de familia, creo.
Y yo... Sin familia, sola con un hermoso perro que encontré afuera del edificio donde vivo y un auto que no podía vender.
Esta vida es una completa mierda.
Vivir en una ciudad grande ofrece muchas posibilidades, si eres mayor de edad. Un mes completo estuve buscando un trabajado honrado, no lo encontré. Así que termine en sitios ilegales; carreras de autos más que nada, peleas clandestinas, pero siempre sin meterme en problemas, eso era lo que menos quería. Me buscaban problemas; me alejaba. Llamen me cobarde, no importa. Así siempre lo he sido. Me gusta mantener un perfil bajo.
Creo que por ser así de cobarde o ignorante en cuestiones de la vida no me di cuenta a tiempo lo que sucedía con mi exnovio y mi ex mejor amiga. El más jodido cliché del puto mundo me sucedió a los catorce años. Cada que lo recuerdo me rio de mí, de ellos, de todo.
Lo superé. En serio. Me prometí ya no sufrir por un hombre que no vale la pena, pero ya para que, la virginidad no se puede perder dos veces. A los dieciséis abandone mi casa y termine aquí, en esta gran ciudad llamada New York. Lo segundo que hice al llegar aquí después de mi primera carrera fue inscribirme en clases online, tenía que perfeccionar mi lenguaje y aprender las costumbres de este lugar, ya me había lanzado al mundo a lo loco, pero con lo académico no iba a jugar, quería estudiar, necesitaba los papeles e identificación para ingresar a una buena universidad y eso costaba dinero. En las clases online no tenía que relacionarme con personas, ser amable, entablar conversaciones y que intentaran saber de mí; no, para eso aun no estaba preparada y sigo sin estarlo, pero las circunstancias cambian.
Ahora a mis veintitrés años a unos días de volver a la universidad después de las vacaciones y con un trabajo en una cafetería con horarios flexibles que aun así se me complica mantener, no soy de las personas que escucha la alarmar a la primera, y aquí estoy frente al espejo, viendo el desastre que soy. Odio los espejos, lo que veo en ellos me atormenta día y noche. Complexión delgada, alta, cabello negro azabache; lacio por debajo de los hombros, ojos color miel; hermosos, pero no míos, apagados, sin brillo en ellos; como muertos.
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ELIPSISMO
LosoweYo sufría, ninguno acudió mientras me encontraba en mi sórdida agonía. De alguna forma tenía que silenciarlas...