♕| Primero

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—Sobrecogedor encontrar un Park en el bar de un hotel, o por lo menos antes de la media noche.

Dejó caer su saco sobre el respaldo de la silla, llamó a un mesero con una señal de dedos y finalmente se sentó frente al otro hombre, en una esquina privada del bar dónde la luz era escasa pero alcanzaba a ver el destello de una sonrisa burlona en la cara contraria.

—Agua con gas. —dijo en un murmullo al hombre que se acercó con sigilo hacía ellos, parecía nervioso, le otorgo una leve inclinación en agradecimiento a pesar de que no era habitual en él y se inclino más sobre el asiento cuando se retiró. Lo siguió con la mirada hasta que la voz de su acompañante llamó su atención, no de buena forma.

—¿Entonces tu dulce fierecilla no apareció hoy?—un trago más de whisky lo marcaban como achispado a duras penas, debía ser la confianza de años que brindaban mofa sobre el tono retorcido de tal hombre.

No contestó. No era necesario y mucho menos productivo dejarse expuesto ante Wu YiFan, especialmente si era para ser participe de un humor burdo que lo comprometía a él...

De un sólo trago acabo con la bebida que burbujeaba en el vaso que fue colocado delante hacia tan sólo unos segundos junto con una jarra de la misma que prometía no durar mucho,«puedes retirarte» escuchó decir al otro mientras el gas quemaba su garganta seca. Torció sus labios en una mueca cuando finamente fijó sus ojos en los otros, que danzaban con verdadera diversión y más que nada razón.

—Bueno, ChanYeol, suponiendo tu forma de tomar simple agua como si no lo hubieses hecho en días y tu falta de valor para responderme, estoy casi seguro que él ni siquiera llamó para cancelar ¿cierto? —murmuró sin más, incordiandolo hasta sacarle algo. —Tu hígado debe estar agradecido de que no apruebes el alcohol, brindemos por ello.

Dejó salir una exhalación ruda, buscando la diversión que no había en las palabras. —Estás en lo correcto.

—Incluso tu tono de voz es tan programado lo que significa que estás acostumbrado, no creo que sea lo suficente...

—No creo jamás haberte dado el derecho de opinar en mi vida privada, YiFan.—lo detuvo en seco, no dispuesto a escuchar sermones esa noche cuando durante horas había estado a la expectativa de librarse del estrés que acumulaba en la espalda por los sucesos recientes.

—No, no lo has hecho. —se rió profundamente. —Pero tampoco lo necesito porque soy tu amigo.

—Estoy de acuerdo, así como te declaraste tú sólo hace veinte años.—se removió incomodo sobre la silla y finalmente poniéndose recto, con los dedos picando por agarrar un cigarro de su bolsillo. Que si bien él no tomaba alcohol más que lo necesario, si que fumaba y su adicción se había agravado en el último año; pero ese no era el punto. —Tenemos que hablar.

El mayor pasó de una expresión a otra, tan serio como se le permitía. Aunque parecía más hastiado que dispuesto a hablar de todas formas. —¿No puedes dejarlo para otro día?

—No hay otro día, Wu. —bajo su tono de voz. Alertando sus sentidos, no debía olvidar que estaba en constante vigilo. —Llevo meses perdiendo mi tiempo contigo, necesito moverme a otra ficha pronto.

—No me estás pidiendo poca cosa, incluso nuestra amistad no es rival para hacerme perder millones de dólares por hacerle de buenito, no es mi estilo.

—Los millones que perderás ni siquiera se compararán con la poca reputación que quedará de tu imperio cuando la bomba explote, de todas formas puedes hacer lo que quieras. —converso en tono casual.—Recuerda que no abogaré por ti, no eres rival para esto. E incluso si hablas de más no seré yo quien acabe contigo.

The Heart Wants What It Wants. ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora