Capítulo 14

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ANA

Se ve completamente aburrido por la conversación, pero de repente se vuelve blanco como la nieve, y no el tipo de piel blanca como la nieve perfecta. "Christian", lo llamo suavemente tratando de llamar su atención. Él me mira, y todo lo que veo es miedo, miedo primordial, y luego comienza a temblar. "No no no no no no." Él continúa murmurando.

Le quitó el teléfono. "Taylor, te llamará después".

"Lo entiendo". El tono de su voz solo me añade más preocupación.

"Christian". Intento otra vez, y él solo me observa.

"Por favor, no me dejes". Él se escucha mucho como un niño, es preocupante.

"Christian, ya tuvimos está conversación". Trato de mantenerme calmada, pero siento como rápidamente estoy perdiendo la paciencia.

"Eso fue antes". Él se jala su cabello tan fuerte que gime.

"Antes de qué?" Le pregunto sentándome y él me jala a su regazo y envuelve sus brazos alrededor de mi para así mantenerme en su regazo.

"Taylor y el equipo están investigando las sumisas y han descubierto que una de ellas tiene un hijo y probablemente sea mío". Lo que sea que pensaba que iba a decir, esto no era.

"Hace cuánto tiempo?" Le pregunto lo más calmada que mi voz me permite, como pudo ella ocultarle algo así.

"Hace cuatro años, ella tiene tres años según Taylor".

"Y ella no te dijo... No hizo el esfuerzo de decírtelo". Él baja la mirada y respira profundamente.

"Ella lo intentó, pero hice que mis abogados le enviaran una carta amenazándola si no se detenía". Él hizo qué.

"Déjame levantar". Digo casi en un susurro.

"Ana?" Su voz tiembla, pero él lentamente me suelta.

"Tu enviaste una carta amenazándola a una mujer que estaba tratando de decirte que estaba embarazada de ti?" Le pregunto porque no estoy segura si lo escuche la primera vez.

"Es parte del contrato... Después de que el contrato termina mis sumisas no me deben buscar bajo ninguna circunstancia". Su voz disminuye dándose cuenta de lo que acaba de decir.

"Y eso incluye estar embarazada de ti. Peor, ella trató de decirte, y tu no tuviste el sentido de hacer que tus abogados la contactaran para averiguar porque quería hablar contigo". Esto me horroriza.

"No lo sabía". Él argumenta.

"Porque no querías". Me encuentro caminando en la habitación. "Cómo pudiste poner tal estipulación en los contratos. Quiero decir, en serio, hacer algo como esto es una posibilidad que nunca se te ocurrió".

"Me aseguré de que las sumisas siempre tomaran la píldora o recibieran la inyección".

"¿Sabes que ningún anticonceptivo es cien por ciento efectivo?" Él asiente.

"Y sin embargo, no pensaste que esto era una posibilidad. ¿Eres impotente?" Me mira con incredulidad. "¿ Y bien?"

"No... "

"Volveré a preguntar... y sin embargo, no pensaste que esto era una posibilidad".

"Acababa de comenzar con GEH. Sabía que si salía a la luz que participaba en BDSM, muchas de las empresas con las que trabajaba se negarían. Demonios, tengo una cláusula de moralidad en mis contratos. Nunca me asociaría con una compañía donde se sabe que el CEO practica un estilo de vida sexual alternativo. Sé que me hace sonar como un hipócrita, pero he visto de primera mano lo que le sucedió a los directores ejecutivos cuando se reveló que sus vidas no son tan saludables como las representaban. Estaba más interesado en mantener mi estilo de vida en secreto. Le di tanto a mis sumisas y lo usé como aplacamiento para mantenerlas a raya. Esos NDA que les hago firmar no los enviaría a la cárcel si la rompieran. Quiero decir que si una de ellas fuera a algún medio de comunicación antes de que pudiera hacer algo, ambos sabemos que el daño ya estaría hecho".

A BEAUTIFUL STRANGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora