CAP1

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Ser nueva en una ciudad es algo complicado ya que no tienes a tus amigos o el mismo estatus social que antes, pero algunas veces las cosas tienen que cambiar, conoces gente buena o peligrosa, alocada o tranquila, e incluso familiares que ni siquiera sabias que tenías, sabes ir de ciudad en ciudad por el trabajo de tus padres o por tus estudios, lo bueno de todo eso, es que tienes un comienzo nuevo, como un reinicio de vida pero no tan así, te deshaces de las personas menos deseadas.

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Papá estaciona el carro en la acera mientras que mamá termina de dar su discurso de como me debo de comportar con los vecinos, que debo hacer y que no, en caso de emergencia a quien acudir aunque no creo que pueda acudir a ninguna de las personas en estos vecindarios ya que ninguno pasa de los veintitrés años, el vecindario consiste en alumnos de la universidad.
Los padres que alcanzan a pagar la casa y separar un cupo para que sus hijas/os vivan ahi, ya que el hijo o hija completa, o más bien termina la universidad la casa vuelve a estar en renta, el vecindario consiste en siete casas, tres en ambos lados y una al fondo del vecindario ninguna tiene diferencia solo que las dos principales son duplex entonces por lo que supongo deben de haber nueve personas en total aquí, hay nueve vecindarios los cuales quedan al fondo de la universidad de ahí están los tres edificios de la universidad a unos cuantos metros de los vecindarios, la diferencia de los edificios es que ahí comparten habitación dos personas del mismo género, hubo un tiempo que hacían las habitaciones mixtas pero gracias a un inconveniente entre dos estudiantes, tuvieron que tomar acciones a que no vuelva a suceder, el tercer edifico es de cinco pisos, cuatro menos que los otros, ya que tres pisos consisten en habitaciones y dos mas consisten en una librería y estudio de diseño o mejor dicho están las cosas en las cuales te puedas guiar de tu tareas o proyectos.

-Bueno querida, recuerda todo lo que hablamos y cuídate, no confíes en extraños, no queremos que te pase nada malo.- dijo mamá cerrando la puerta del carro y recogiendo una caja la cual estaba en el suelo y ha decir verdad se veía muy grande para ser sincera.

-Espera mamá eso está muy pesado para ti, porque mejor no despiertas a los dormilones a que bajen y ayuden ya que quedan pocas cajas pero aún así a papá no le vendría mal un poco de ayuda.- le dije mientras ella me daba el permiso de agarrar la caja acompañada de una cálida sonrisa de parte de mi mamá.

Entramos todas mis pertenencias, aquella casa ya estaba amueblada, era como una casa de ensueño, como si estuviera a la medida para mi, encontrabas la sala de estar, de ahí no muy adelante la cocina que era grande, como la sala de estar, una puerta que imagino que era el baño de visitas, habían unas escaleras que dirigían a las habitaciones las cuales eran tres cada una con su propio armario y baño. Baje y vi a los gemelos ayudando con unas ultimas cajas, para los que se preguntan quienes son los gemelos, son mis hermanos Andrew y William tienen diecisiete años, de ahí viene Kaden el es el mayor tiene veintidós, Jaden de veinte y yo de diecinueve, mamá tiene treinta y ocho y papá cuarenta, Jessica y Maddox.

-Mama no me puedo quedar con mi hermana?mira que increíble esta la casa.-dice William.

-Sigue soñando Will, aquí me puedo librar de tus gritos cuando juegas.-me acerco y le despeino la cabeza.

-Ya ya, detente.-dice empujándome a un lado.

-Mamá.-digo y me regresa a ver.- Acompáñame a ver que habitación escojo.- le digo caminando para las escaleras.

Entramos la primera habitación que queda en la parte trasera, un poco pequeña para mis cosas, Mamá y yo negamos la habitación ni medio entramos, fuimos a la habitación de la parte de adelante quedaba en la esquina la cual tenía una ventana que dejaba ver la ventana de la otra casa, esta habitación me gustó era bonita bastante amplia, salimos y le seguía otra habitación esquinera esta dejaba ver la ventana de la casa duplex, no se porque pero algo me decía que escogiera la otra, mi mamá dijo que estaba bien y fuimos a subir las cajas con mi ropa y cosas necesarias.

-Crecen tan rápido hija mía.-dice mamá soltando una lágrima.-Como quisiera volver el tiempo, aquellos en los que me pedías ser una invitada en tus té, a que te ayude a peinar a tus muñecas, y no a ti porque siempre querías estar despeinada.-suspira mamá, sonrió y me acerco a ella.

-Hey!- digo ante el comentario del pelo.- no me gusta peinarme porque quedo muy apretada.-frunzo el ceño y saco el labio de abajo mientras cruzo mis brazos debajo de mi pecho.-Ademas mamá tú sabes que íbamos a crecer en cualquier momento, es algo normal, cada uno de nosotros toma su rumbo, pero lo hacemos por un bien Mamá, para ser mejores y aprender, no es que ya no nos vamos a ver, si lo haremos pero no tan frecuente, puedo ir a Florida en las vacaciones, e incluso puedes llamarme por videollamada.-le sonrío y voy a abrazar a mi creadora, mientras que un descuido mi mamá me recoge el pelo, y yo hago una gran O con mi boca.

-Tenia que, me ahogas con verte el pelo suelto.-la miro ofendida y llevo mi mano al pecho.

{...}

Son las ocho de la noche y es mi primera noche en esta casa, hasta ahora he visto dos personas llegar al vecindario una chica y un chico, al parecer estos no tiene ninguna relación ya que llegaron en autos separados y cada uno llegó a una casa diferente.
Me levante a la cocina sin antes ponerme mis pantuflas peludas, lave los platos asegurándome de que estuvieran limpios, después de lavar todo, apague las luces de la cocina y me dirigí a la sala donde había un televisor, la casa estaba completamente oscura solo reflejaba las luces del televisor, mientras me estaba quedando dormida viendo bob esponja (si bob esponja tienen algún problema me recuerda a mi infancia.) escuche cómo abrían la puerta principal pensé que era el televisor pero cuando escuché que la puerta se abrió me puse nerviosa tanto que comencé a sudar con el aire acondicionado encendido, me lance al piso y me asomé de reojo para ver quien era el intruso que se atrevía entrar a la casa.

-Hola.-escuche una voz femenina.- Hay alguien en casa?-dijo, después de cerrar la puerta atrás de ella entrando con unas cinco maletas.

La chica se veía inofensiva además tenía llaves de la casa seguro debe de tener una explicación, me levante bajando mi camisa de tiras blanca y alzando my pantalón azul marino de seda, la chica me miro y me sonrió, confundida le sonreí y fruncí mi ceño.

-Hola.-digo extrañada.- Quién eres tú?.

-Hola.-sonrió la chica y se me acerco a darme un abrazo el cual me tomo por sorpresa.- Pensé que no había nadie en casa pero cuando vi la tv encendida supuse que alguien estaba aquí.-dijo muy activa y alegre.-no sabes cuanto alivio me da al saber que eres mi compañera.-dijo sin quitar la sonrisa, la chica era muy linda, un pelo natural rubio oscuro que le llegaba a los hombros y le acompaña una piel de oliva la cual la hace ver muy atractiva, ojos color miel y una nariz bonita con unos labios ni tan gruesos ni tan finos.

-Disculpa, acaso dijiste compañera?.-le pregunte confundida mientras que ella asintió con la cabeza.- No entiendo a que te refieres con compañera.-le digo esperando una respuesta.

-No sabias?-pregunta la chica.-Prácticamente hubo un fallo en la pagina y tal parece que nuestros padres pagaron mitad y mitad entonces para que no haya ningún inconveniente los administradores hablaron con nuestros padres para que las dos convivamos en la misma casa ya que el pago fue descontado de las tarjetas de crédito de ambos, ellos conversaron y no tuvieron problema con aquello y aquí estamos.-dice ella tomando asiento en un sofá.

-Entonces dices que somos compañeras de casa por un inconveniente?- la miro y ella me sonríe y afirma.

-Ah disculpa no me presente, soy Alana Woods un gusto.-dice levantándose del sofá y extendiendo su mano.

La miro dudosa y extiendo la mia.

-Bellamy Williams, el gusto es mío.- digo antes de estrechar su mano contra la mía.

-Espero y nos llevemos bien en esta larga jornada.- sonríe con los ojos cerrados.

-Hey, no tienes que ser tan formal conmigo, es un poco raro, recuerda que somos de la misma edad.-le digo sonriendo y en tono delicado.

Me da una cálida sonrisa y conversamos hasta quedarnos dormidas, resulta ser que tenemos muchas cosas en común.

Si Tan Solo Supieras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora