𝐸𝓅𝒾𝓁𝑜𝑔𝑜

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~Narrador: Lucy, día siguiente~

Me desperté junto con los primeros rayos del sol y me quedé observando a Zeref. Es una de las pocas veces que le puedo observar después de todo lo que hemos tenido que planear para conseguir Magnolia.

Me levanté sin despertarlo y me dirigí al baño para lavarme la cara. Después de esto, cogí la bata que tenía apoyada en el respaldo de una de las sillas y salí a la terraza a observar la ciudad.

Ayer estuvimos toda la noche explicando la situación a los ciudadanos, algunos nos aceptaron como líderes de la ciudad mientras que otros seguían sin confiar en nosotros pero poco a poco conseguiremos su confianza.

Al cabo de unos minutos, sentí unos brazos rodearme y una cabeza apoyarse en mi hombro.

-¿En qué piensas...?- sonreí ante su voz ronca recién levantada y le acaricié las manos.

-En todo lo que nos queda por conseguir...-

-No te preocupes por eso... tenemos tiempo para conquistar Fiore... además... tenemos todo lo que necesitábamos para conseguirlo...- asentí y miré al cielo.

Al final he conseguido la venganza que quería pero ahora ansiaba más, necesitaba a todo Fiore a mis pies y sé que Zeref también lo quiere, pero ambos sabemos que ahora necesitamos aliados para conseguirlo y que nuestro ejercito recupere su magia y energía.

Miré a Zeref cuando sentí que se puso a mi lado -sé que en todo este año solo hemos estado visualizando nuestra lucha contra Fairy Tail y la conquista de Fiore pero ahora que estamos en un momento de paz, quiero ofrecerte algo- espere a que siguiese hablando sabiendo que no le gusta que le interrumpan cuando está diciendo algo importante. Me miró y me cogió de las manos -quiero que estés a mi lado para siempre...- lo miré sorprendida, no hemos hablado mucho de eso ya que él no estaba de acuerdo en volverme inmortal para poder estar juntos en un principio pero ahora... -sé que al principio no quería pero ahora me he dado cuenta de que ya no podría vivir sin ti, por eso te ofrezco esto ahora-

-¡Sí!- lo abracé sin pensarlo y le besé toda la cara hasta acabar en los labios. Hacia mucho que no lo besaba y ya lo necesitaba. Me devolvió el beso con las mismas ganas que yo pero al rato tuvimos que separarnos. Me miró a los ojos y sonrió.

-Mi emperatriz...-

-Mi emperador...-

Nos quedamos mirando y al cabo de un rato, dirigimos la mirada hacia la ciudad que ya comenzaba a despertar. Este era un nuevo comienzo, aquí empezaba una nueva era.


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𝔼𝕟𝕥𝕣𝕖 𝕝𝕦𝕫 𝕪 𝕠𝕤𝕔𝕦𝕣𝕚𝕕𝕒𝕕 ᵀʳᵃⁱᶜⁱᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora