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~Hace 7 años, Isla Tenrou~
- ¡Natsu! ¡Chicos! ¿¡Hay alguien!? -
Estaba totalmente desorientada, lo único que recordaba es que estaba con todo el gremio curándonos de las heridas causadas por el examen para subir a mago de clase S y de la nada empezó a aparecer una densa neblina haciendo que no se pudiese ver nada.
No sé como pasó pero ya no me encontraba en el claro donde estábamos todos asentados. Intenté averiguar como volver, pero no había manera. Sentía que caminaba en círculos y eso me empezaba a preocupar. Ni si quiera tenía mis llaves para que me ayudasen.
Unos 30 minutos después, ya iba a rendirme hasta que oí un ruido de una rama quebrándose a mi derecha.
- ¿Hola? ¿Natsu? ¿Happy? -
Me iba a acercar para comprobar si eran alguno de ellos hasta que un ciervo salió y pasó por mi lado tirándome al suelo. El golpe me dejó aturdida pero eso no fue lo único que salió, al ciervo lo siguieron muchos más animales de lo que esperaba.
Pasó un buen rato hasta que terminaron de pasar todos ellos. Me quedé un rato en shock hasta que me pude levantar. Miré por donde salieron todos ellos y decidí ir a ver que había pasado para que todos ellos salieran despavoridos.
Estuve como unos 10 minutos caminando hasta que empecé a darme cuenta que todo mi al rededor empezaba a estar muerto. Me resultó muy extraño, me di la vuelta para comprobar que no estaba alucinando y, efectivamente, la zona a la que daba la espalda estaba viva mientras que en la zona en la que me encontraba estaba completamente muerta.
Seguí andando ya con más cuidado y estando atenta a todo hasta que me encontré los cadáveres de una manada de lobos. Me acerqué a ellos y comprobé si tenían alguna herida pero no tenían ninguna. No entiendo como es que murieron, ya que se veían bastante saludables. Los seguí inspeccionando hasta que oí un ruido que provenía de enfrente.
- ¿Hola? ¿Hay alguien? Necesito ayuda... -
Me iba a acercar pero vi una figura que se iba acercando muy despacio hasta mi.
- Lucy Heartfilia... te he estando buscando...-
Me quedé en shock. ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Quién era? No reconocía su voz, por lo tanto no era ninguno del gremio.
- ¿Quién eres? ¿Por qué sabes mi nombre? -
- Aún no es hora de que sepas quién soy, solo he venido a advertirte -
