Capítulo XXVII

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LAUREN'S POV

Padre e hijo se despidieron de nosotras, cuando salieron de la habitación. Una sonrisa de despedida y un pequeño abrazo por James, fue suficiente para que nos dieran la espalda y empezaran a caminar. 30 minutos después, las mujeres se despidieron de mí con un abrazo sincero. Dinah se quedó a mi lado, mientras Ally y Normani se iban.

— ¿Estás más tranquila?

— Trató de estarlo. — Respondí sincera.

— Intenta descansar un poco, Lauren. — Asentí, sabiendo que no podría dormir en toda la noche. — Vendré mañana temprano para que puedas irte antes de que llegue la familia de Camila. ¿Está bien? Se que quieres quedarte, pero no tienes una excusa válida para que tú estés aquí. También servirá para que vayas a tu casa y te des una ducha y te cambies de ropa.

— Bien.

Sonrió levemente antes de darme un abrazo, que duró algunos segundos. Se alejó dándome un apretón en mi antebrazo para pronunciar un silencioso "Cuídala". Asentí viendo como se daba la vuelta, alejándose por el pasillo. Un suspiro salió de mis labios, antes de acercarme a abrir la puerta.

Moví una de las sillas que se encontraba pegada a una de las paredes de la habitación hasta dejarla lo más cerca posible de la latina. Tome su mano entre las mías, y me dediqué a besarla y acariciarla con mis pulgares mientras observaba su rostro. Así fue cuando el recuerdo de la primera vez que la vi con otros ojos vino a mi mente, haciendo sonreír entre lágrimas silenciosas.

FLASHBACK
2 años atrás.

— Vamos, Lauren.

Reí siguiendo a mi mejor amigo a su casa. Entramos dejando nuestras mochilas a lado de la puerta, y en ese momento pude oler algo delicioso, proviniendo de la cocina. Sonreí. Siempre me encantaba comer aquí, la Sra. Cabello cocinaba riquísimo.

— ¡Ya llegamos mamá! — Gritó el castaño.

— Ven a saludarme, cariño. Y agradece que siempre tienes comida hecha cuando llegas de la escuela. — Mi amigo bufo por lo bajo, antes de hacerme una seña con la cabeza para que lo siguiera.

Entramos a la cocina viendo como la Sra. Cabello se giraba para ver a su hijo con una ceja alzada.

— Hola, má. — Saludó el futbolista acercándose a su madre, para abrazarla y dejarle un rápido beso en su mejilla. La latina sonrió divertida por la actitud de su único hijo, y lo soltó.

— Ve a lavarte las manos, jovencito. — Rodó los ojos, saliendo de la cocina.

La castaña me miró, y me sonrió cariñosamente sin mostrar su blanca dentadura.

— Buenas tardes, Sra. Cabello. ¿Cómo está? — Pregunté con las manos en las bolsas de mi suéter.

— Muy bien, cielo. Gracias por preguntar. Tú también ven, Lauren. — Abrió sus brazos, haciendo que de inmediato me encaminara para abrazarla por la cintura. — Dime... ¿Cómo estás tú? — Susurró. Tragué saliva, sin responder. — Eres fuerte, Lauren. Y verás que pronto todo estará mejor.

— Gracias, Sra. Cabello. — Susurre de vuelta. — Le agradezco por sus palabras y por recibirme en su casa.

Cuando nos alejamos me sonrió, y en ese momento, me di cuenta de la hermosa sonrisa que tenía. Sonreí tímidamente.

— Está es tu casa, cielo, y lo sabes. — Acarició mi hombro. — Ve a lavarte las manos tú también. — Me soltó sonriéndome.

Salí yendo directamente a lavarme las manos, sin ver a James por el primer piso. Volví a la cocina en cuanto terminé. La Sra. Cabello apagaba la estufa cuando entraba.

My Woman, My Love- Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora