Tres.

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Desde que mi objetivo se volvió el saber más sobre el asunto hacia el lugar, no pude dejar de hacerme una y miles de preguntas

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Desde que mi objetivo se volvió el saber más sobre el asunto hacia el lugar, no pude dejar de hacerme una y miles de preguntas. Un lugar donde se miraba a las parejas abiertamente teniendo relaciones y así poder solo disfrutar de la vista, como lo hacía con mi vecino. O también se podía participar. Siendo parte de la pareja que se pondría en exposición.

Aúnque todavía no me creía que un lugar así pasara de desapercibido. Es qué, rayos, por cada pasillo se escuchan los gimoteos y uno que otro grito. Y en un abrir y cerrar de ojos, el lugar se llenó. Agradecía eternamente a Taehyung, porqué sino, hubiera salido despavorido de aquí.

—Veras, Yoongi. Aquí se lleva una pirámide, como un estatus. —Menciona el rubio saliendo a un balcón al cual me llevó.

—¿De qué hablas?.

—En la punta está el Jefe, en segundo lugar los que vemos, es decir los clientes, para seguir con los que participan y por último los trabajadores. Así cada uno lo tratan según su lugar en la pirámide—Me miró burlón. —Cabe resaltar que si tienes una membresia, seras tomado mucho más en cuenta.

Los dos nos sentamos en el suelo.
Que todo era loco, como un club y se lo tomaban muy enserio.

—¿Quien es el Jefe? —Pregunté inquisitivo.

—Jeon Sik, es un viejo de cuarenta años, soltero y tiene un hijo, que ¡Joder! Se come solo. —Se relamió los labios.

—Oh, no me importa si está soltero o no. ¿Su hijo también viene aquí?.

—Si, se llama Jeon Jungkook. Es por obvias razones, el segundo al mando, más solo vé y nunca ha participado.

—Interesante. —Dije mirando en un punto fantasma.

Enseguida nos llenamos de un cómodo silencio, y el frío empezó a recorrer.

Que todo era una locura total. No sabría si volvería, eso no era lo mio a pesar de que veía a mi vecino, pero eso es diferente. Mi vecino es muy guapo. Las personas en el lugar actuaban tan normales, como si eso no fuera una cosa muy extraña. Si miraban pagaban, si participaba le daban ese dinero. Además de que no se aceptaban fetiches, tríos o cosas sádicas. Solo sexo tradicional.

No me disgustaba estar ahí, sin embargo, me sentía nervioso cada que a mis oídos llegaban cosas "Perturbadoras".

Sentí la mirada de Taehyung y me pregunté sobre él. Girandome a verlo, sus ojos cafés estaban dilatados y tenía media sonrisa.

—Taehyung, Y... ¿Tu haces parte de que lugar?.

—Yo participo. Solo con hombres. ¿Sabes?, se gana buen dinero. —Desvío la mirada.

Asentí cohibido. La imagen del rubio no se veía así. Me dí cuenta que mi vida gira un poco entorno al sexo. No sabría que pensaría mi madre si le hablo de ello. Miré mi reloj de mano, la una de la mañana, muy tarde y tenía que trabajar luego. Así, me levanté del lugar, sacudiendo mi pantalón, Taehyung hizo lo mismo.

—Debo irme, tengo que trabajar. —Le digo con una sonrisa y abriendo la ventana del balcón para poder salir.

—Oh, está bien. ¿Volverás?.

—No lo sé, esto es muy nuevo. —Una cara de disgusto se formo en mi.

—¿Me darías tu número?

Tras darle el número al chico, salí del establecimiento para tomar camino a casa en un taxi. Taehyung no parecía malo y no encontré problema en dárselo. No obstante, cuando el chico se despidió de un corto beso en los labios, como cosa normal. Un cosquilleo me invadió, simplemente reprimí el sentimiento.

A penas cruzaba las puertas de mi conjunto, mi móvil vibró en el bolsillo izquierdo de mi pantalón. Con curiosidad, sabiendo que era un mensaje, desbloquee mi móvil.

¿Que te pareció el lugar?, las vistas son mejores de las que te doy, gatito.

Que ya le estaba empezando a asustar los mensajes del desconocido, ¿De que hablaba?, por alguna razón me sentí exhibido, si sabían que fui a un lugar como ese me llenaría de vergüenza.

Ignoré el mensaje hasta que llegué a mi habitación y pude responder, con las misma preguntas de siempre. Tampoco sabía porque no simplemente bloqueaba el número, pero la curiosidad mató al gato.

En cuanto intenté cerrar mis ojos, la voz de Jimin resonó en mis oídos lejanamente, ya reconocía esa voz aguda, y al levantarme extrañado, busqué de donde provenía. Y ahí estaban esos dos de nuevo, el vecino y Jimin.

Al parecer mi toque de queda seguiría  por mucho más. No quería sentir más ganas de vomitar, así que esta vez, dormí en otro lugar, llamé a la puerta de Yugyeom, otro vecino al cual no espiaba aúnque quisiera. Por fortuna estaba despierto y así terminé durmiendo en un sofá incómodo.

Sin embargo no podía reconciliar el sueño y pasada una hora mi móvil volvió a vibrar. De nuevo el extraño.

Número desconocido.
Ya van dos veces que no miras lo que te gusta, gatito.

Yoongi.
¿De que hablas?.

Número desconocido.
Vamos, todavía no sabes quien soy(?.

Yoongi.
No, me das una pista.

Número desconocido.
Vivo al frente de tu apartamento y te gusta verme por las noches.

Yoongi.
Lo siento, no sé quién eres.
Visto 3:05 am.

Me negaba a pensar que ese desconocido era mi vecino, imposible. Tampoco tenía a más personas que vivieran al frente de su apartamento y que le gustara ver. Y si era así, había sido pillado.

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❥ looĸιng aт мy neιgнвor. -ᵏᵒᵒᵏᵍᶤ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora