Sin duda mi café con leche de mañana no podría faltar, hacia frío pero como el masoquista que soy, salí al balcón con mi torso desnudo y solo una pantaloneta.
La noche anterior, se basó en dormir tranquilamente, y agradecí eso, ya estaba pensando que el insomnio me tomaría por completo.
Dí un sorbo del café y observé a la terraza de abajo, las personas salían para trabajar y algunos niños iban felices a su escuela, la puerta de la Torre B, se abrió y me puse atento, viendo qué, quién salía era mi vecino.
Y joder, íba solo en boxers, ¿Acaso, no tenía frío?. Bueno, no era el mejor ejemplo para decír eso. Mis ojos se engancharon, en su abs, bien fornido y que te derretía el paladar de solo pensar en tocarlos. Su cabello era mañanero y entre sus manos llevaba una bolsa negra. Se acercó hasta el contenedor de basura y deposito de manera brusca la bolsa que llevaba.
No era día de sacar la basura, entonces, ¿Porque sacaba una bolsa negra y la tiraba?, un cadáver tal ves. Bueno, mi vecino no tiene cara de asesino serial.
De repente, cuando se gira sobre sus talones, para regresar por donde vino, sube su mirada en dirección a mi. Nuestras miradas se conectan de una, un cosquilleo se acopla en mi estómago y mis mejillas las sentía al rojo vivo.
Él sonrió de manera ladina, y antes de yo poder ver sus siguientes acciones, corrí despavorido hacía mi habitación. No sé en que momento mi respiración se puso irregular, de igual forma, dejé el pocillo sobre la mesilla de noche y me tiré a mi cama, con los brazos abiertos, cerrando mis ojos, y echar hacía fuera aquellos nervios que tenia.
En cuanto llegó mediodía, ya estaba listo para irme a la oficina. A pesar de todo, creo que el vecino me regaló una buena mañana con su espectacular cuerpo.
Al llegar a las oficinas, Mi mejor amigo; Jimin, ya estaba ahí, se restregaba el cabello con desespero y eso solo significaba una cosa: Malas actuaciones.
—¿Trabajo duro, amigo? —Pregunté mientras tomaba lugar en mi escritorio.
—Verás, esta chica es muy mala actuando. —Suspiró, rodando los ojos—He tenido que intentar tapar su malo actuación con cambios de toma.
—Exasperante, tranquilo, ya llegó tu salvación.
Tras eso, abro mi laptop, para empezar a editar la última película erótica, -para no decír porno- qué, estaba próxima a estrenarse.
Al parecer y hicieron un mal trabajo en el casting, tal como lo corroboré, la actuación de la protagonista era una mierda.
No es qué no me gustara mi trabajo, pero tampoco me sentía orgulloso de ello. Ganaba dinero, en demencia, por algo muy fácil. Claro está, que mis padres no sabían de eso, me matarían si lo supieran. Me tomé un descanso de la universidad, sentía que me estába ahogando con tantos números, pues, ingeniería Industrial, tomaba el hecho, que Valoría más, las clases de matemáticas en mi infancia.
Luego de varias arduas horas de trabajo, las luces en la oficina se apagaron y con ello, Jimin y yo caminábamos juntos hacia la salida.
—¿Quieres ir por algo de cenar? —Le digo a Jimin, mientras cierro el local.
—Oh, no puedo. Tengo, algo por hacer. —Lo miré curioso, rara vez tenía Jimin algo que hacer.
—¿Que cosa?. —Le cuestioné.
—Amh,... Yo, tengo... —Se rasco la nuca—¡Que ir a la biblioteca!.
Miré mi reloj. Once y media de la noche. —¿A esta hora?, de seguro que ya está cerrada la biblioteca. ¿Que pasa Jimin?.
—Nada, solo qué... Bueno, me veré con alguién. —Su mirada se agachó.
¿Jimin?, ¿Con alguién?. Estába sorprendido, nunca hablamos de un tercero, y por consecuente Jimin, es un poco introvertido.
—Me lo fueras dicho antes. Solo vé, nos vemos mañana.
Cuando la charla terminó, me dispuse a ir a paso lento y con tranquilidad. El conjunto donde vivo no queda lejos.
Por el camino, me encontré con la soledad, era muy raro que un sábado no hubiera gente borracha vomitando en los arbustos.
Veintidós minutos después, ya estaba abriendo mi puerta. Quitándome todo de encima, entré a la ducha, para un baño frío y luego tirarme a la cama. No tenía hambre, así qué la comida me esperaría mañana.
Las cobijas estaban cálidas cuando me acomodé en mi cama, enseguida la calidez me arropo también y cerré los ojos, sin embargo no estaba dormido, solo estaba ahí, en trance.
Y... ¡Maldición!.
Esta noche no lo esperaba, en medio de todo ese silencio se empezaron a escuchar susurros y jadeos y ya sabía de donde provenían. Mi pene empezó a palpitar y como si fuera un robot y no controlara mi cuerpo, mis piernas salieron de la cama y mis pies, se dirigieron justo al balcón.
Grata fue la vista que obtuve, como siempre la cortina del balcón estába abierta y dislumbraba en perfecta condiciones a mi vecino dentro de quien fuera ahora.
Las gesticulación de mi vecino eran dignas de ver, y seguro, yo era el único loco a las doce de la noche observando a mi vecino follar con alguién.
Mis ojos buscaron a está vez a la víctima, recorrí el cuerpo de esté y no pasó desapercibido que está vez era un hombre, debí suponerlo por la gravedad de los gemidos. Seguí observando, deleitandome con el manjar, me gustaba más cuando mi vecino se follaba a chicos. Diablos, que asco doy.
El rostro de la víctima hizo su aparición, cuando mi vecino se empujó dentro de él. Entonces, ya no quería ver más. La cabellera naranja que reconocía muy bien, se restregaba contra las sabanas, aquellos labios gruesos, se abrían y cerraban como pez fuera del agua, boqueando.
Jimin. La víctima está vez, era Jimin. No me lo creía, de alguna forma o otra, me sentía mal, tal ves, traición o celos, porque el pudo y yo no. Unas náuseas se adueñaron de mi garganta, no quería vomitar ahora, así que alejando mi mano de mi miembro ya no erecto, me tapé las orejas con mis manos y regresé a mi cama. Por primera vez en un mes, habia rechazado las ganas de ver a mi vecino en las suyas.
¿Como era que se conocían?, no lo sabía y tampoco le iba a preguntar. No era la culpa de ellos, pero desde ahora, empecé, mi toque de queda.
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❥ looĸιng aт мy neιgнвor. -ᵏᵒᵒᵏᵍᶤ-
FanficEn donde a Yoongi le gusta observar los morbos de su vecino; Jungkook.