holo de nuevo!! owo les traigo otro emocionante capítulo, espero lo disfruten!!
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14. La otra cara de la oscuridad
No regresó a la celda sino hasta que los guardias les obligaron a regresar. Al principio estaba un poco temeroso pues sabía que el marimo querría continuar con lo que habían empezado, mas al verlo pensativo, recostado sobre la cama de arriba, suspiró aliviado y entró. Sanji se acostó en la cama de abajo, abrazando una almohada, y se quedó en silencio hasta que las luces se apagaron.
- ¿qué quería Ace?- preguntó en voz baja mientras abría y cerraba sus párpados, tratando de acostumbrarse a la oscuridad
- nada importante- respondió el peliverde con desgana
- sí, claro- dijo el cocinero con sarcasmo- cuando se trata de Ace sólo son secretos y mentiras- molesto, se levantó de su cama y se subió a la del marimo, sentándose en una esquina en flor de loto, cruzando los brazos sobre su pecho- dime a qué vino...
- te he dicho que no es nada
- vamos marimo- se estiró en el colchón y apoyó uno de sus pies en la entrepierna del otro- dímelo...- ejerció un poco más de presión en la zona mientras que sus dedos comenzaban a masajear la hombría del peliverde
- no... no puedo...- Zoro mordió sus labios, tratando de reprimir cualquier sonido que pudiera provenir de su boca
- [¿qué diablos estoy haciendo?]- pensaba Sanji, sintiendo cómo el otro se endurecía bajo la planta de su pie. Los roncos gemidos del marimo no hacían más que despertar en él aquello que se esforzaba por mantener encerrado en su interior. Su rostro se encendió cuando vio que "eso" tomaba forma bajo la ropa del moreno- [eso tan grande... realmente... ¿ha estado dentro de mí?]- sintió su corazón brincarle violentamente ante sus pensamientos- vamos cabeza de alga, dime qué escondes
- no puedo... se lo prometí a Ace- el rubio pareció enfadarse más, por lo que aumentó la presión sobre la entrepierna de Zoro- mmnn...- el gemido se le escapó junto con fino hilo de saliva. Un escalofrío le erizó los vellos de todo el cuerpo Sanji nada más al escuchar ese gutural sonido escapando de su compañero
- [¡diablos Sanji, detente!]- se ordenaba a sí mismo, pero su cuerpo parecía tener vida propia. Subió su otro pie a la altura del miembro del marimo y lo apresó entre sus planta, masajeándola con sus dedos al mismo tiempo que sus pies iban y venían de arriba a abajo- [si esto sigue así...]- pudo sentir cómo el otro temblaba, moviendo rítmicamente sus caderas, buscando un poco más de contacto- ¿te gusta, marimo pervertido?- ni él mismo creía lo que estaba diciendo, pero lo que le resultaba más inconcebible era que su propio cuerpo comenzara a reaccionar; su erección crecía rápidamente y el calor le asfixiaba cada vez más... ¿se estaba excitando con sólo tocarle?
Unos leves suspiros brotando de sus labios le indicaron que así era... ¿qué tenía ese cabeza de alga que le hacía cometer el más sucio de los pecados?... Sanji aumentó la velocidad que llevaban sus pies hasta que sintió cómo las prendas del peliverde se humedecían. Jamás imaginó que pudiera tener a uno de los más temidos en Impel Down derritiéndose entre sus dedos, justo como él lo había tenido tantas veces. Una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras bajaba sus pies y dejaba caer todo su peso sobre Zoro, recostándolo debajo suyo. Aun cuanto su mente le pedía detenerse, su cuerpo le pedía más a gritos. Zoro le devoró los labios apenas los tuvo al alcance, paseando sus impacientes manos por toda la blanca anatomía que tenía sobre él, buscando desnudarle.
Sanji tampoco se quedó quieto, con la lujuria subida hasta las nubes, coló sus manos debajo de la camisa del peliverde, delineando cada curvatura de sus músculos mientras sus caderas se movían lentamente, friccionando contra la hombría del moreno. Y es que él también necesitaba sentir la piel del otro sobre la suya, saber que se pertenecían mutuamente... fue cuestión de unos momentos antes de que su ropa desapareciera, quedando ambos desnudos; aun con la falta de luz, podían verse claramente, jadeantes y deseosos de continuar. El rubio volvió a acomodarse sobre Zoro, esta vez sobre su pecho; tomó su erección con una mano y la movió frente a la incrédula mirada del peliverde. Con sutil gesto le indicó al otro qué hacer; el peliverde, al recibir el mensaje, se levantó un poco y engulló completa la virilidad del rubio, haciéndole arquear la espalda de puro placer
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Una Deliciosa Tortura
FanfictionSanji es otra víctima más de la injusticia, yendo a parar a la cárcel de Impel Down por un crimen que no cometió. Mas esta prisión no sólo alberga a la escoria de la sociedad, pues aquí encontrará aquello que pensó jamás encontraría... un sentimient...