11:11 Cuando las estrellas se alinean

2 Colin

Después de aquella noche, no pude dejar de pensar en lo bien que conecté con April. Todo lo que hablamos en la cafetería y durante el camino hacia su casa me hizo darme cuenta de que teníamos muchas, pero muchas cosas en común. Ella me preguntó si había pedido algo al ver la hora en mi reloj. Realmente mi deseo se había cumplido justo al tropezármela en la calle.

Cinco meses después, April cumplió 20 años, exactamente el seis de febrero. Es increíble cómo puede pasar el tiempo de rápido. No obstante, no importa cuánto tiempo pase, creo fervientemente que ella ha sido una de las mejores personas que he conocido durante todo el tiempo que he vivido en Londres.

Desde aquella noche en la cafetería, me he acercado considerablemente a April. Me ha contado cosas que al parecer nunca le había contado a nadie más. Nos hemos vuelto muy cercanos, y por eso, quiero prepararle una sorpresa. Han pasado cuatro días desde su cumpleaños, más concretamente señorita "A" para mí. Así que, como ella ama los bosques, decidí buscar un lugar especial para celebrar su cumpleaños. En internet encontré el Parque Nacional de Yosemite, en Estados Unidos. Vi un par de fotos y logré divisar un bosque muy encantador. Espero que le guste.

Diez horas más tarde ya tenía listo todo. Recién acabo de comprar los boletos para irnos hacia California y April ya sabe que viajaremos por su cumpleaños, ya que le pedí que hiciera maletas. Sin embargo, desconoce el lugar de llegada.

– ¡Ash! Es súper inquietante no saber a dónde me vas a llevar, Colin –me dijo mientras ponía los ojos en blanco–.

–Ya, ya, ya, señorita "A". No te aceleres. Sé que te encantará –le respondí.

–Sabes que odio levantarme temprano. –me respondió haciendo pucheros e inmediatamente soltó una carcajada–.

– ¿Qué? ¿Qué? ¿De qué te ríes? –le pregunté alzando una ceja.

–Es que acabo de caer en cuenta que tu nombre suena como la palabra colina– me respondió riéndose tiernamente y tapándose los ojos.

–Muy graciosa, señorita –respondí mientras le hacía cosquillas–. Pero en serio, ve a dormir que nuestro vuelo sale muy temprano.

–Sí capitán, como usted diga –me dijo mientras colocaba su mano en su frente como un oficial-.

Esperé hasta que April se acostara para hacer lo mismo. Justo me estaba quedando dormido cuando sentí que se acercaba hacia mi celular para espiar nuestro lugar de destino.

– ¡Oh, Dios! –escuché a lo lejos–.

Sabía que April no se iba a resistir. Así que simplemente tomé mi celular y lo guardé debajo de mi almohada. Traté de disimular y hacerla creer que no me había dado cuenta de nada. Cuando noté que por fin se había ido a dormir, caí rendido, esperando que fuera mañana para empezar la aventura de mi vida al lado de April.

Me desperté antes que April, sólo para verla dormir. Ella no sabe lo linda que se ve mientras lo hace, y ojalá pudiera saberlo. Me provoca una paz indescriptible escucharla respirar.

– ¿Qué estás haciendo, Colina silvestre? –me preguntó mientras abría lentamente los ojos.

–Eh, nada, nada –respondí rápidamente–. Estaba a punto de levantarte. Ya es tarde.

April sonrió y se dispuso a arreglarse. En poco tiempo, los dos estábamos listos para ir hacia el aeropuerto y esperar nuestro vuelo.

Una vez llegamos, estuvimos atascados en el aeropuerto por aproximadamente dos horas, debido al mal clima. Finalmente, nos embarcamos y emprendimos el viaje. No podía esperar para ver la cara de April. Me sentía muy feliz estando a su lado. Nunca había sentido tanto nerviosismo por la reacción de una persona. Quería que todo saliera perfecto.