Yo no te puedo olvidar y no me puedo escapar, me tienes acorralado, estoy a tu voluntad.
Se que hago mal, sé que me haces mal y es malditamente toxico. Se que no me amas, pero mi corazón no lo entiende. Siento que en cualquier momento mi nombre va a aparecer como una definición de masoquismo.
Cada vez que te veo con él, mi sangre hierve porque sé que solo en las sombras puedo poseerte.
¿Pero realmente merezco esto? Estoy dispuesto a desaparecerlo de tu vida, si tan solo desearas eso.
Lamentablemente, cuando me llamas, olvido todo ahí, en la cama. Suspiro tu nombre incontables veces, porque tu piel hace que me sienta en el mismísimo infierno por su temperatura. Pero es nuestro propio limbo, dentro de estas cuatro paredes. Pero justo después, todo se rompe, el amor que tus ojos me juran, son reemplazados por vacío y frialdad, sin ningún sentimiento hacia mí. Nunca demuestras más que un simple y burlón Gracias, te llamo después.
Merecía más que esto, lo sabía, pero simplemente al ver tu nombre en mi celular algo se apodera de mí. No es mi voluntad, sino la tuya.
Me duele hacer esto, pero no podría seguir así.
Mis amigos pasaron de consolarme a soportarme, tu ausencia genera molestia en mí, ellos son el blanco de mis estupideces por mi mal humor.
Cada vez que me miras, tienes algo que me hace olvidar de todo lo que me molesta. Sos una chica paranormal, no la puedo dejar jamás. Tenes algo que me lleva a que te quiera ver cada vez más.
