(H)
Harry estaba tan emocionado al fin podría darle la sorpresa al chico de ojos zafiro, había podido comprar los pasajes de avión para París. Sabía que a su esposo le encantaría, porque era su sueño desde pequeño y al fin podría cumplirlo, porque al rizado le encantaba ver contento a Louis.
Pero gracias a esta sorpresa, es que comenzó a tomar turnos extras en el trabajo y de la misma forma buscaba adelantar trabajo, pero se le fue un poco de las manos, ya que en algunas ocasiones llegaba a las tres de la madrugada a su casa, pero no le importaba porque Louis merecía eso y más.
El rizado había tomado la muy extraña decisión de alejarse un poco de Louis, para que así se sorprendiera más de la sorpresa que tenía el rizado para él. No podría mencionarles todas las emociones que Harry sentía mientras manejaba hacía su cómoda casa donde estaba su perfecto marido con los pasajes de avión en su maletín.
Pero el oji-verde se sorprendió cuando Louis le había colgado la llamada y rápidamente sintió una frío subir por su espina dorsal. El castaño siempre le contestaba, algo malo tuvo que haber pasado.
Harry comenzó a manejar lo más rápido camino a casa, mientras que no dejaba de llamar a Louis pero recibía la misma respuesta.
—Que esté bien por favor—. Harry comentó mientras doblaba en la esquina en donde vivía.
Al oji-verde se le olvidó como se respiraba cuando se dio cuenta de que todas las luces estaban apagadas.
El corazón de Styles comenzó a bombear cada vez más rápido al entrar a su hogar y no encontrarse con el chico curvilíneo en el sillón leyendo un libro o haciendo la cena. Harry sentía un zumbido en los oídos a medida que subía cada peldaño de aquella escalera que su Louis había elegido tan emocionado.
Harry paró de respirar, su corazón paró de bombear sangre y sus oídos quedaron en un silencio total cuando llegó a la habitación que tenía con el amor de su vida.
"Eso no estaba pasando. Era todo un sueño". Harry pensó mientras quedada totalmente estático en el marco de la puerta frente a la imagen más dolorosa que alguien podría mostrarle a Harry.
Cuando el chico de ojos pradera salió de su trance, se abalanzó sobre su chico de ojos zafiros. No. Eso. No. Estaba. Pasando. Louis debe estar bien, Louis tiene que estar bien.
Al momento en el que Styles asimiló bien la situación, comenzó a buscar el pulso del oji-azul al encontrarlo notó que este ya estaba cada vez más lento y solamente acudió a llamar a la ambulancia.
—¡Necesito que vengan ahora!—. Exclamó y exigió en el momento que la llamada fue atendida.
—¿Qué fue lo que ocurrió, Señor?—. La voz de la chica sonó tan tranquila que en ese momento el rizado solo quiso golpearla, su pareja se estaba muriendo, en ese preciso momento.
—¡Mi marido tomó unas pastillas y siento su pulso muy débil!—. Volvió a gritar mientras sentía como la habitación le comenzaba a dar vueltas.— Por favor, necesito que vengan, no quiero que se muera.— Susurró antes de que se le cerrara la garganta.
—Señor, hemos podido rastrear su llamada, nuestra ambulancia llegará lo más rápido posible. Tranquilo, estará bien.— La última frase albergó algo de esperanza al pecho de Harry pero aún así corto.