Ficha de personajes [Fénix1249]

Alexander Corvus

Historia en la que aparece: Hay un sexy demonio en mi sofá.

Apariencia: Cabello castaño y ojos achocolatados, su piel es morena, alto y de contextura delgada. 

Edad: 25 años.

Raza: Humano. 

Personalidad: Curiosa y avariciosa. 

Historia: 

Nació en una familia humilde, fuera de la influencia de la gran ciudad. Su padre falleció cuando era pequeño, por un cáncer agresivo, junto a su madre se encargó de sacar adelante su hogar y darle una buena educación a su pequeña hermana, hasta su adolescencia cuando su madre fue diagnosticada de cáncer también,  las cuentas hospitalarias dejadas por su padre y la reciente enfermedad de su madre, hicieron el conseguir dinero una tarea primordial. Fue así como se convirtió en ladrón, escalando de cosas pequeñas hasta ser un experto en robo de información y objetos de valor. 

Se mudó a la ciudad para no arriesgar el anonimato de su familia, a la cual envía sin falta dinero mensual, bajo la excusa de ser un ejecutivo exitoso. 

Conoce a Nash en uno de sus trabajos, quien fue contratado por un narcotraficante, Frank de Luciano, para atraparle.  Pero cuando esta frente a este, el asesino en vez de irse con su dinero por el trabajo, termina matando a Frank y sus seguidores, y dándole la bolsa de dinero, le agradece por su ayuda, el ladrón era la pieza faltante para llegar a conocer en persona a Frank. 

Alexander siente curiosidad de inmediato por él, más aún cuando se entera que es un demonio, y acepta que viva junto a él con la promesa de saber aún más del particular chico. 

Curiosidades: 

- Le gustan las cosas dulces, que Nash supiera cocinar deliciosos postres, fue una bendición para él. 

- Es muy curioso, desde su infancia, quiere saber cómo funciona el mundo. 

- Odia que algo pueda exponer su anonimato, es muy precavido con ello, por lo que nunca usa bancos para manejar dinero, dejan demasiados rastros para su gusto. 

- Sabe interpretar las emociones de Nash, y en general le encanta su forma de ser, aunque a veces su inocencia puede llegar a exasperarlo.