Rowena y Casey//Capítulo 1

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Hace 20 años

P.O.V Rowena

-Madre -llamé con un susurro, temerosa a lo que ella podría hacerme.

Con mis pequeños pies me acerque hacia la esquina de la habitación, en donde ella se mecía en su desgastada silla. En su mano sostenía un cigarrillo que acercaba constantemente a su boca para inhalar y exhalar. Su apariencia era la de una mujer demacrada, grandes ojeras posaban bajo sus ojos azules y sus manos temblaban, mientas susurraba incoherencias.

-Madre, tengo hambre -volví a llamar su atención, pero ella se mantenía inmutable. Mi panza sonaba exigiendo alimento, no había comido desde esta mañana y ya era hora de la cena.

-Mira mami, te hice este dibujo -me devolví a la mesa de la cocina y con rapidez me acerqué nuevamente a ella extendiendo mis brazos para que tomara el pedazo de papel arrugado.

-Aléjate de mí... -susurró, mientras exhalaba humo de su boca mal pintada.

- ¿Qué? -dije quedándome sin aire, mis brazos lentamente bajaron hasta mi vestido sucio dejando caer el dibujo de ella y yo.

- ¡Que te alejes de mí, pequeña bastarda! -gritó escupiendo todo su odio y rompiendo mi corazón un poco más.

Se paro rápidamente luego de gritarme y con un fuerte empujón me tiro hacia atrás, con largos pasos se alejó de camino a la puerta y salió del departamento con un portazo que quedaría retumbando en mis oídos. Grandes lágrimas se desbordaban de mis ojos y lo único que pude hacer fue acercar mis rodillas al pecho y sollozar hasta que ella decidiera volver.

Presente-martes

-No se olviden de resolver la página 35 de su libro de ejercicios y memoricen la fórmula de la pizarra, entra en el próximo examen -exclamé.

Di por terminada la clase, mientras que de camino a la puerta escuchaba los resoplidos y gritos de disgusto de mis estudiantes, yo sólo sonreí con malicia, adoro ser maestra.

- ¡Maestra Rowena! -me giré al llamado de mi nombre, una de mis alumnas se acercaba a mí con prisa y con una pequeña tarjeta en mano.

-Casey querida, ¿Qué sucede? -pregunté.

Casey era una niña muy inteligente y audaz, hablamos con frecuencia e incluso podría decir que hemos formado un lazo más allá de alumna-profesora. En ocasiones almorzamos juntas y le he invitado a cenar en repetidas ocasiones. Desgraciadamente sospecho que sufre de abuso, nunca quiere volver a casa, utiliza mangas largas, incluso en verano, es muy esquiva al socializar y se mete en problemas para quedarse castigada. Es muy triste que no me hable de eso, pero yo no puedo obligarla, supongo que con el tiempo podré hacer algo para ayudar. Tal vez debería hablarle de mi experiencia, aunque sea difícil para mí, de esa forma nos podríamos entender mejor.

-Hay algo que debo pedirle -parecía nerviosa y apretaba con fuerza ese pequeño pedazo de papel rosa en su mano derecha.

-Lo que tú quieras querida, tienes toda mi atención -le sonreí cálidamente, tratando de que se relajara y me expresara sus deseos.

Miré directamente a su mano, específicamente al pedazo de papel y vi una tarta de cumpleaños en la portada, "curioso", pensé.

-Una chica de mi clase de artes me invito a su fiesta de cumpleaños, no hablo mucho con ella, usted ya sabe, es una perra y realmente creo que lo hizo por lastima -divago un poco acerca del asunto-. Bueno, me preguntaba si podría acompañarme, usted es la única con la que desearía estar en esa fiesta -se detuvo un momento preguntándose a sí misma si debía decir lo siguiente-. Yo...realmente no deseo ir, pero no quiero estar en casa -terminó su petición, en voz baja, mirando la punta de sus zapatos.

-Claro que deseo acompañarte, pero primero debo hablar con los padres de tu compañera, debo asegurarme de que es apropiado asistir, ¿Cuál es el nombre de esa chica? -seguía con mi sonrisa tratando de reconfortarla, su última oración había causado un pinchazo de tristeza en mi corazón, no podría decirle que no.

-Muchas gracias maestra, su nombre es Claire Benoit -terminó con una de las pocas sonrisas que he visto es su bonito rostro juvenil.

-Muy bien, es un placer para mi tener un pequeño espacio en ese corazón tan rudo -hablé soltando una pequeña risita, mientras ella se avergonzaba.

-Gracias otra vez, ahora debo irme, tengo que cumplir con mi castigo. Por cierto, la fiesta es este sábado -sonrió avergonzada y salió corriendo.

Antes de verla desaparecer por el pasillo se giró hacia mí y me despidió con su mano, yo le respondí y le susurré: -Buena suerte.

Fin del capítulo 1.

ROWENA||  Fanfic/Fragmentado||TERMINADO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora