T r e s

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— Pues si, creí que a tu gatito le haría falta compañía ¿no crees?—dice Adam tomando el peluche— aún que no sabía que comprar me decidí por este—rasca la barbilla del pequeño león como si fuera un animal de verdad—tú sabes, porque son felinos y eso—dice agregando una pequeña risa al final.

Ver a Adam siendo tan cariñoso con un peluche me hace enternecer.

— Y, ¿qué me dices de la nota?—

— Solo quería hacerte saber que eres muy linda, ¿eso está mal?—

— Creo-, creo que tenemos mucho de que hablar, mejor vayamos a mi casa y resolveremos esto tranquilos— acto seguido comienzo a caminar a la parada de autobús con el pisándome los talones.


•   •


— Mira Camile mi intención no es incomodarte—hemos estado hablando desde que llegamos a mi casa, a estas horas siempre estoy sola lo cual ha hecho fácil hablar en privado— hace tiempo que he querido decirte esto, me pareces muy linda, eres una persona increíble para mi y te conozco desde hace bastante tiempo como para haber cambiado de opinión—hace una pausa para mirarme a los ojos y decir— me gustas mucho y si me lo permites quiero intentar darte mucha felicidad—estoy en shock, obviamente quiero mucho a Adam pero no estoy segura de hacerlo de la misma manera que él.

— Su- supongo que debo pensarlo—digo casi en un susurro.

Realmente no sé qué contestarle, hemos pasado muchas cosas juntos, le tengo un gran aprecio y el es realmente guapo pero, ¿será suficiente? Con esa y otras preguntas en mente pasamos la tarde entera hablando de trivialidades, comiendo golosinas y viendo películas.

Adam me avisa que debe retirarse un poco antes de que den las 7 y se despide disculpándose por no quedarse a cenar.

Camino hacia la cocina para guardar lo que no comimos y me extraña darme cuenta de que mis padres no han llegado. Al menos papá debería estar aquí.

Me siento extrañamente sola por lo cual decido ir al parque a tomar un pico de aire. Dejo una nota en la cocina avisando mi paradero, tomo mi chaqueta, las llaves y salgo de casa. Mientras camino por la calle saludo a varios vecinos, por lo mismo, la sensación de ser observada pasa desapercibida pero no deja de hacerme sentir incómoda.

Llegando al parque me siento en la primera banca vacía que encuentro y me concentro en ver a los niños jugar. De repente uno de ellos cae y comienza a llorar. Me levanto y camino hacia él preocupada.

— ¿Estás buen pequeño?—pregunto arrodillándome a su lado.

— ¡John!, Cristo ¿que ocurrió?—una muchacha llega corriendo—¡oh bebé!, estarás bien, gracias— dice mirándome solo por un segundo y llevándose a su hijo después.

Me levanto del suelo y miro el camino por el que la chica de fue. La sensación de ser observada vuelve mientras camino de regreso a la banca donde estaba sentada hace un minuto. Me siento mirando a mi alrededor, extraño. Mi teléfono vibra con un mensaje de mi padre avisándome que ya están en casa y que debería volver. Me levanto nuevamente y comienzo a caminar, de repente, observo algo moverse entre los árboles y sigo caminando mientras miro en esa dirección logrando ver una sombra, lo único que logro divisar bien son unos ojos, grises y poco expresivos que parecen estar mirándome y antes de que pueda reaccionar ya me encuentro en el suelo, llena de lodo, después de haber resbalado. Miro en la dirección donde hace un segundo se encontraban los ojos más lindos que he visto pero ya no están.


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— ¡¿Pero qué te ocurrió?!— esa es mamá, siempre nerviosa. Acabo de llegar a casa con mi ropa llena de lodo y su cara de reproche es notable.

— Es la nueva moda cariño—muy por el contrario papá no deja de reír y bromear.

— Quería tomar una ducha pero no me sentía suficientemente sucia así que me aventé a un charco— digo antes de encogerme do hombros y subir las escaleras camino a mi cuarto. Mientras subo puedo escuchar claramente a papá reír y a mamá hablar demostrando lo molesta que está.

La cena se desarrolla sin más incidentes pero mamá aprovecha varias ocasiones para recordarme que no está feliz con mi comportamiento.


Jueves.


Un claxon suena suena justo cuando voy bajando las escaleras avisándome que Wen ya está aquí y que debo apurarme. Entro a la cocina y me despido de mis papás quienes están desayunando, tomo una manzana y salgo justo cuando Wendy pita de nuevo. Subo a su auto y ella me saluda de beso para después arrancar.

— Y bueno, ¿qué tal tu tarde de ayer?—pregunta mientras maneja. Le cuento todo, la declaración de Adam, mi inseguridad y lo que hicimos después, incluso le cuento de los ojos grises misteriosos que he visto en el parque. Wen se muestra más interesada de lo último lo cual es extraño.

— Yo sabía del amor secreto de Adam, Cam— dice Wen mientras caminamos por el pasillo.

— ¿Bromeas?—ella solo ríe en respuesta y me jala al divisar a Tim y Adam cerca de los casilleros.

— Hola chico guapo y valiente—le dice a Adam— Hola precioso— ahora le habla a su novio mientras lo abraza de cuello.

— Hola Cam, en serio lamento haberme ido tan temprano ayer- Adam me da un largo beso en la mejilla y yo niego mientras entrelazo nuestros brazos para comenzar a caminar.

Las clases pasan rápido y durante el almuerzo Adam me pude salir de la cafetería. Caminamos por los pasillos hasta llegar al patio.

— En realidad quería invitarte a salir hoy, tú sabes, por un café o algo así—habla mientras nos sentamos en una de las mesas qué hay—Podemos ir después de clases, no quiero causarte problemas con tus papás— acepto a su propuesta. Mis padres trabajan hasta la tarde-noche por lo que no habrá problema.


•   •   •


— Que gran caballero eres—digo riendo mientras me siento e la silla que él me ofrece.

— ¿Por ti? Siempre—dire sentándose en la otra silla. La mesera llega y ambos ordenamos y en lo que esperamos me levanto para ir al baño, arreglo brevemente mi coleta camino de regreso a la mesa.

La cafetería es muy linda, tiene grandes ventanales que dan a la calle y que te permiten ver toda la gente qué pasa afuera. Me siento en el lugar que antes ocupaba y me concentro en el exterior. De pronto unos ojos grises aparecen entre toda la gente afuera pero solo puedo verlos por un segundo antes de que se pierdan entre el resto de personas, ¿no son los mismos ojos del parque? Eso sería bastante extraño.

Al regresar a casa Adam me acompaña a la puerta. 

— No quiero presionarte pero realmente quiero hacer esto—dice antes de darme un beso en los labios. Algo dentro de mi se remueve y cuando se separa solo puedo sonreírle.
Nos despedimos y yo espero verlo llegar a la parada para después entrar a mi casa, creo que eso estuvo bien.





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Hasta aquí el capítulooo. 😋

En serio espero les esté gustando hasta el momento.

El chico que interpretará a Adam Parriego se llamaaa...

Xavier Serrano, ¿acaso no es lindo?🥰

Sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora