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Que mi vos te persuada de hacer lo que deseas que te haga, que me dejes recorrer tus caderas como si esta noche me dijeras que te vas. Es el aroma de tu pelo el que me seduce y vuelve loco de tu cuello, de buscar tus labios y perderme en ellos para siempre...

Me acerque lentamente a su cuerpo como si fuera una presa a la que debía devorar, me miraba fijamente a los ojos y en determinados momentos a donde trataba de colocar mis manos. Se mostraba quieta, nerviosa, pero con gran deseo de saber que sentiría , emociones comenzaron a crecer y a pesar de que ni si quiera había comenzado a tocar su cuerpo, era claro que ambos sentíamos lo mismo, de un momento a otro comencé a besar sus labios y lo ultimo que pude ver fueron sus ojos cerrarse al compás de los míos. El deseo inundaba nuestras bocas y ambos decidimos dejarnos llevar, mis manos pedían dar mas caricias a su cuerpo que poco a poco sentía desnudo tras quitar cada prenda, cada respiración era un paso mas a la tentación de poseer nuestros cuerpos y fundirlos en uno solo. Separe is labios de los suyos para ver su rostro y buscar el próximo punto a devorar, no había duda su rostro me ordenaba que siguiera y que no parara de hacerlo, sus manos guiándome a seguir explorando su cuerpo lleno de candor por todas las caricias que le satisfacían. Me encontraba entre sus piernas que temblaban y me dispuse a desnudaras, sintiendo cada poro de su piel pasar entre mis dedos, tan suave, tan deliciosa sensación, el punto máximo de tentación se encontraba frente a mi, como fruta fresca que invita ser probada por quien se la encuentra, acerque mi rostro para comenzar a saborear lo que en ese momento mi ser mas añoraba tener, me rodeo con sus piernas y con su mano guiándome la cabeza se disponía a disfrutar cada rose que mi lengua le provocaba, su respiración se escuchaba cada vez mas difícil  de guardar, hasta que de pronto no pudo resistirse mas y desato completamente su placer, apenas y podía controlar su propio cuerpo como si ya lo hubiera vivido en algún sueño que tuvo y que se estaba haciéndose realidad. Mis manos envolvieron su cuerpo y mi rostro se acerco a el suyo, fuertes envestidas comenzaron a sacudir su cuerpo, una tras otra con mas intensidad y con mas empeño en satisfacer nuestros deseos, ambos unidos por un sueño real, por caricias, pasión y lujuria que a cada segundo crecía mas y mas, ambos sumergidos en el cuerpo del otro, ambos con el mismo deseo de que pasara y que dejamos que se llevara acabo, ambos nos habíamos perdido dentro del otro.

APRENDIZ DE ESCRITORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora