Iba a tener una cita con Felix esta tarde, no me decepcioné para nada cuando descubrí que él era el verdadero chico de las cartas.
Desde pequeña he tenido un pequeño crush en Felix, él no es el típico atleta o popular de la clase, ni tampoco el completo opuesto. Él es solo un chico delgado y alto, que ama bailar y tomar fotografías, un poco tímido, pero a la vez capaz de hacer idioteces y divertirse siempre con sus amigos, tiene el cabello blanco y unos ojos celestes muy llamativos y en fin, me ha llamado la atención siempre, pero nunca me animé a dar el siguiente paso.
En una carta que me entregó el viernes en el bus, venía un boleto para una obra de teatro y la dirección del lugar. Hoy era el día y sorpresivamente llegué justo a tiempo.
Cuando la obra terminó, Felix sugirió ir por algo de comer y pasamos el resto de la tarde discutiendo la obra y muchas cosas más, es muy fácil hablar con él, siento que los temas no se acaban y que el tiempo vuela.
Al final del día, me entregó otra carta que leí cuando estaba acostada, era una invitación para otra cita, sonreí y me dormí pensando en este día.