5 años después.
Llegué a la playa, justo a donde me llevó la dirección de GPS que Felix me envió, dijo que quería una "tarde especial" solo para nosotros dos.
Miré hacia los lados buscándolo, pero todo estaba vacío, a excepción de una manta en la arena. Al acercarme, pude observar una cesta donde sobresalía una botella de champagne, unas velas alrededor de la sábana y, finalmente, un sobre verde, sonreí al instante.
Después de tanto tiempo, Felix continua con su juego de darme pistas y cartas. Esto es una de las muchas cosas que me enamoran de él cada día más.
17 de octubre
Margo, cuando escribí la carta donde finalmente te invitaba a conocerme, estaba muy nervioso, ya te he contado esa historia varias veces, sabes que es una de mis favoritas.Sin embargo, en este momento, mientras escribo esto y te veo dormida a mi lado, no puedo evitar sentirme aún más nervioso. Me emociona esta carta en particular, porque de verdad espero que todo salga según lo planeado.
Todos los momentos que compartimos durante estos años, solo me han confirmado lo increíble que eres. Hemos pasado pruebas, dificultades y también momentos muy felices. Sé que podrías vivir sin mí y yo sin ti, pero disfruto más mi vida compartiéndola junto a ti.
Quiero poder ver tu cara al despertar todos los días, como me hablas medio dormida en las noches, quiero seguir riendo contigo como si fuésemos niños, quiero sentir tus caricias en mi cabello mientras vemos películas, quiero salir a comer hasta sentir que nos vamos a morir, quiero poder decirte cada día lo mucho que te amo y que me haces sentir feliz.
También quiero estar cuando sientas que no puedes más, ver como te vuelves a levantar para continuar, quiero compartir tus preocupaciones y estar siempre para ti. De eso se trata la vida, no solo son momentos felices, pero todos los quiero pasar junto a ti.
Margo, tengo una pregunta que hacerte, así que por favor date la vuelta cuando termines de leer esto.
Me giré lentamente, mientras secaba un par de lágrimas que se habían escapado mientras leía la carta. Felix estaba hincado en una rodilla, sonreía mientras sus mejillas estaban ligeramente rosadas, estaba vestido con una camisa de botones verde agua y un short tipo jeans color beige.
En sus manos tenía una pequeña cajita negra, la cual contenía un hermoso anillo de oro blanco, con unos diminutos diamantes incrustados y en el centro una hermosa gema verde.
—Es una esmeralda. La vendedora me dijo que representa la paciencia y el amor, así que pensé que era bastante adecuada... aunque para ser honesto me llamó la atención por ser verde, como los sobres de mis cartas.- La sonrisa de Felix creció al decir esto último.
Me reí entre lágrimas mientras sentía mi corazón latir rápidamente. Felix siguió su discurso luego de tomar aire.
—Sé que no soy millonario, sé que a veces hago que te molestes, sé que vamos a discutir de vez en cuando y sé que hay muchas cosas que no me hacen ser perfecto, pero estoy seguro de que te amo y que quiero pasar toda mi vida a tu lado. Margo, ¿te casarías conmigo?- Me miró expectante, se notaban los nervios en sus ojos. Tomé aire para intentar controlar mi respiración antes de responder.
—Sé que no eres perfecto y sé que yo tampoco lo soy, pero no quiero dejar de recibir las cartas del chico que me enamoró y definitivamente quiero compartir mi vida con él. Te amo Felix... y me encantaría ser tu esposa.