Ambientación - Prólogo

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Nos situamos en el norte de Italia en la preciosa ciudad de Verona, conocida también por los más románticos como la ciudad de Romeo y Julieta.

Quizás ésta sea la ambientación perfecta para esta historia, ya que a pesar de estar en pleno siglo XXI aún podemos respirar el aire medieval en algunas zonas de este enclave turístico, y esto, nos da una pista de cuan bonita pudo llegar a ser.

No obstante, no basaré la historia en este siglo ni tampoco en la Edad Media; digamos que nos vamos a entretener por el camino en esta gran cadena de siglos; exactamente pararemos a descansar en el siglo XVI, tiempo en el que floreció un nuevo arte iniciado por Paolo Veronese, o la creación del Jardín Giusti, de estilo renacentista con un diseño geométrico lleno de estatuas y canteros con flores; sin embargo, a pesar de estar rigurosamente cuidado, también tiene lados salvajes donde la naturaleza crece a su antojo; pasaremos ratos importantes en este lugar.

La zona en la que ocuparemos la mayoría de nuestro tiempo será la Via San Zeno in Monte, concretamente en uno de sus callejones alejado del centro veronés, cerca del río Adagio y más cerca aún del Jardín Giusti. Es un lugar tranquilo, con casas antiguas, callejones cerrados entre muros construidos piedra a piedra donde aún hoy florecen entre ellas pequeños brotes de hierba salvaje. Sus calles son perfectamente transitables, pero el paso peatonal predomina ante todo. Por las noches abunda la tranquilidad; lo máximo que se puede escuchar es el vuelo de los insectos propios del lugar. 

Para apoyar mejor la ficción de esta historia, colocaremos un gran palacio tras la inmensa arboleda del Jardín Giusti, justo en el primer espacio de tierra donde la vegetación da un respiro para caminar y poder contemplar el cielo. No se tratará de un gran palacio moderno rodeado por murallas y altos cipreses, si bien es cierto que será lo suficientemente espacioso; el exterior no le hará justicia. Tendrá un gran torreón central y dos pequeños a sus lados, estos últimos, pequeños y chatos. El palacio no será demasiado alto; no más de dos pisos de alzada; sin embargo, será bastante amplio y largo. 

A pesar de no tener grandes árboles ni murallas que le hagan parecer majestuoso y carismático, sí que estará dotado de preciosas flores silvestres alrededor de la estancia, como son las margaritas, los jacintos, las hortensias, las flores del azafrán o los conocidos lirios; esto le hará parecer un bonito lugar donde permanecer, ya que la fachada no estará pintada ni excesivamente arreglada; lo más agradable de ver sería posiblemente la combinación de marrones claros y oscuros que presenta la piedra de la que dicha fachada estará formada.

No alejándonos mucho de este lugar de residencia, encontramos el río Adagio, que atraviesa y divide la ciudad de Verona en dos. No es un río de gran amplitud, pero es el que se encarga de darle un toque especial a la ciudad; teniendo a lo largo de su paso, cerca de los numerosos lugares nombrados, un puente, por el cual, pasaran las románticas canoas típicas de la ciudad de Verona y unas cuantas más del país de Italia, tomándose ya como una tradición que no puedes dejar escapar.

Ya situados un poco más en los lugares protagonistas de esta historia, comencemos.

Ai Giusti. Nuestra historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora