Cuando la inspiración te viene en época de exámenes

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La época de exámenes es la peor etapa que todo estudiante debe soportar hasta que logre entrar en el mercado laboral. Y encima, si se es escritor y/o dibujante. Para añadir el marrón, que haga una carrera difícil o esté en segundo de bachillerato. 

El problema no es eso: el problema es que en esa etapa entra el mayor grado de inspiración posible. Eso, más el estrés, no permiten concentrarse en el estudio y pasa lo que pasa. Como sé que yo soy de esas personas que tienen este mismo problema (escribir, dibujar y estudiar es algo muy difícil, casi imposible de compaginar), he aquí unos tips que te permitirán ahorrar tiempo, dinero y mejorar los resultados de examen.

Para ser sincera, ahora mismo lo estoy probando, por lo que os comentaré los resultados en cuanto reciba las notas, a ver si estos truquillos funcionan. 

1. No escribas parrafadas enteras, sólo ideas. Es importante coger un poco de tiempo libre (primera hora de la mañana, sobre todo), para apuntar las ideas que te vayan surgiendo en un cuadernillo o agenda que encuentres a mano. La inspiración es momentánea, por lo que te pueden salir unas cosas muy desordenadas y suspender los exámenes. Mi consejo es escribir ideas, frases, diálogos,... en un lapso no superior a diez minutos. Así, el cerebro se libera de la tensión que produce la escritura y la mente se prepara mejor para recibir el contenido. 

2. Aléjate de las tecnologías. El portátil, la tablet, el móvil... todas estas cosas son fuentes de distracción que te quitan tiempo del estudio. Lo recomendable es usarlas una o dos veces al día durante un lapso no superior de cinco minutos. Como mucho, ver una serie (recomiendo dibujos animados o comedia) para liberar el estrés. 

3. Sal a caminar una hora diaria. No sólo es bueno para el cuerpo, ya que, al oxigenar el cerebro, este se concentra en toda la materia que hay que estudiar. Y eso implica un incremento de la memorización. 

4. Respira por el diafragma. Este tipo de respiración hay que efectuarlo antes de estudiar y del examen para poder tranquilizarse. 

5. Haz como Vivaldi. Vivaldi era un cura y compositor del período Barroco, en Italia. Una vez, cuando estaba dando misa, se le vino a la cabeza una melodía y, en medio de la eucaristía, se fue, apuntó la idea en un papel y volvió como si nada. Me refiero a que si os viene una idea a la cabeza, escribirla rápidamente en un papel aparte, ya que al hacerlo, vuestro cerebro permitirá la entrada de los tochos que hay que estudiarse para el examen. 

6. Haz pausas entre estudios que sean proporcionales para "tomar el aire". Normalmente, los lapsos de descanso son 5-10 minutos por cada hora y media o dos horas de estudio. Esto depende de la persona, claro. En mi caso, son 7 minutos por cada dos horas de estudio, pero hay quienes llevan otro ritmo. 

7. Aprovecha el día para el estudio duro. En invierno, la luz natural escasea y, además, el cerebro recoge mejor información por la mañana que por la tarde. Hay quienes estudian mejor a oscuras, pero, en todo caso, hay que aprovechar la luz a tope y, en caso de utilizar flexos, que tengan bombillas de bajo consumo. 

8. Duerme entre siete y ocho horas al día. Aunque estés en exámenes, el descanso es importante. Lo recomendable, según los expertos, es acostarse entre las diez y doce de la noche, para así poder despertarse entre las seis y las ocho de la mañana. 

9. Hacer un poco de ejercicio. Para las articulaciones. Y salir un rato para oxigenar el cerebro. 

10. Comer sano. La alimentación es súper importante. Frutas, verduras, cereales sobre todo. Ah, y chocolate porque permite la concentración.

11. Lectura fácil. Por la noche, hay gente que no puede dormir y, lo que hay hacer es leer algo facilillo para conciliar el sueño. Pero no ha de ser un libro difícil o que te haga confundir los términos de lo que has estudiado, sino ha de ser uno fácil o que tenga muchas imágenes. Entre estos ejemplos, podemos encontrar libros infantiles, mangas, cómics, libros de sátira fácil,... algo que no sea adictivo para no quedarse leyendo hasta las tres de la madrugada. Y si no quieres leer, escribe o haz trazos en una libreta.

12. Hacer esquemas. Los esquemas ayudan a memorizar de forma sencilla el contenido de la lección. Y además, si dispones de apuntes, subrayar por colores (los de Derecho esto lo deben entender perfectamente). Recomiendo hacerlo por la tarde, ya que el contenido está fresco y permite mejor su memorización (especialmente si hay mucha materia y menos de una semana para prepararla). 

13. Estudiar cada día un trozo y el último, repasarlo todo. En mi carrera, por cada examen tenemos que prepararnos desde doscientas hasta mil páginas, lo que es imposible estudiarlo todo de golpe y al último día. Por lo que nosotros llevamos desde dos meses con anticipación (y dar rienda suelta cuando son las fiestas de Navidad). Y, para no marearnos, hemos repartido la materia en los días que hay de lapso entre un examen y otro para memorizar un número inferior de páginas al del manual (si por ejemplo, tengo que estudiarme quinientas páginas y tengo cinco días, apunto fuerte ciento veinticinco páginas en cuatro días y el último, lo repaso todo). Los que hacemos examen de tarde, tenemos la ventaja de que podemos aprovechar un poco más para repasar. 

14. Lugar limpio. Una habitación limpia es muy importante, ya que permite que uno esté cómodo y que, además, el cerebro lo agradezca. Es importante limpiar tu habitación una vez a la semana (y si vives en un piso, todas las zonas comunes), además de abrir las ventanas dos veces al día para airear la habitación. Y, por supuesto, recomiendo poner velas para que huela bien. Con esto, la mente se relaja y se concentra en lo que tiene que hacer. 

15. Entre examen y examen, aprovecha un rato para limpiar. Preferentemente, es mejor hacerlo justo después de terminar un examen (si eres de mañanas, utiliza la tarde para descansar, y si eres de tarde, las primeras horas de la mañana para hacer limpieza). Da tiempo, ya que se estudia mucho mejor en un lugar limpio que sucio. Ah, y no hay que olvidar ducharse por lo menos cada dos días. 

16. Alejarse del ruido y distracciones innecesarias. Aparte de la tecnología, el ruido es un factor monumental para la concentración. Si tienes compañeros de piso o vecinos ruidosos, impón tu autoridad y, si no te hacen caso, ponte tapones en los oídos. Si el ruido viene de la sala de examen o vecina, aléjalo con la mente o pide al profesor que te puedas poner tapones. 

En febrero, os contaré cómo me han ido estos truquillos y, de momento, decir que creo que me han ido bien. ¡Mucha suerte y ánimo con vuestros exámenes!

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