3 † Confianza.

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Solicitudes de amistad

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Solicitudes de amistad. Así es como comienzan muchísimas cosas actualmente.

Amistades, relaciones, historias.

En la actualidad las personas han buscado relacionarse más por medio de las redes sociales que en la vida real, ya sea porque es mucho más fácil detrás de una pantalla, o puedes fingir ser alguien que no eres.

El poder del anonimato, y el poder de ser la mejor versión de ti mismo o ti misma.

Has conocido a cientas de personas con pensamientos diferentes, provenientes de lugares que desconocías, e incluso de culturas diferentes.

¿Te has puesto a pensar todo lo bueno que han traído las redes a tu vida?

Has aceptado a una persona nueva en tu vida, un chico de unos... ¿17 años? No vive en tu ciudad, ni siquiera en tu país, pero al verlo atrayente o divertido en su perfil decides hablar con él.

Todo normal, todo tranquilo. Charlan cuando gustan, toman confianza, se abren el uno al otro.

Tanto tu como él sienten una verdadera amistad en sus respectivos chats.

Tu conoces más de él, sus gustos, sus miedos, sus ambiciones. Él conoce más de ti, tus cosas favoritas, qué te hace enojar, y qué te hace feliz.

Una amistad como las que no has tenido a lo largo de tu escuela. Es más, te han molestado durante toda la escuela, pero gracias a los dioses ahora estás de vacaciones.

Han estado hablando por meses, ya más de medio año, empezaste a sentir algo por él, pero no sin antes enterarte de que él siente algo por ti.

No es algo malo, ambos están solteros, y poseen confianza el uno de el otro.

¿Una relación a distancia? Has leído historias de relaciones a distancia que se convierten en algo en persona, algo bello. Esto obviamente te ilusiona.

Ambos comparten un objetivo: conocerse al fin.

Ya más de un año de conocerse, por lo que él te propone que para celebrarlo se verían, ya que él ya cumplió los 18.

¡Saltas de la alegría! Vas a ver al chico que lleva meses prometiéndote amor eterno.

¡Mamá! ¡Papá! Conoceré a un amigo que viene de lejos.

Se extrañan, es normal, ellos fueron criados en otra época, tienen recelo y desconfianza, pero al verte tan feliz tu padre decide llevarte para de paso, cuidarte.

¡Llegó el gran día! Te pusiste hermosa, hasta habías salido a comprar ropa nueva la cual le enseñaste a tu ciber-novio y el la elogió con muchos corazones y cumplidos.

Cuídate hija, llámame — Te dijo tu padre antes de irse en el coche mientras te sentabas en el banco de la plaza. Era un perfecto día soleado de verano, ni una nube en el cielo.

Hola — Oyes la voz que provenía de tus espaldas, pero, ésa no era una voz de un chico. Más bien era la de una persona mayor, tal vez de la edad de tu padre.

Te asustas, te toma por sorpresa pero tratas de calmarte, hasta que pregunta si eres ...

¿Cómo lo supo? Sabe tu nombre, pero no lo conoces de nada.

Soy tu novio — Un hombre de gran edad afirmando ser la persona con la que hablabas, tu pecho se contrae, tu respiración se acelera. Lloras, lloras porque es tu único mecanismo de defensa.

A los alrededores no hay nadie, los niños que jugaban a unos metros se habían ido hace largo rato.

¡Gritas por ayuda! Pero no vino nadie...

El se acerca rápidamente y tapa tu boca con un paño húmedo.

Sientes sueño... mucho sueño...

No debiste confiar en extraños — Dijo mientras se reía de tu inocencia.

Tus ojos se cierran, quizá para no volver a abrirse jamás.

Lo que sigue no va a ser nada bonito para ti, ni para quien descubra tu cadáver si es que aparece algún día.

MIEDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora